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Alertados por vecinos que escuchaban gemir al perro, bomberos de la Primera Compañía de Quillota llegaron hasta la Villa El Sendero a la altura de la calle Nemesio Antunez.

Según relata El Observador [9], los voluntarios recorrieron el lugar sin encontrar al animal. Cuando estaban por retirarse, volvieron a escuchar el llamado de auxilio del perro y finalmente pudieron verlo enterrado, donde solo se asomaba su nariz.

El teniente de Bomberos, Rodrigo Fernández, explicó que “se encontró al perro enterrado en una zanja más o menos a un metro (de profundidad) con solo su nariz al exterior. La liberación del can duró aproximadamente unas tres horas porque se trabajó solo con material manual para no causarle más daños. El perrito estaba anímicamente bien pero físicamente muy delgado”.

El perrito quedó al cuidado de una familia venezolana que dio la alerta a bomberos. Sin embargo, aun no se ha podido determinar si el animal quedó enterrado por un derrumbe del talud del canal donde fue encontrado o si terceros despiadados lo dejaron en ese estado.