Ana Carla Fonseca, experta en economía creativa: "La creatividad es una característica de todos"

20 Noviembre 2012

La Gestora Pública de la Fundación Getulio Vargas y actual Asesora de la ONU en economía creativa participó de la quinta versión del Follow Quinta, ciclo de eventos de networking para emprendedores de la región organizados por el Instituto 3IE de la Universidad Técnica Santa María.

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Por Carolina Alzamora

 Hay quienes están convencidos que la economía creativa es una estrategia de desarrollo. Para Ana Carla Fonseca, economista y experta en el tema, también lo es, sin embargo advierte que para alcanzar el desarrollo deben darse dos condiciones previas: el acceso a la educación y a la tecnología. “Sin eso la creatividad no se convierte en innovación y de ahí no pasamos al desarrollo de verdad. La distribución de la plata, no por asistencialismo del Estado sino por capacidad de generarla comienza por eso” dice la profesional brasileña.

En un breve paso por Valparaíso, la Gestora Pública de la Fundación Getulio Vargas y actual Asesora de la ONU en economía creativa participó de la quinta versión del Follow Quinta, ciclo de eventos de networking para emprendedores de la región organizados por el Instituto 3IE de la Universidad Técnica Santa María.

Reconoce el desarrollo incipiente de la industria creativa en Latinoamérica y afirma que no existe modelo –salvo el británico-a seguir. Ya en su libro “Economía Creativa como estrategia de desarrollo: una visión de los países en desarrollo” publicado el 2008 planteaba que “uno de los mayores retos para el fomento de la economía creativa en los países en vías de desarrollo es la articulación de un pacto social, económico y político entre los sectores público, privado, la sociedad civil, la academia y los organismos multilaterales, en el que cada uno juega un rol muy claro”.

En ese sentido, Fonseca añade además que en países de América Latina se confiere una importancia única a los derechos de propiedad intelectual y ante una ley extremadamente rígida no se resuelven los conflictos que se generan entre el derecho de remuneración del creador frente al derecho de acceso del consumidor.

Cuando compara las industrias creativas de países desarrollados como Estados Unidos, Canadá y Japón frente a las de América Latina, la experta asegura que “en las primeras se está apuntando a los sectores que tienen más valor añadido, mientras que en este lado del mundo se posicionan mucho más los sectores que generan empleo, como por ejemplo la música y el teatro”.

Y explica que un mínimo común denominador de países en vías de desarrollo es ser intensivos de mano de obra y no de capital. “Música y teatro emplean mucha gente pero se paga poco, mientras que un software empleas a casi nadie y la ganancia es alta”. Sin embargo, Fonseca está convencida que para poner en práctica planes de desarrollo reales “debemos pensar como incorporamos más tecnología a lo que hacemos”.

Fue en los años 90 con el impacto de la globalización en los medios digitales que comenzó una copia masiva de productos y servicios. “Esos activos que hasta entonces eran los más diferenciables en la economía, capital y tecnología, dejaron de serlo. Lo único que no es copiable ni trasferible es la creatividad, pero sí ambas disciplinas se necesitan mutuamente. Arte y ciencia que fueron separados durante la revolución industrial vuelven a juntarse” indica la también consultora internacional.

EL BUEN EJEMPLO DE BUENOS AIRES

Ana Carla Fonseca quien además es Socia-Directora de la empresa pionera en economía, desarrollo y ciudades creativas,  Garimpo de Soluções sostiene que al momento de hablar de industrias creativas en América Latina, el mejor ejemplo es Buenos Aires y avala el trabajo desarrollado por el gobierno provincial. 

Si bien es un modelo inspirado en el Reino Unido porque en América Latina no existe, considera que los clúster creativos implementados en Buenos Aires son una muy buena experiencia. “En economía un clúster lo entendemos como una asociación de empresas que trabajan una supliendo a la otra. Lo que se ha hecho en Buenos Aires es entender que la industria creativa está inserta dentro de una ciudad, dentro de un barrio con necesidades particulares. Por ejemplo allí se creó el Centro Metropolitano de Diseño y partir de eso hicieron una recuperación social del barrio Barracas”.

Los bonaerenses ya trabajan en la implementación de otros clúster: el audiovisual y el musical. “Tengo la sensación que se está haciendo un trabajo interesante pero muy incipiente en general en América Latina, en Colombia, Brasil, Chile. Para que seas creativo no solo basta tener gente que te ayuda en tu trabajo, sino también necesitas de inspiración, de museos, intervenciones artísticas, que el entorno también sea estimulante, porque uno no puede decir soy creativo de las 8 a las 6 y después, qué”.

Ana Carla Fonseca, apasionada por la economía, la cultura y la innovación insiste que la economía creativa como estrategia de desarrollo necesita de dos cuestiones previas: el acceso a una educación que permita abrir los sentidos y el acceso a la tecnología. “Debemos comprender como podemos tomar la creatividad, que es una característica de todos, no solo de científicos y artistas, crear un ambiente que promueva la creatividad y la innovación en la profesión que sea, para dejar de concebir esa creatividad como materia prima barata.Si hacemos eso repetiremos el modelo”.

 

 

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