Falta muy poco para conocer los frutos de la encuesta, para algunos, más respetable de todas, espera que tiene a los partidos políticos y sus comandos presidenciales con doble ración de Armonil y es que no es para menos, ya que se ha hecho una costumbre que la acción política chilena dibuje sus estrategias según el razonamiento que se haga de sus resultados.
Siguiendo ese juego, podríamos agregar que la ansiedad se exacerba aún más por la cercanía al límite legal para la inscripción de los candidatos en el Servel. Es decir, de requerir cambios de último minuto, no se contaría con el tiempo deseado para reaccionar. Es así como quienes aún piensan que si Eduardo Frei se ve despojado o igualado por Marco Enríquez en la intención de voto, la procesión a Caleu debería hacerse raudamente.
Si igualmente no consiguieran hacer los cambios anhelados, pues seremos testigos de un espectáculo digno de un programa televisivo como Pelotón, 1810 o La Noche, donde dirigentes políticos de todos los tamaños y apellidos se acuchillarán salvajemente colgándole la culpa a quien se les cruce por en frente.
Esta encuesta trae además un ingrediente muy apreciado para los equipos de campaña y es “la sensación de triunfo”. Piñera ya se vio afectado negativamente por este síndrome en la muestra anterior, regalándole a Marco Enríquez el triunfo ambiental. Con todo, periodistas, analistas, aficionados, políticos, empresarios, etc. esperarán cual padres primerizos el parto de la Cep para plantear entretenidos y lapidarios escenarios electorales.
¿Cep o no Cep?, that is the question…
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