"Junto con vender aquel descarado título de 'Descentralización' a una hora y media de distancia de la Capital Administrativa de nuestro país, nos han regalado un sin número de dolores de cabeza a todos los que amamos la tranquilidad de nuestra ciudad"
Esta pequeña frase puede decir mucho y en diversos sentidos. Como primera cosa en el último tiempo vengo un poco aburrido del tenor casi 'caricaturesco' con que se mira a esta ciudad, otrora tan respetada. Hoy en día miro y escucho con asombro cómo nuestras diversas autoridades nos califican como la 'Capital Legislativa de Chile', título rechazado por gran parte de nuestra comuna y que en lo real y cotidiano no suponía más que la construcción de aquél horrendo edificio ubicado en Avenida Argentina esquina Pedro Montt.
Es así que junto con vender aquel descarado título de 'Descentralización' a una hora y media de distancia de la Capital Administrativa de nuestro país, nos han regalado un sin número de dolores de cabeza a todos los que amamos la tranquilidad de nuestra ciudad. Cabe mencionar que dicho edificio está emplazado junto a la Iglesia donde fue bautizado Augusto Pinochet y fue uno de los motivos por el cual NO fue demolida en favor de la construcción de aquél conjunto de fierro y hormigón tan mal diseñados (El Hospital Desformes no tuvo tanta suerte).
Los beneficios para nuestra ciudad han sido nulos, por el contrario, sólo nos hemos transformado en la 'capital de las bombas lacrimógenas y del cero respeto a nuestros pequeños locatarios'. ¿Qué tienen que ver nuestros pequeños locatarios se preguntará usted? Muy simple, 'La Capital Cultural de Chile' está siendo intervenida por numerosas empresas inmobiliarias y grupos económicos que NO ven a Valparaíso como un polo de inversión si no más bien como un lugar donde explotar un posible mercado a muy bajo costo. Esto supone la mejoría de la calidad de vida de quiénes residen en un territorio determinado y de quienes desean establecer sus negocios. La verdad es que nuestros vecinos y pequeños emprendedores no son competencia para estos monstruos y muchos tienen una defensa digna por parte de sus autoridades, en especial la cabeza de la administración actual, don Jorge Castro, que más pareciera estar usando a Valparaíso para hacerle un favor a alguien que para administrarlo y protegerlo.
Debemos tener cuidado, con nuestro ego como porteños, nos están dando muchos 'candies' simplemente para que no veamos la realidad. El hecho de que Valparaíso sea la Capital Cultural de Chile no significa más fiestas y gratuidad en todas ellas, sino que significa que nuestro entorno y nuestra gente son la riqueza de esta ciudad. Con horror escucho a gente de otras ciudades de Chile referirse a Valparaíso como la 'Ciudad del Mambo', ya no es la Bohemia, pues claro nos tragamos todas las fiestecitas que nos mandan disfrazadas de actividades culturales y con eso nos quedamos tranquilos y sentados, un par de cientos de latas y botellas en el suelo y otros cientos de pulmones un poco más verdes que la semana pasada y todos felices.
Cultura no es fiesta, ni tampoco una obra de teatro, nuestra cultura es nuestra forma de vida, con nuestros tiempos, con sus idas y venidas, con la bajada y la subida de nuestras escalas. Nuestros ascensores, SÍMBOLOS del otrora también progreso de esta ciudad ahora basureados y violados, sin defensa, sin vida.
No es justo también para otras personas de nuestra propia región que todos los recursos se destinen a esta ciudad, la enorme e importantísima Provincia de Quillota pareciera haberse quedado dormida en el olvido. Actualmente me encuentro postulando con un proyecto determinado al Fondart, donde la diferencia de recursos destinadas para las distintas regiones es abismante. Entre Valparaíso y Santiago se llevan cerca del 63% del total destinado a invertir en el fomento a la 'Cultura Nacional'.
'Valparaíso no es Chile', claramente somos un lugar especial dentro de nuestro país, pero no nos creamos aquella ilusión de descentralización a ciento diez kilómetros de distancia, el capital metropolitano viene a destinar sus recursos en sus propias ganancias acá, ejemplo nuestros medios de comunicación, empresas etc.
Valparaíso es Valparaíso y debemos defenderlo, quererlo, pero no acosta de otras ciudades de nuestra región.
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