Sandía, melón, piña, uva, duraznos y damascos son algunas de las frutas que podemos encontrar en el verano. Sus diversos colores, sabores y aromas invitan a que las personas incorporen una mayor cantidad de estas a su dieta habitual. Su consumo puede ser muy positivo para la salud, siempre y cuando se manipulen de la manera correcta y su ingesta sea en las porciones adecuadas.

La ingeniero de alimentos y jefa de calidad de Aramark, Nataly Pallante, entrega algunas simples recomendaciones que se deben tener presente al consumir una fruta: “Una inadecuada manipulación puede provocar una contaminación biológica a raíz del desarrollo de bacterias por la pérdida de la cadena de frío, o bien una selección deficiente puede llevar a que el consumidor reciba una fruta que no se encuentra apta para el consumo”.

Entre sus principales consejos, se encuentra mantener la fruta refrigerada para evitar su descomposición, sanitizar la superficie donde se prepara, lavarse bien las manos y usar utensilios limpios.

“Es muy importante siempre cuidar la higiene del área de trabajo; por ejemplo, si se utilizan superficies de contacto directo con alimentos, deben tener un correcto proceso de sanitización, ya que de esta manera se evita la contaminación cruzada, que puede generar importantes problemas en la salud del consumidor”, puntualizó Nataly Pallante.

Sobre las porciones a consumir, la jefa de calidad de Aramark recomendó ingerir tres frutas al día y todas distintas “para aportar fuentes diferentes de fibra, vitaminas y minerales”.  

Por último, comentó que es mejor consumir la fruta en su estado natural, es decir, fresca, y evitar las conservas, ya que contienen altos contenidos de azúcar, así como los jugos en base a frutas.