El origen histórico de lo que bailamos este 18 de septiebre: Lo que es y lo que fue la cueca

El origen histórico de lo que bailamos este 18 de septiebre: Lo que es y lo que fue la cueca

24 Septiembre 2014

El autor, el antropólogo socio-cultural Oscar "Collipal" Salas, quiso desvelar las raíces del baile nacional que siempre revivimos fuertemente a mediados de Septiembre, el llamado “Mes de la chilenidad”, y su mayor sustrato cultural, la chingana y el roto chileno.

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Chinganeando, un estudio antropológico sobre la cueca chora porteña, presenta este jueves 25 en la biblioteca Santiago Severin su segunda edición a las 19 horas. En su investigación, el autor, el antropólogo socio-cultural Oscar "Collipal" Salas, quiso desvelar las raíces del baile nacional que siempre revivimos fuertemente a mediados de Septiembre, el llamado “Mes de la chilenidad”, y su mayor sustrato cultural, la chingana y el roto chileno.

La casa de don Oscar “Collipal” Salas se ubica por las alturas del Puerto de Valparaíso, allá por Recreo Alto, en medio de enormes laderas donde los bosques permanecen vírgenes y el sol azota el letargo del día. Entre cuadros, máscaras animistas y una vieja radio que aún funciona, el guachimán porteño comienza su relato; aquel que habla de su poco conocido trabajo como antropólogo en búsqueda de los inicios de nuestro baile nacional.

¿Cuál fue su inspiración para el libro?  ¿Cómo partió todo esto?

Eso lo tengo muy claro. Yo ayudé Dióscoro Rojas, amigo mío que conozco desde el kínder, con la formación del grupo de los Huachacas. Pasó que por allí, por el 2003 o 2004, en una de las cumbres Huachaca en Santiago, vi en medio de un montón de huasos y chiquillas, vestidos como dicta la cueca, a una pareja de chicos punk. Yo me dije “¿Y estos dos qué van a bailar?” Y bailaron una cueca tan linda, tan extraordinaria... como yo digo que se debe bailar. Un baile con otra intención, una cueca libertaria, donde la mujer confronta al hombre,  más intensa, sensual, y bailando mucho más de cerca. Ahí me fijé que había “algo” aquí que se debía investigar. Allí partió todo.

“Chingana”... ¿A qué se refiere?

Hay mucha confusión, porque la gente dice que era un prostíbulo o una fonda. La clave es entenderla desde su etimología, que proviene del quechua,  que significa “escondite.” No hay que definirlo como el espacio físico, sino como el espacio socializador y socializante de un grupo social llamado peón gañán en Chile. “Chinganeando” se refiere a la actividad socializadora del peón gañán durante esta celebración, aquel que iba a celebrar el dinero bien ganado o el que se escondía de la ley, el bandido.

¿Quién era este “Peón gañán”?

El peón gañán era ese trashumante trabajador ocasional del campo y la ciudad, era parte de una clase social definida en su época. Era quien estaba afuera de la hacienda y que después fue reconocido como el “roto chileno”. No era un trabajador emprendedor o que buscara ascender, sino “vivir el momento,” ese era su ethos, el ethos popular. No hay que confundirlo con los vagabundos, porque el roto es el que trabaja. En 1907, había aproximadamente 500.000 peones gañanes en el mundo laboral activo. Fueron los obreros de las salitreras, los que construyeron el ferrocarril, los canales de regadío, la carretera, los que vagaban por el país de trabajo en trabajo y de chingana en chingana, ya que no tenían casa ni familia a la que volver.

¿Y dónde está ahora ese roto chileno o Peón gañán?

El roto chileno, como clase social, se extinguió con la reforma agraria, porque muchos se asentaron y proletarizaron, pero lo que dejó son sustratos culturales, elementos propios de los peones gañanes absorbidos por la clase popular e incluso la elite chilena: el San Lunes (pasar de la pega el lunes luego de un fin de semana de fiesta), la Religiosidad de ciclos largos, las animitas, incluso el anarquismo; todos esos son elementos propios de aquella clase social.

¿Cómo nace la cueca con la Chingana y el peón gañán?

Es un híbrido de tres culturas: negroide, morisca y mestiza. Se popularizó por ser lo más querido del repertorio del peón gañán, quien provenía del mundo popular y era el que más socializaba en la chingana. Hay dos popularizaciones de la cueca. Una que siguió clandestina, del sentido de la chingana, que es hoy lo que sería la cueca brava en Santiago o la chora porteña en Valparaíso. Otra que vino del Estado, con la Independencia, donde fue tomada, “blanqueada” por la elite y las clases dominantes, removida de algunos de sus componentes y sólo dejado  el contenido morisco. Eso es lo que vemos ahora del “huaso” con la “china,” que tiene sus raíces en el flamenco, el fandango y el sub-contenido árabe, donde sólo se baila de la cintura hacia abajo, con poca cercanía.

¿Qué elementos distinguen la cueca chora o brava de la cueca que se baila popularmente en el país?

La cueca se definía por la territorialidad, adoptando los elementos propios del lugar a donde se llegaba. La cueca chora porteña proviene tanto del puerto, Valparaíso, como del choro, en referencia a los prostíbulos. Una cueca netamente sensual, donde poco importaba la forma de vestir. Pero ya que la cueca se normó por el Estado, quién la enseña y cómo hay que vestirla, todo eso desapareció, un mundo de cuecas distintas. Lo del poncho, el terno y el traje proviene de la Dictadura de Carlos Ibáñez del Campo.

¿Piensa seguir escribiendo sobre elementos propios de la chilenidad que debemos rescatar?

Sí, hay dos investigaciones más donde estoy involucrado, ambas con la editorial de Planeta de Papel. Una que trata acerca de la investigación del potencial sustrato cultural que tienen los grupos revolucionarios de los 60’ hasta el 80’ (el MIR y el Frente) y su relación con el bandidaje social del roto chileno.  El otro es sobre la huella que ha dejado el roto chileno en Valparaíso, en las pensiones y en las oficinas de enganche para los trabajos. Yo quiero que algún día promovamos el día del roto chileno, el sujeto trabajador, fiestero, bueno para la pendencia y característico de nuestra historia y cultura.