Lo que pasó en Valparaíso esta semana con Mon Laferte es el fiel reflejo de cómo se gestiona el "patrimonio" en la ciudad y cómo se enfrentan las situaciones que de vez en cuando surgen. 

El hecho puntual es que la galería Bahía Utópica y Mon Laferte no cumplieron “la ley” establecida en el sector Patrimonio de la Humanidad. Zona de "Amortiguación", para ser precisos. En resumen, no se puede pintar ni una fachada sin permiso. Ni aunque la casa sea de tú propiedad. “Todos tienen que cumplir la ley”, dijeron algunos. Sí, estamos de acuerdo.

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Pero yo no sé si no saben, no se dan cuenta, o no quieren ver que estamos frente a una artista de nuestra región, enamorada de Valparaíso, reconocida en el mundo entero, con una carrera de pocos años y en franco ascenso, que partió desde abajo, y que vino a hacerle un regalo a la ciudad. Y ya son tres los murales en distintos sectores. No quiero explayarme en el alcance mundial de Mon Laferte, ya se darán cuenta. Que no te guste su postura política o los pelos de su dibujo es otra cosa.

¿Por qué no tenemos un Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) o una Seremi de las Culturas que gestionaran un acercamiento como la situación ameritaba? Se hace el trámite en unos días y listo, se acaba la polémica que salió hasta en los matinales y convertimos los murales de Mon en un hito turístico en una ciudad que lo requiere de forma urgente. ¿Esa política cultural y patrimonial confrontacional es la que queremos en Valparaíso? 

La Seremi de Culturas dijo, aunque luego señaló que fue mal interpretada, que Mon había sido egoísta, individualista. El CMN la “invitó” a poner en regla su mural, casi como “antes de irse a México dese una vuelta por nuestras oficinas”. ¿Están hablando en serio? Un año y más se demora el CMN en aprobar un mural o un cartel de un restorán del barrio puerto. Pregúntenle al Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso cuánto llevan esperando al CMN a los pies del cerro Santo Domingo, detrás de La Matriz. El CMN es una entidad obsoleta, necesita urgente una modernización. Discutamos la Ley de Monumentos que duerme en el parlamento, ¿les parece?

Por cierto, el Municipio tampoco cuenta con un plan de gestión patrimonial, promesa incumplida desde el año 2003, cuando la ciudad fue designada como Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO. Pasan las administraciones municipales y no se avanza. Ahora último recién hubo un acercamiento para lograr tener uno, pero ha pasado tanto tiempo que uno tiene todo el derecho para no confiar.

Los organizadores de la exposición, conocedores de la realidad porteña, también tienen su cuota de responsabilidad en toda esta polémica de poca monta. Ellos deberían haber advertido la situación, me cuesta creer que no supieran como se regula eso en el cerro Alegre, no vienen recién llegando. Aunque es entendible: vieron la oportunidad y la hicieron, no se puede esperar al CMN en este tipo de casos. “¿Oye Mon, nos puedes esperar un año?” No.

Y Mon se fue a México, ni se despidió, qué ganas va a tener de hacerlo. Dijo adiós con unas historias en su instagram ironizando con lo que pasó para luego pedir que mejor hablemos de Francisco. Para más remate, su mural fue vandalizado.

Mon, perdónanos, por favor. Vuelve a Valparaíso cuando quieras. Esperamos que para cuando vuelvas tengamos una gestión patrimonial (porque no tenemos) acorde con las circunstancias.

Foto: Huawei / Agencia Uno