El senador Francisco Chahuán se reunió con los ministros de Transportes y de Obras Públicas, Gloria Hutt y Juan Andrés Fontaine, respectivamente, para reiterarles su solicitud de que el Ejecutivo otorgue la categoría de prioridad presidencial a la concreción del proyecto de tren rápido para unir Valparaíso y Santiago, considerando los beneficios que implicaría y que existen consorcios interesados en ejecutarlo.

El integrante de la Comisión de Transportes del Senado afirmó que “en cualquiera de las tres opciones que existen para concretar el tren que permitiría reducir el trayecto entre la capital y la región de Valparaíso  –del consorcio franco español, del chileno chino o el planteado por EFE, EPSA y EPV- estamos frente a obra importante y con viabilidad  económica, pues se financia con 2/3 de transporte de carga”.

Además, Chahuán subrayó que dos de éstos no requieren subsidio del Estado, asegurando que se trata de “una oportunidad única, que debiera hacerse a través de una licitación internacional para generar competencia y permitir que el mejor oferente materialice las obras”.  El senador recalcó que  “levantar el tren rápido Santiago Valparaíso es oportunidad única y por eso hemos insistido –y seguiremos haciéndolo- en que se le dé la prioridad presidencial”.

El parlamentario dijo que “una obra de esta envergadura permitiría descomprimir la ruta 68, mejorar la logística de los puertos y un transporte de personas que impulsaría la generación de nuevos núcleos urbanos, mejorando la calidad de vida de las personas que hoy no tienen opciones de traslado expedito”.

Voluntad política

Junto con reiterar su preocupación por la permanente congestión que se registra en la Ruta 68 con ocasión de fines de semana y feriados, el diputado DC Víctor Torres, parlamentario por la región de Valparaíso, señaló hoy que “este fin de semana la situación fue realmente caótica y fueron miles las personas afectadas con horas de traslado que esperamos no vuelvan a repetirse; pero, esto, requiere cambios y soluciones estructurales, nada se resuelve con más o  menos vías exclusivas; el tren rápido entre Santiago y Valparaíso se levanta hoy como un proyecto que ha dejado de ser un sueño, para transformarse en una necesidad imperiosa”.

Torres agregó que “el colapso de la Ruta 68 en Semana Santa es sólo una muestra del actual estado de nuestra conectividad; se requieren cambios estructurales y eficientes y esperamos luz verde para el tren rápido. Se ha constituido una mesa de trabajo y dentro de las soluciones esperamos que este proyecto cuente con respaldo. Por ello, he oficiado al Ministerio de Obras Públicas y Transportes y a EFE para saber qué pasó con la propuesta que se entregó en enero al ministerio, cómo poder impulsar el proyecto y empezar a cambiar el rostro de la conectividad entre Santiago y nuestra región “. 

“Sabemos que para avanzar en esta materia se necesita voluntad política; el proyecto, en nuestra región cuenta con respaldo ciudadano y de las autoridades. Aquí, además, está sobre la mesa la necesidad de descentralizar y de potenciar nuestra zona facilitando el tarslado con tiempos eficientes y sin los riesgos de las carretras. La solución no puede ser más carreteras; el parque automotriz ha aumentado considerablemente y el tránsito entre ambas regiones es cada vez mayor; son muchos quienes viven y trabajan en ambas ciudades con traslados diarios , lo que se complica aún más todos los fines de semana, festivos y en periodo de vacaciones. Si queremos descentralizar y mejorar nuestras conexiones, disminuyendo riesgos de accidentes, el tren debe priorizarse”, 

El parlamentario comentó, además que “aquí también hay demandas en los puertos, este tren puede ser una puerta, además, para un mayor crecimiento y son propuestas que queremos saber en qué estado se encuentran. Inclsuo, por las características del proyecto y la ubicación de la estación que se propone para Valparaíso podría vincularse con la propuesta de recuperación de borde costero”. 

Cabe señalar que, según lo informado, antes de su aprobación, el proyecto debe contar con el permiso administrativo de la Ley de Ferrocarriles del estado y los informes de ingeniería de detalle e impacto ambiental. El plazo estimado se calcula en tres años y medios, con una inversión de 1.600 millones de dólares, beneficiando a cerca de ocho millones de personas.