La séptima sesión ordinaria del concejo municipal tuvo un único tema en la cuenta presidente: una confusa solicitud del alcalde para tener una “posición política” del concejo respecto a las prioridades de la ley de presupuesto 2022 que se tramitará este mes en el Congreso, y que tendría como objetivo poder hacer un punto de prensa o algo así y aparecer en la tele.

En la cuenta de la comisión de Régimen Interno, la tutora de la concejala Zuliana Araya presentó una serie de licitaciones y traspasos que fueron aprobados en su totalidad; se aprobó la creación del cargo del Director de Seguridad Ciudadana (el nombre de fantasía de esta administración para el director de Seguridad Pública, que es el que exige la ley) y se autorizaron las tarifas para los permisos de Fiestas Patrias para puestos, fondas y ramadas en espacios públicos y alrededor del parque Alejo Barrios. Ante la consulta de la concejala Nieto respecto a los permisos, considerando que las condiciones impuestas por la autoridad sanitaria impiden el funcionamiento de las tradicionales fondas, la directora de Desarrollo Económico explicó que se trata de otro nuevo concepto inventado por esta administración: Las Ramadas Barriales.

En el turno de la comisión de Cultura, se informó sobre la solicitud de respaldo económico que solicitó el único organizador del Carnaval Mil Tambores que no está trabajando en la municipalidad y que según lo acordado previamente debería haber sido votado para su aprobación, pero al parecer al presidente de la Comisión, Thelmo Aguilar, se le olvidó convenientemente… también se aprobó el apoyo del concejo para solicitar al ministerio de Bienes Nacionales y a la Armada el comodato del Cuartel Silva Palma al colectivo Cine Fórum de Valparaíso, para convertirlo en un sitio de memoria, lo que fue aprobado por todos los concejales excepto por la concejala Marianela Antonucci, lo que provocó una sentida reacción de la concejala Alicia Zúñiga con una arenga que sacó espontáneos aplausos.

Las demás comisiones presentaron de manera relativamente sintética sus actas pero hubo una soporífera detención cuando la concejala Gilda Llorente expuso la cuenta de la comisión de salud, haciendo un interminable informe sobre vacunación, salud, y todo eso que solía promover como propaganda el director de Salud de la Cormuval cuando le cedían el espacio para su franja electoral antes de inscribir su candidatura a diputado, pero que ahora, como siempre debió ser, se expuso en la insoportablemente extensa cuenta de la comisión de Salud. Luego, cuando expuso la cuenta de esa intrascendente comisión especial inventada por los delirios constituyentes del alcalde, fue algo más breve.

Al terminar, la concejala Zuliana Araya tenía preparada una sorpresa que fue arruinada por el alcalde.

Se acordó poner banderas a media asta para conmemorar el Golpe de Estado y dejaron fuera de la transmisión la sorpresa de la concejala Araya.