[Fotos] La Kinta Dimensión y el Arte de la Improvisación

17 Enero 2022
Busco capturar la inefable dinámica de la improvisación, cuya musicalidad retumbaba sobre una gruesa capa de fanáticos que canta, grita y salta en un anfiteatro lleno de colores, perdido entre la multitud. Un viejo estanque de agua borrado de la memoria colectiva de nuestra ciudad.
Cristián Hormazábal >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Llevaba tan sólo 5 minutos en la Playa del Deporte cuando la Onemi decreta Alerta preventiva de Tsunami. El teléfono insistía que debía dejar el lugar porque un volcán submarino había hecho erupción muy cerca de la Isla de Tonga. Medios nacionales y extranjeros señalaban los peligros de dicho evento y que el comportamiento de las aguas era inusual, que no era lo que se esperaba o conocía hasta entonces, de ahí la importancia de alejarse del borde costero de manera tranquila y rápida, tomando los resguardos necesarios para no generar accidentes ni contagiarse de Ómicron.

La producción de Kinta Dimensión toma decisiones de manera muy rápida -¿se suspende o traslada el evento?-. Dejo mi teléfono en la mochila al mismo tiempo que comienzo a caminar escaleras abajo, sin embargo, no alcanzó a llegar a la mitad de las gradas cuando Pipe Flow me pregunta si vengo al evento. Sorprendido, molesto, transpirado y con un fuerte olor a bloqueador solar le respondo que sí, que tenía intenciones de fotografiar la competencia pero después de la alerta de tsunami no sé qué harán.  

-Nos vamos a la piscina del Sausalito- Su respuesta me sorprendió tanto que me obligó a corroborarla. No por la desconfianza que la persona de este joven host de batallas de freestyle pudo haber generado. Muy por el contrario, su serenidad y soltura para conversar en un momento de estrés como el que se vivía inspiraban calma, serenidad e incluso alegría para hacer frente a un momento de crisis. 

Corroborar la información apuntaba a tranquilizar mi alma y, por sobre todas las cosas, cerciorarme en primera persona del aguante y entereza que la producción del encuentro posee para sobreponerse a la adversidad. 

Le pregunto al Pipe si sabe dónde está Schamyr (productor). Con su brazo izquierdo apunta al escenario: “es el de camisa floreada, cabello crespo y short gris”. Agradezco a Felipe su información para continuar mi ruta y seguir bajando. Cada paso era una ansiedad menos, un reto al destino, un cara a cara contra las marejadas.  

Efectivamente Kinta Dimensión regresa a su casa. Schamyr se disculpa por no poder llevarme en su auto, pero el espacio que tiene lo dispone para trasladar equipos. Sin embargo, me comenta que todo estará listo dentro de una hora más en el lugar de siempre. Así que no tengo otra opción que sumarme a la masa de gente que a eso de las 16.40 horas retornaba a sus casas y abandonaba la Playa del Deporte en Viña del Mar. 

A pesar de no ser el único personaje que se dirigía a esa hora del día a la piscina del Sausalito, sí fui uno de los pocos que pudo tomar micro y llegar rápido al punto de reunión. Tiempo suficiente para observar a los miembros de la producción terminar de inscribir las duplas, bajar los parlantes, dividir los grupos, instalar la amplificación y tomarme un mojito para capear el calor.    

Por un instante me perdí, no sabía qué hacer o qué es lo que iba a pasar. Todo era nuevo, caóticamente bello y estimulante, al punto de volverme disperso. Iba de un lado al otro de la piscina, quería tener cada instante, retratar las diferentes historias y rimas que de manera orgánica se apoderaban del lugar. 

Abro un rato mis redes sociales mientras la producción arma lo que será los octavos de final. Observo fotos y videos de la Kinta Dimensión, leo comentarios del geólogo Marcelo Lagos felicitando el actuar de la Onemi y precisando que Tonga es un estado en Oceanía cuyos territorios han sido formados por erupciones volcánicas. Sin embargo aclara que este tipo de evento no había ocurrido con registro documental de un tsunami en las costas de miles de kilómetros del volcán.

Vuelvo a la piscina del Sausalito para concentrarme en la competencia de Rap. Y tal como en el documental Freestyle: The Art of Rhyme, busco capturar la inefable dinámica de la improvisación, cuya musicalidad retumbaba sobre una gruesa capa de fanáticos que canta, grita y salta cada enfrentamiento en un anfiteatro lleno de colores, perdido entre la multitud. Un viejo estanque de agua borrado de la memoria colectiva de nuestra ciudad.