El futuro es de todos

El futuro es de todos

30 Noviembre 2020

Hay una corriente profunda de miles de personas que estamos aprendiendo a expresar ideas y diferencias a través del diálogo y la conversación. Por todo el país hay iniciativas desplegándose para incentivar encuentros entre pares improbables.

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Hace unas semanas sucedió el encuentro entre un carabinero y un manifestante que terminó trágicamente con la caída de uno de ellos al río Mapocho y con la imputación legal del otro. Dos jóvenes chilenos que el destino enfrentó en la calle. Seguramente no sabían nada del otro, ni sobre sus amigos, ni de sus familias ni de sus sueños. ¿Eran enemigos?

Debajo de la violencia y del furor embravecido que a primera vista pareciera primar en el país, amplificado por las redes sociales, hay una corriente profunda de miles de personas que estamos aprendiendo a expresar ideas y diferencias a través del diálogo y la conversación. Por todo el país hay iniciativas desplegándose para incentivar encuentros entre pares improbables, conversaciones que dan voz a quienes sienten que no han sido escuchados. Los chilenos estamos aprendiendo a conversar, a escuchar, a preguntar con ganas de entender al otro en espacios promovidos por proyectos como “Tenemos que hablar de Chile”, “Ahora nos toca participar”, “3xi,” “Tribu”, “Base Pública”, “Balloon”, Los diálogos del Instituto Nansen, de Comunidad Mujer y la Fundación Colunga, “Por Todas”, “Puente Social” y “Escenarios para Chile”, entre muchos más.

“Tenemos que Hablar de Chile”, una plataforma amplia de diálogos desplegados a lo largo del país, acaba de publicar una declaración transversal para que el 26 de octubre comience la construcción de un país mejor. En base a las conversaciones que han sostenido 180 mil chilenos, han visualizado 2 grandes aprendizajes: que tenemos miradas sobre la sociedad mucho más diversas de lo que pensábamos y que, justamente, esa diversidad es una gran fuente de riqueza. Chile hoy es un caleidoscopio de orígenes, experiencias de vidas y preferencias políticas, como lo declaran.

En nuestra experiencia liderando diversas iniciativas de diálogos y encuentros, hemos aprendido que tenemos miedo de las opiniones de los demás, que preferimos conversar con los que están de acuerdo con nosotros, que no tenemos acuerdo sobre lo que hay que hacer ahora, ni una mirada común sobre el futuro.  Es así que desde marzo estamos trabajando con el experto canadiense Adam Kahane, quien ha liderado procesos de colaboración entre enemigos por décadas en los lugares más complejos del mundo y hemos aprendido que para construir el futuro donde todos nos sintamos incluidos, necesitamos aprender a colaborar con personas con las que no coincidimos, que no tenemos confianza o que no nos gustan. Más que tratar predecir o dirigir lo que pasará o ponernos de acuerdo sobre lo que sería mejor, necesitamos narrativas sobre lo que es posible y realista, donde el futuro se construye entre todos, y los procesos realizados por Kahane muestran que sí es posible.

¿Cómo será Chile en el 2035? Es la pregunta que queremos invitar a la amplia diversidad que conforman el país a hacerse hoy y tomando una frase de “Destino Colombia”, proceso colaborativo llevado a cabo en en el año el 1996, en medio del conflicto , “El futuro no es una condena ni una herencia que no se pueda cambiar. Será el resultado de lo que hagamos hoy, de los sueños y de las acciones de esta hermosa diversidad que somos”

Por María Emilia Correa y Fernanda Vicente, integrantes del G100 y Escenarios para Chile