Opinión: El enemigo natural de la energía solar

30 Junio 2016

No hay gobierno subdesarrollado o desarrollado, que no entienda la urgencia que representan las energías renovables en la perspectiva de desarrollo si se quiere sustentabilidad

Andrés Gillmore >
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Los intereses creados siempre han ido en contra de la innovación tecnológica en todo orden de cosas, sobre todo cuando los monopolios ven la posibilidad de perder el control del mercado, por formas que los hacen ver fuera de orden y ponen todo de si para defender sus intereses. Esto nos sucedío como país en el siglo 19, cuando los alemanes inventaron el salitre sintético y vivimos complicadas situaciones en nuestra economía, hasta que el cobre nos dio la posibilidad de resurgir, en un territorio que no fue nuestro hasta el término de la guerra del pacífico, en lo que en la actualidad denominamos norte grande y que hasta antes de la Guerra del Pacífico era boliviano. El mineral denominado grafeno tiene todo para descartar al cobre del sitial que en la actualidad ocupa, al ser una sustancia de carbono puro y sintetizado del grafito, que en no más de dos décadas debería ser una alternativa más barata que el cobre, con el concluyente impacto que vendrá para nuestra economía y si no somos capaces de adelantarnos al desarrollo tecnológico, sufriremos nuevamente las penas del infierno.


Desde los años sesenta del siglo pasado en materia energética, los árabes y las grandes petroleras americanas, han invertido estratosféricas sumas de dinero para no dejar desarrollar tecnologías alternativas, pero a pesar de todas las maquinaciones que han realizado estos grupos de poder para contrarrestar ese desarrollo, no han logrado aplacar el avance de los motores tesla y el uso eficiente de la electricidad que se encuentra en la atmósfera y de los motores a hidrógeno, que ya mueven muchos vehículos públicos a nivel planetario y toda la red de transporte de Inglaterra.Tanto es así, que Noruega hace pocos días entendiendo la revolución energética y lo que ello significa para su visión de futuro, instituyo que a partir del 2030 no podrán entrar vehículos a bencina o diésel en su territorio.

En el año 1954, ingenieros de la NASA desarrollaron el primer panel solar fotovoltaico para uso espacial. Su aplicación fue desarrollado para alimentar autónomamente los equipos de comunicaciones de los satélites. A mediados de los años 70, un grupo de Ingenieros de la NASA también, desarrollaron el primer panel solar fotovoltaico de uso terrestre, que trajo como consecuencia que se comenzará la fabricación industrial y comercial de los primeros módulos fotovoltaicos.

El Pdte de EEUU Jimmy Carter (1977-81) entendiendo la importancia de la revolución energética de ese entonces y fiel a su trascendencia demócrata y como una manera de mostrar el camino a los intereses creados, instaló paneles solares en la Casa Blanca, entregando un claro mensaje a la industria americana. Ronald Reagan que llegó a la Casa Blanca en 1981-89 sustituyendo al mismo Carter, al segundo día de haber asumido la presidencia, retiro los paneles solares de la Casa Blanca, aduciendo que un país como EEUU no podía dar esa señal al mundo y en verdad lo que hizo, fue darle libertad absoluta a la industria petrolera, con todas las nefastas consecuencias que hasta los días de hoy vivimos en el medio ambiente del planeta, con el proceso extractivista que es utilizado por las petroleras y las mineras.

A mediados de los 90 a pesar de los intereses creados que iban en contra del desarrollo de la energía solar, igualmente se desarrolló la célula de 8 pulgadas (20 cm x 20 cm), dimensiones que lamentablemente hacían aún inviable su comercialización a gran escala; finalmente ante el incremento de las aplicaciones y de la potencia exigida para hacer viable comercialmente la tecnología solar, en 1993 se desarrolló el panel de 24 V, con 60-72 células en serie y se alcanzó la tensión energética necesaria y tenemos en la actualidad los  paneles compuestos por 60-72 células, que alcanzan una potencia del orden de 310 voltios y la medida estándar de los dos metros cuadrados como formato, más que suficiente para iniciar la revolución energética a nivel planetario.

No hay gobierno subdesarrollado o desarrollado, que no entienda la urgencia que representan las energías renovables en la perspectiva de desarrollo si se quiere sustentabilidad; sobre todo si consideramos los grandes costos que significa para un país subdesarrollado como Chile, depender de fuentes de producción energética que contaminan las regiones y destruyen la perspectiva de desarrollo de las comunidades que viven en las inmediaciones del los proyectos energéticos y que expulsan grandes cantidades de C02 a la atmósfera, aportando considerablemente al cambio climático y al calentamiento global, afectando nuestra propia calidad de vida y creándonos complejas y dramáticas problemáticas ambientales, con un costo social y financiero que han producido importantes pérdidas en vidas humanas y obligandonos a tener que invertir considerables sumas de dinero para paliar la problemática social.

Con todo esto en perspectiva, a pesar de todos los discursos de campaña, de a poco se ha ido decantando el verdadero matiz de la administración de la Nueva Mayoría en lo que a energía se refiere, surgiendo profundos contrasentidos y preceptos entre lo que se dice y se hace. En la campaña por llegar a la Moneda y en los primeros meses del gobierno, la presidenta Michelle Bachelet prometía una Patagonia Sin Represas y que proyectos como HidroAysén y Central Río Cuervo no serían factibles bajo la nueva perspectiva y que bajo su administración, se profundizaría el tema de las Energías Renovables No Convencionales en el desarrollo de la matriz energética, como punto de desarrollo social.

Desde esos magníficos inicios del gobierno de Bachelet, donde la esperanza por desarrollar un país sustentable energéticamente y que el futuro regional sería mucho más llevadero bajo esta perspectiva, muy especialmente para el sur austral chileno y no ser destruidos por proyectos invasivos y que estas regiones dejarían de ser catalogadas como zonas de sacrificio, hemos pasado en la recta final del gobierno de la NM, a la desesperanza de tener que lidiar con la reactivación de proyectos energéticos que se habían desconsiderados en el pasado (HidroAysén), por un gobierno que se ha desenmascarado en este último tramo de gobierno, mostrando su verdadera intención, influenciado por los intereses de los grupos económicos, en las bases de un supuesto neoliberalismo económico, en total contrasentido de la esencia misma del modelo del que dicen ser parte, por grupos empresariales que han monopolizado los procesos de generación eléctrica y no quieren permitir el desarrollo de las ERNC. Impidiéndonos que terminemos con las nefastas influencias de las grandes transnacionales energéticas, que nos tienen ensimismados con proyectos del pasado en el mundo del futuro.

El 3 de mayo recién pasado el Ministerio de Energía dio una clara muestra de cuáles son sus verdaderas intenciones ante el tema de las ERNC y que los árboles le impiden ver el bosque y sin decir agua va, decidió entre gallos y media noche el cierre del Centro de Innovación y Fomento de Energías Renovables, organismo dependiente de Corfo, mandando al tacho de la basura el Programa Estratégico Solar aprobado en diciembre del 2015, para hacer crecer la energía solar en Chile y crear los parametros técnicos, que permitirían desarrollar las directrices y proyectar de manera eficientemente la energía solar en la matriz energética. En un Chile considerado por todos los expertos, como uno de los países con mayor potencial en Energías Renovables del planeta y muy especialmente en la solar.