El Premio Municipal de Literatura de Valparaíso se entrega en Santiago

El Premio Municipal de Literatura de Valparaíso se entrega en Santiago

11 Mayo 2020

En realidad, lo tuvimos, pero dejó de existir, y eso, por sí mismo, amerita otra historia. Acá solo podremos resumir brevemente los hechos.

Ernesto Guajardo >
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Por Ernesto Guajardo

El título de este texto parece un ejercicio de humor negro. Y, de alguna manera, lo es, aun cuando no pretenda serlo.

El hecho es que en Valparaíso, capital cultural de Chile, Patrimonio Cultural de la Humanidad, sede del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, no tenemos Premio Municipal de Literatura.

En realidad, lo tuvimos, pero dejó de existir, y eso, por sí mismo, amerita otra historia. Acá solo podremos resumir brevemente los hechos.

El año 2007 fue la última vez que se entregó dicho galardón. En dicha ocasión, la Ilustre Municipalidad de Valparaíso convocó a postular al Premio, con una convocatoria muy pragmática y escueta, que aún se puede leer en línea acá.

La elección del Premio recaía formalmente el Concejo Municipal, el cual era asesorado por un comité de expertos, este emitía un informe técnico, sugiriendo el nombre de quien debería recibir el anhelado laurel. Dicho comité estaba integrado por Cristián Vila Riquelme, Darcie Doll, y Álvaro Bisama. Ellos recomendaron que el merecedor del premio era el poeta Eduardo Correa, sin embargo, el Concejo Municipal no estuvo de acuerdo, y optó por darle el reconocimiento a Arturo Morales. Entonces ardió Troya.

Fragmentos de la artillería disparada en esos meses aún se pueden encontrar: así se puede leer el texto “Premio municipal de literatura de Valparaíso ¿Otra vergüenza más?”, de Hernán Montecinos o “Sobre el premio municipal de literatura de Valparaíso”, de Cristián Vila Riquelme. Luego del fuego cruzado entre los ediles y los asesores (y no solo ellos, por cierto), el asunto se resolvió del mismo modo como lo hizo don Otto con su famoso sillón: el Premio Municipal de Literatura de Valparaíso dejó de existir, hasta nuestros días.

De este modo, los escritores porteños, tanto los residentes, como quienes han emigrado a otras geografías, han obtenido el Premio Municipal de Literatura, pero en Santiago. Así ha sido el caso de Álvaro Bisama, en 2001, con su novela Estrellas muertas. El 2014 lo recibió Jorge Baradit, en Literatura Juvenil, por Lluscuma. Al año siguiente, lo obtuvo Cristóbal Gaete con su novela Motel ciudad negra. Ese mismo año Marcelo Mellado fue reconocido por su libro de cuentos Humillaciones. En 2016, Felipe Moncada, recibe el premio por su poemario Silvestre. En los casos de Gaete y Moncada existe una característica común, desde el punto de vista de la producción material de sus obras: ambas fueron publicadas por editoriales de la región de Valparaíso: Hebra Editorial y Ediciones Inubicalistas, respectivamente.

En septiembre de 2017 Isabella Monsó, en su calidad de Encargada de la Dirección Cultural de la Municipalidad de Valparaíso le informaba a Gladys González, en ese entonces presidenta de la Sociedad de Escritores de Chile - Filial Valparaíso, que se había terminado de redactar y revisar una propuesta de Reglamento de Premio Municipal de Literatura de Valparaíso. Informada la Filial, sus integrantes discutieron en asamblea sus ideas, anhelos e inquietudes respecto del Premio. Hoy, a casi tres años de aquel anuncio prometedor, aún no se concreta nada al respecto.

Esta ausencia, para Cristóbal Gaete, “Es pésima. Los tipos como yo escriben para su gente y acá debería haber un reconocimiento a los escritores que mueven el asunto y hacen obra. Lo peor de todo es la forma en que desapareció, en este mes que se cumple un aniversario del fallecimiento del escritor Eduardo Correa”. Por ello estima que es necesario reponer dicho premio, sin embargo, “no veo por dónde, si la alcaldía ciudadana no lo hace, qué esperar de los demás. La vida en la literatura es una mala idea, y a los escritores mayores el dinero les vendría bien. Yo se lo daría al tiro a Víctor Rojas Farías”.

Por su parte, Felipe Moncada estima que la inexistencia del premio “es un reflejo de las prioridades del municipio. Lamentablemente instaurar un premio importante y escapar de la corrupción que ello podría generar es complejo, es más, gestionar una instancia amplia, representativa de distintas estéticas, sin que el peso de los organizadores se haga sentir, o alguna parte del jurado que tenga intereses, debe ser algo muy complejo, que hay que armar con guantes quirúrgicos. Si una instancia así no puede ser transparente mejor que no exista”. Y agrega que se requiere “una instancia que tenga representatividad, por ejemplo de escritores, antiguos ganadores, críticos, el mundo académico, etc., una instancia que realmente generara debate en torno a la obra de alguien. Pero si es para pagar favores políticos, o consolidar amistades literarias, o para establecer un botín económico por el cual desplumarse todos los años, en ese caso el premio no me parece necesario, porque no representaría una interacción cultural, sería más bien un montaje comunicacional. Ahora, en el contexto económico de la ciudad desde el estallido y pasando ahora la pandemia, estoy seguro que las iniciativas culturales están entre las últimas prioridades del Municipio, lo que es difícil contradecir”.

Por su parte, Katrina Sanguinetti, quien integraba el Concejo Municipal el año 2007 afirma que “me parece muy necesario reponer el premio, pero ahora con un jurado de expertos el que puede, además, integrar un concejal, para evitar las tensiones que además afectan al galardonado”.

Mientras tanto, la escritura porteña deberá seguir peregrinando a Santiago, en busca del tan mentado galardón.