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Confianza, un recurso a recuperar en Valparaíso

30 Julio 2020

Durante el desarrollo de la gestión municipal de esta administración, se ha ido perdiendo el uso de una norma básica en el que descansa gran parte de la vida social y política: La Confianza.

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Secretaría Política

Movimiento Valparaíso Ciudadano

Siempre hemos pensado que las relaciones cara a cara, el encuentro cercano, el contrato social y político de las colectividades, tienen como virtud el hacer más corto el diálogo y la búsqueda de soluciones en cualquiera de las materias que enfrentamos en la vida, y especialmente en el desarrollo de nuestra comuna.

Sin embargo, durante el desarrollo de la gestión municipal de esta administración, se ha ido perdiendo el uso de una norma básica en el que descansa gran parte de la vida social y política: La Confianza. Un bien bastante escaso, casi ausente, en las palabras vertidas por diferentes medios de comunicación, en el concejo municipal del miércoles 15 de julio recién pasado y posterior al mismo, de parte de funcionarios y del alcalde de esta administración. Olvidando, o a lo mejor no han tenido esa experiencia, que esta habilidad social y política no se puede generar ni por ley, ni por decreto, ni mucho menos por amenazas de judicialización de la labor fiscalizadora de los concejales municipales de Valparaíso, como ocurrió en la Sesión N°20 del Concejo Municipal de Valparaíso.

De qué confianza hablamos. De las dos más significativas; la confianza social, esa que tiene que ver con las personas, y de la confianza política, la que dice relación con las instituciones, con que ellas funcionen como bien público y al servicio de la ciudad; de aquella confianza que busca que creamos en el valor de las instituciones y que ellas actuarán conforme a las expectativas de sus ciudadanos en cualquiera de los actos que las involucre directamente o través de sus representados. Qué duda cabe, es casi de manual, la confianza política es un atributo significativo de adhesión de los ciudadanos y ciudadanas a un sistema político, y esencialmente a la democracia; ciertamente hace rato que nuestro país, y nuestro puerto ha perdido parte importante de ello. Pero también ha ido perdiendo lo que llamamos confianza social, esa que tiene que ver con la vida social en lo público, con las redes sociales o con la confianza interpersonal para que actuemos en conjunto en pos de un objetivo común o de un bien público superior.

El 22 de julio, en la sesión N°21 del concejo municipal de Valparaíso, se planteó, en puntos varios, la destitución del Administrador Municipal fundada en un texto leído en representación de varios de los concejales, por uno de sus pares; planteamiento que se hizo como efecto de las declaraciones, omisiones y sus consecuencias, ocurridas hace más de 10 días, junto a una larga lista de pendientes en diferentes materias de la gestión municipal. Lamentablemente este punto no pudo desarrollarse ni concluir, dado el abrupto e imprudente acto antidemocrático del alcalde en su propio concejo municipal; un abuso de poder extremo, sin capacidad de poner tono y clima de autoridad —no autoritarismo— al debate de las ideas fundadas, y al respeto de los procedimientos que acompañan el buen funcionamiento de una instancia como esta. Nos guste o no guste la composición del mismo.

Desde ese punto de vista, lamentamos señalar a la opinión pública que políticos de esta naturaleza lo que hacen es, justamente, lesionar la confianza institucional y la confianza social de sus ciudadanos.

¿Tanto cuesta Señor alcalde hacer operar la confianza social y política como garante de un Contrato de Convivencia en el municipio que dirige usted, en el concejo municipal donde participan 10 concejales y que usted preside, y en los trabajadores y trabajadoras que se desempeñan habitando esta casa municipal porteña, que usted representa? Debemos prepararnos para que luego de amenazas de judicialización, de abuso de poder, vengan otras malas prácticas?

Los argumentos esgrimidos por el alcalde para la suspensión abrupta, mediante el cese unilateral de la conexión, de ese concejo municipal son francamente inexcusables; como así mismo la de los grupos políticos que han salido a apoyar tan livianamente este acto sin ver el punto de fondo desde el rol y la responsabilidad política que supuestamente detentan y representan.

Lo ocurrido ayer instala prácticas que efectivamente la gran mayoría de Valparaíso no desea; sobre todo en tiempos que buscamos reinterpretar Chile con cambios que incluye una nueva Constitución, que pueda guiar un nuevo amanecer para la política local, regional y nacional, tan necesaria; llenándola de ética, de competencia, de eficiencia, de compromiso por el bien común, para Valparaíso, y por sobre todo de respeto a la democracia y a la participación.

Hay que predicar con el ejemplo.

¡viene otro de período de cambio!

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