No podría haber sido más auspicioso el comienzo. Miles de chilenos llenaron San Juan, el himno cantado retumbó a través de la Cordillera de los Andes, y una bandera chilena gigante cubrió una tribuna del estadio, como si estuviéramos en el Nacional. Éramos locales.

Y La Roja empezó con todo. Los ataque se sucedían y México intentaba salir pero se encontraba con una línea de defensas chilenos muy arriba, casi presionando en mitad de cancha. Y La Roja intentaba por todos lados, por las puntas, con centros, por el medio, tiros de media distancia, toques y más toques, pero el gol no salía. Alexis, Matías, el chupete, tuvieron sendas oportunidades pero fallaron en el finiquito o tapó el arquero. 

Minuto 40, centro mexicano, rebote, y el zaguero Néstor Araujo de cabeza se le emboquilla a Claudio Bravo. Primera llegada y gol de México. 

Termina el primer tiempo.

El segundo lapso comenzó igual que el primero, Chile atacaba y atacaba, y México esperaba. A pesar de la insistencia, no se veía por donde podía salir el gol.

Minuto 66, tiro de esquina para La Roja, Fernández centra, pivotea Ponce, Contreras le da desviado, la pelota se pasea por la línea del arco y aparece el recién ingresado Paredes para solo empujarla. Gol de Chile, empate y ya se respiraba.

Otro córner, minuto 72, nuevamente Matías y Arturo Vidal que mete un frentazo impresionante para decretar la ventaja.

Chile seguía empujando, se mete un poco atrás, México que se atreve por primera vez en el partido, un par de ocasiones, nerviosismo, todos pidiendo la hora. 

Se acaba el partido y La Roja derrota a México. Costó, se sufrió pero los tres puntos son nuestros, punteros del grupo C y ahora viene Uruguay el viernes en Mendoza, donde seremos otra vez locales.