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Pía Díaz, corresponsal en Madrid

En un hospital de Asturias, España, falleció Luis Sepúlveda, uno de los escritores chilenos más premiados en el mundo y con una vida azarosa y vital que lo llevó a viajar por el mundo, primero como exiliado del régimen militar, luego como corresponsal de Greenpeace y, por último, a congresos y festivales literarios.

El escritor, cineasta, dramaturgo, periodista y cronista es conocido en España, entre otras cosas por ser el fundador y director del Salón del Libro Iberoamericano de Gijón, que inició en 1997 y que aún dirigía, que trajo a grandes escritores latinoamericanos y sus obras al norte de España. 

El diario español “El Comercio” tituló “El coronavirus se lleva a Luis Sepúlveda, el revolucionario que buscaba la ternura”. El fue el primer caso en Asturias contagiado por Covid 19 y llevaba ingresado desde el 29 de febrero. Su mujer, la poetisa Carmen Yáñez, sobrevivió al virus.

“El mundo literario hoy perdió a un gran hombre”, dijo el poeta chileno residente en España, Sergio Macías. “Lucho muere a los 70 años, una edad maravillosa para seguir escribiendo. Este bicho, el coronavirus, es malo. Pero el peor virus es el hombre, que le tiene una falta de respeto y cariño hacia el planeta, infectando los mares, el aire, la tierra”, agregó.

“Sepúlveda fue crucial en dar a conocer la obra de Francisco Coloane en España”, cuenta Violeta Medina, otra poeta chilena afincada en Madrid. Coloane fue quien marcó los inicios literarios de Sepúlveda. “Siempre recuerdo como él en vez de decir que algo era cojonudo decía que era algo gijonudo, tanto así quería a su ciudad adoptiva”.

Nació en 1949 en Ovalle. Su padre era dueño de un restorán y militante comunista y su madre, una enfermera de origen mapuche. Creció en el barrio de San Miguel de Santiago y egreso del Instituto Nacional. En 1968 lo expulsan de las Juventudes Comunistas y luego se une al Partido Socialista. Egresó como director de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Su primer trabajo fue como reportero policial en el diario El Clarín. A los 20 publicó su primera recopilación de relatos “Crónicas de Pedro Nadie”. Gracias a las lecturas de Coloane decidió emplearse como pinche de cocina en un barco pesquero, según la biografía de Wikipedia.  

Después del golpe militar de 1973 estuvo detenido en el regimiento Tucapel de Temuco. En 1977 abandona Chile y recorre varios países latinoamericanos, entre ellos Ecuador donde convive un tiempo con los indios shuar, que luego sería la base de su libro más traducido: “El viejo que leía novelas de amor”, que publicó en 1989 y que lo catapultó a la fama. 

Desde entonces no dejó de escribir.

FOTO: CNN Chile