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Por Eduardo Pasten

Diversas incógnitas han surgido en el ámbito regional, primero, a propósito del proyecto de postergar para el 2021 la elección de los Gobernadores Regionales, anunciado por los Diputados Trissotti, Cruz-Coke y Osvaldo Urrutia, este último electo por el distrito costa de nuestra región de Valparaíso. Y segundo por la declaración del Consejo Asesor para la Modernización del Estado, el cual se ha anexado a las señales que están complotando en contra del proceso descentralizador argumentando que hay serios "vacíos legales" que ponen en riesgo el carácter unitario de la República criticando a su vez el "desacople temporal" entre esos comicios, la elección de los gobernadores de 2020 y los parlamentarios y presidencial de 2021.

También algunos legisladores recurren a una justificación bastante liviana  y la esgrimen con bastante soltura, entre ellos el PS Juan Pablo Letelier y el UDI Alejandro García-Huidobro: “existe dificultad en las colectividades para la búsqueda de candidatos”.

Las tres razones expuestas anteriormente no son más que maniobras retardatarias, de un proceso que a todas luces es necesario, urgente y que por lo demás fue plasmado en una Ley aprobada por amplia mayoría en el Congreso Nacional.

Una eventual postergación de la elección de gobernadores regionales no hace más que generar una superflua desconfianza aumentando innecesariamente la deteriorada imagen de nuestros legisladores y de paso poniendo en tela de juicio la real voluntad del gobierno de avanzar en el proceso descentralizador, que de no concretarse se juzgará como un inexcusable retroceso y un incomprensible despropósito.

En este sentido, debemos poner atención en el estado de avance que el gobierno le está imprimiendo a la implementación de las tres nuevas divisiones: Fomento Productivo, Desarrollo Social e Infraestructura y Transporte para dar inicio al proceso de fortalecimiento institucional.

Del mismo modo, observar con atención las nuevas facultades de los Gores en el ámbito del ordenamiento territorial, en donde los PROT (Plan Regional de Ordenamiento Territorial) pasan a ser obligatorios para toda la institucionalidad pública y por ende, clave para el otorgamiento de permisos de construcción en zonas no reguladas por los actuales planes reguladores. Aquí se requiere que el ejecutivo envíe a Contraloría ( si es que a la fecha no lo ha realizado) la Política Nacional de Ordenamiento Territorial  que estaba lista en enero de 2018, la cual fue firmada por todos los ministerios y que el actual gobierno retiró y que fija los criterios nacionales para la construcción de los PROT regionales.

Estos PROT deben estar regidos por reglamentos, pero también la política referida a zonas rezagadas, transferencias de competencias, ordenamiento territorial y áreas metropolitanas, estando ese plazo para la formulación de dichos reglamentos casi al límite de su cumplimiento. En el caso del reglamento que fija y orienta la constitución de las áreas metropolitanas, con lo que este nuevo nivel institucional podrá crearse en al menos 8 regiones, siendo una de estas la correspondiente al gran Valparaíso, facilitando la gestión en materias tan complejas como movilidad urbana, tratamiento de residuos y medio ambiente.

Este proceso de fortalecimiento regional que implica, entre otros, el hecho de que la ciudadanía esté más cerca de las decisiones sobre temas que les(nos) afectan directamente y tiene como consecuencia directa, permitir construir políticas públicas más pertinentes favoreciendo el control de las comunidades sobre la ejecución de las mismas.

De acuerdo a lo anterior, es bueno mantener en mente las palabras del actual Subsecretario de Desarrollo Regional, SUBDERE, quien afirmó el jueves 17 recién pasado “El proceso de descentralización podemos conversarlo, podemos discutirlo, pero jamás detenerlo”, afirmación que está en las antípodas de las gestiones de algunos legisladores que transversalmente pretenden seguir ahogando a las regiones y que nuevamente instalan en las regiones un manto de duda respecto del derecho de ser protagonista y responsable del desarrollo y progreso de su región.