[Crítica de Cine y TV] “1917”, la guerra en un suspiro

[Crítica de Cine y TV] “1917”, la guerra en un suspiro

27 Noviembre 2020

Resumida así la historia, parece una película simple. Pero la brillantez de Sam Mendes está en que muestra la historia como si fuera una sola toma sin cortes, y para realizar eso, solo basta imaginar el gran trabajo de producción que hay detrás.

Alejandro Nogue >
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Es imposible dejar pasar el estreno de una película de alto vuelo cuando llega a la TV, porque entre tanto producto desechable, se agradece la oportunidad de apreciar una realización como “1917”, que ingresó la última semana a la parrilla programática de HBO, antecedida de los premios obtenidos en las últimas entregas de los Oscar y Globos de Oro, entre otros galardones que cosechó en festivales internacionales.

Si el cine de acción tiene como esencia de su relato el montaje, el director Sam Mendes (“Belleza americana”, “Camino a la perdición”) opera en el sentido opuesto y estructura su narración en base a un gran plano secuencia, tal como lo hiciera antes Alfred Hitchcock en su cinta-ensayo “La soga”, con algunos trucos de “magia”. El resultado es realmente alucinante, retomando el sentido más cinematográfico del lenguaje audiovisual, que se ha perdido un tanto con esta idea de fragmentar los films en formato de series, con buenas historias que -varias de ella- no resisten el paso a la pantalla grande.

“1917” transcurre durante la Primera Guerra Mundial, cuando una pareja de jóvenes soldados, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman), reciben la misión de cruzar hacia las filas enemigas para entregar un mensaje que puede salvar la vida de miles de soldados. El tiempo juega en su contra y lo que nos muestra esta cinta es la tormentosa travesía que viven para llegar a un destino que parece imposible.

Resumida así la historia, parece una película simple. Pero la brillantez de Sam Mendes está en que muestra la historia como si fuera una sola toma sin cortes, y para realizar eso, solo basta imaginar el gran trabajo de producción que hay detrás de esa cámara que acompaña a cada segundo al protagonista. Una locura.

Pero esta realización no se queda en los juegos pirotécnicos, es un relato dramático muy consistente, que habla de la insensatez de las guerras, del honor y de la voluntad enfrentada a una prueba de fuego. Este drama se enfatiza más con la excelente música, actuaciones y una fotografía que capta la envergadura de la guerra con crudeza y delicadeza, como cuando Schofield llega a un pueblo incendiado y las bengalas generan un juego de luz y sombra que instala esa idea que en la muerte también puede haber instantes de belleza.

El concepto de esta película es la idea de crear una obra de arte de un suspiro, la del pintor que crea una obra maestra de una pincelada, aunque sabemos que el cine es un arte que no solo requiere de inspiración, la logística y la producción son fundamentales, así como la suma de talentos, que en esta cinta hay de sobra.

“1917” es la vuelta al buen cine, a las grandes miradas y a los temas importantes, una obra que impacta y que nos mantiene atentos sin la posibilidad de pestañear. Imperdible, para quienes no pudieron verla en esa época de antaño cuando íbamos a ver películas a las salas de cine.

“1917”. Actuación: George MacKay y Dean-Charles Chapman. Dirección: Sam Mendes. 2019, Reino Unido. Por HBO.