En Defensa de Valparaíso y las Ciudades Puertos

En Defensa de Valparaíso y las Ciudades Puertos

06 Junio 2011

Con respecto a nuestra ciudad, las repercusiones se notarán con mayor impacto. El cálculo son 10 mil empleos directos, pero a eso se le debe sumar las consecuencias de la banca y por ende el del comercio gastronómico

Jorge Bustos >
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Los actores sociales y empresariales de Valparaíso y a nivel nacional, han descubierto con asombro las medidas anunciadas el 21 de mayo, pues el resumen posterior indica una direccionalidad peligrosa hacia el centralismo y la concentración monopólica de las industrias ligadas al comercio internacional, que pretende favorecer a transportistas internacionales y sacrificar el crecimiento y desarrollo de las ciudades puertos de nuestro país.

El sistema multimodal planteado, agrede y pone en peligro la continuidad de nuestro rodado nacional, concentrando todo el negocio en los que hoy explotan a través de concesiones los puertos de todos los chilenos. Y generará una contracción abismante en las economías locales (ciudades puertos), pues el flujo de capitales se reducirá producto de los puertos secos en la capital de Chile.

Lo anterior, sumado al debilitamiento contralor de aduana y servicio agrícola y ganadero SAG, pondrá en cuestión nuestra seriedad en el comercio internacional, colocándonos como futuros países para ser plataformas del narcotráfico y paraíso de lavado de dinero.

Con respecto a nuestra ciudad, será la que las repercusiones se notarán con mayor impacto. El cálculo son 10 mil empleos directos, pero a eso se le debe sumar las consecuencias de la banca y por ende el del comercio gastronómico, en rodado menor (colectivos) de acuerdo a nuestras cifras serán 20 mil pasajes menos diarios.

Con respecto a las acciones, apuntarán a demostrar lo errado de las medidas y detenerlas, pero también dada la multiplicidad de inteligencias y experticias reunidas, plantearemos al mundo social, político y gobierno, cómo realmente se deben hacer las cosas, pues nos cabe la profunda convicción de que todo el desarrollo debe apuntar a poner al ser humano como eje de la economía y no metas de crecimiento que sólo aumenta las ganancias de una minoría indolente.