Este sábado 2 de enero, a las 19:30 horas, la Temporada Artística de la Universidad Técnica Federico Santa María iniciará su programación virtual 2021 con la transmisión de un gran concierto protagonizado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile (OSNCH), bajo la dirección del maestro español Françoise López-Ferrer. El registro, que se exhibirá a través del Facebook institucional de la USM, corresponde a una aplaudida actuación realizada en 2018, donde se abordan las obras Fantasía escocesa para violín y orquesta de Max Bruch y la Sinfonía N°9 de Antonín Dvořák, llamada popularmente “Del Nuevo Mundo”.

La pieza de Dvořák es considerada la más brillante de sus creaciones y una se las sinfonías más importantes del repertorio universal. Fue escrita en 1893, durante el periodo que el compositor checo vivió en Estados Unidos, lo cual determina el carácter de la obra. Antes de su estreno, en el Carnegie Hall de Nueva York, el compositor explicó que varios temas están inspirados en la música de los pueblos indígenas norteamericanos, dando como resultado una pieza de notable riqueza musical.  

El éxito de la Sinfonía Del Nuevo Mundo fue inmediato, luego de publicarse fue presentada por la mayoría de las orquestas europeas y pasó a ser una de las obras preferidas del público. Su popularidad también ha traspasado las salas de concierto, siendo utilizada en el mundo del cine, la televisión y la publicidad.

David Dahma, director de la Temporada Artística USM, comenta que “el programa de este concierto nos pareció ideal para comenzar el año 2021. Es una invitación a disfrutar la belleza de dos obras monumentales, especialmente en lo que se refiere a la Sinfonía del Nuevo Mundo, su música es un regalo para quienes la conocen y un maravilloso descubrimiento para quienes la escuchan por primera vez”.

En esta presentación, la Fantasía escocesa, de Bruch, cuenta con la actuación de Marcelo González, solista de la fila de violines segundos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Entrevistado en su oportunidad, el músico señaló que la obra “es un poco diferente a la mayoría de los conciertos para violín que uno conoce, que por lo general son clásicos. Éste es romántico” y añadió que “para mí, lo particular de esta obra es que más que concierto para solista es una especie de sinfonía, donde la voz la lleva el violín solista; y otro punto es que incluye el arpa en un papel co-solista, lo que la hace muy interesante, porque las voces son muy diversas”.