Por Mauricio Silva Malig
Pro Marga Marga
Con algún grado de optimismo, podemos observar a algunas de las economías del mundo (europeas y asiáticas especialmente) como asimismo la chilena en un camino que parece mostrarnos que hay signos de leve recuperación y de que la crisis tocó fondo. No obstante, no podemos sentarnos de brazos cruzados y pensar que todo el peligro - pensando en el peligro desde una perspectiva económica y financiera - terminó, ese sería un grave error. Aún con todas las señales o signos incipientes de que se habría tocado fondo, señales que podemos advertir mediante distintos indicadores, la grave crisis internacional y nacional avanzó muy fuerte y con grandes repercusiones, el que se manifiesta en muchos sectores y que por lo mismo, es posible sentirlo y medirlo, entre otros, a través de las cifras de desempleo.
En ese sentido, y a pesar de lo grave que significa tener una alta tasa de desempleo, la que ha afectado en forma muy fuerte a las PYMES y MIPYMES, es posible advertir inercia o “miopía social y económica” de parte de diversos sectores, especialmente de aquellos que teniendo los mecanismos y medios para tomar medidas concretas no lo hacen. Lamentablemente, a nivel de la Quinta Región, y en lo particular, de lo que corresponde a la nueva Provincia de Marga Marga, no se ven soluciones reales y concretas. Como sucede en casi toda la actividad humana, hay quiénes en un afán meramente efectista y personalista, hacen “propuestas” y presentan soluciones “populistas” pero que no tienen un asidero económico y social real y que en definitiva, su aplicación afectaría paradojalmente muy fuertemente a los sectores que esperan proteger con esas mismas medidas.
Chile, la Región en lo particular y las Comunas de la Provincia de Marga Marga en lo específico, requieren de soluciones que en forma inmediata absorban la cesantía que está presente en forma alarmante. Se requiere de medidas que contribuyan a generar instancias de crecimiento y desarrollo económico de alto impacto y basadas en la equidad, entendiendo equidad como aquello que representa y tiene una connotación de justicia e igualdad social con responsabilidad y valoración de la individualidad, llegando a un equilibrio entre las dos cosas.
Nuestra tarea como ciudadanos es velar porque las medidas que se tomen sean coherentes y consecuentes con los problemas que buscan solucionar y por ello mismo es nuestra tarea controlar, por ejemplo y ya mencionado en diversas oportunidades, el uso de los Fondos Públicos. De la misma manera, no podemos aceptar propuestas que caen en errores tan graves como lo es en pensar en subsidiar sectores específicos distorsionando la asignación de recursos, tampoco realizar exenciones tributarias en sectores que se desea proteger, sin antes medir el impacto de lo que significa el que el Estado saque recursos para financiar su Gasto Público desde otros sectores, ya que es claramente una ecuación, donde se deja de percibir esos impuestos y/o se entregan subsidios, pero por otro lado, se deben financiar esas exenciones y subsidios. Y el problema se traduce entonces: ¿de dónde se obtienen esos recursos adicionales? Muchas veces, demasiadas quizá, olvidamos la regresividad de los impuestos. Plantear exenciones y subsidios, como se ha comentado en algunos medios, para paliar el desempleo e incentivar la inversión, si no se hace con la formalidad de una revisión de la recaudación fiscal vía impuestos, y de qué es lo que financia, y a quiénes afecta, se cae en un juego irresponsable que afecta finalmente el bolsillo de quienes busca proteger este tipo de “grandes medidas”.
Tenemos una caída en la productividad, la que en nuestra Quinta Región se hace más patente por sus características geográficas, productivas y de servicios, donde nos enfrentamos a una realidad de PYMES y MIPYMES que no pueden enfrentar la crisis si no se le traspasan beneficios reales, como lo son, por ejemplo, créditos blandos y en condiciones especiales, para que puedan continuar como ejes de crecimiento y nodos de absorción de Mano de Obra. Tenemos que actuar más sobre la productividad y el mercado laboral que sobre la inversión: esos factores nos permitirán en lo mediato avanzar en soluciones reales al nefasto efecto de la Crisis.
Tenemos que ocuparnos de conciliar los intereses de la comunidad, de los actores públicos junto a los del sector privado, primando siempre el bienestar de la comunidad: armonía es lo que necesitamos, puntos de convergencia y no de divergencias.
Desde mi posición aliancista, que es la de generar una fuerte unidad para construir un sueño que interprete a las personas, hago un llamado a unirnos, a no pelear entre los que perseguimos el mismo sueño. Es una tarea de todos, donde no caben los egoísmos personales. Somos todos parte de nuestro hermoso CHILE.
FOTO: publik16