¿Cómo la tecnología y la arquitectura pueden acelerar el proceso de volver a la normalidad?

¿Cómo la tecnología y la arquitectura pueden acelerar el proceso de volver a la normalidad?

19 Julio 2021
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El Covid-19 causó todo tipo de cambios y transformaciones en el mundo, así como también afectó nuestra manera de trabajar, de consumir, de comprar y vender, de usar nuestro tiempo libre y también la manera en que pensamos la socialización.

Este contexto revalorizó las plataformas para comunicarnos por videollamada, puso como prioridad para muchos comercios y empresas la atención y comunicación online, y también nos llevó a tener que encontrar nuevas formas para seguir con nuestras vidas de la mejor manera.

Ahora, en este punto del 2021, con las vacunas que están en boca de todos y con los altibajos que hay en cuanto a los contagios, empresas, startups y emprendimientos buscan encontrar la manera óptima para poder volver a los ritmos normales de trabajo y de poder retomar, mientras sea necesario, el contacto entre los compañeros de trabajo y los clientes.

Y los avances de la tecnología y la arquitectura, pueden ser las claves para esto.

El futuro llegó hace rato: los edificios inteligentes

A pesar de lo que muchos podrían pensar cuando escuchan este término, el concepto de edificios inteligentes se remonta a los años 80, es decir ¡que tiene 40 años de vigencia!

La diferencia es que, lógicamente, cuando se acuñó el término en esa época se apuntaba a pensar edificios que estuvieran pensados y diseñados desde el aspecto tecnológico, para ser algo innovador para la época, por lo que se considera el edificio City Place de Connecticut, inaugurado en 1983, el primero de ese tipo.

Aunque sufrió muchos cambios en su definición, la idea general es que se busca optimizar el aprovechamiento de recursos, así como ahorrar en servicios como la electricidad, y también poder abaratar costos de producción, pero siempre con la eficiencia del trabajo y la comodidad de los usuarios como objetivo central.

Los “Smart building” actuales

Podemos decir que actualmente se entiende por edificio inteligente al que cuenta con un sistema (o que es diseñado desde el principio para esos propósitos) que unifica la información y datos que pueden obtenerse del uso y convivencia dentro suyo, así como también de los trabajadores y directivos que hacen uso de las instalaciones.

Por ejemplo, los usuarios del edificio pueden ver los espacios en el estacionamiento o incluso reservar uno de los lugares; pueden cambiar condiciones del ambiente dentro del espacio de trabajo como la luminosidad del espacio o la que entra desde afuera; también tienen la posibilidad de saber si hay oficinas o salas de reunión libres para poder usar; entre otras funciones.

Es decir, los directivos, gerentes, empleados, y el sector de mantenimiento edilicio, pueden tener total conocimiento sobre el edificio, sobre lo que ocurre dentro y así poder mejorar la comodidad de los usuarios, al mismo tiempo que se puede saber el estado en el que está el edificio y poder prever problemas o arreglos.

Asimismo, si se busca servicio de calidad, se podrá asegurar que la seguridad del sistema haya sido testeada, de manera que todos puedan trabajar con total tranquilidad, sabiendo que no hay total vulnerabilidad para que alguien acceda a sus datos o al control del edificio.

Entonces, ¿qué ventajas trae para el contexto pandémico?

Además de las utilidades nombradas en el subtítulo anterior, se suma que el hecho de poder activar las cosas desde el Smartphone o computadora, así como también poder abrir y destrabar o trabar puertas con los dispositivos electrónicos, evita tener contacto con las superficies.

Asimismo, con la posibilidad de controlar aspectos como la humedad, o temperatura de los espacios de trabajo, también se busca que los actuales sistemas se adapten para que se pueda cambiar la ventilación de los lugares y garantizar que el aire circule correctamente y se reduzca cualquier riesgo por Covid19.

De la misma forma, al haber un monitoreo claro sobre el uso que se está haciendo en todo momento de las instalaciones, se puede tener un buen manejo de los espacios de trabajo para que no haya aglomeración de personas o, por ejemplo, que puedan usarse oficinas o salas que no fueron usadas en todo el día, para tener más tranquilidad sobre la limpieza del aire dentro.

Por último, el cielo es el límite si se considera que la posibilidad de integrar los sensores de temperatura (que tanto hemos visto en comercios y edificios públicos en tiempos de pandemia) para mayor seguridad, o que se integre la Inteligencia Artificial para que los cambios en el ambiente de trabajo o la gestión sean aún más fáciles y automatizadas.

¿Será esta integración de arquitectura y tecnología la pieza fundamental para retomar nuestras vidas como eran antes del coronavirus?