Análisis político de los candidatos en carrera por el sillón municipal de Valparaíso

Análisis político de los candidatos en carrera por el sillón municipal de Valparaíso

24 Marzo 2016

La carrera por quién besa y abraza a más pobladores de las tomas en los cerros ya comenzó a toda velocidad, aunque los grandes ausentes en esta carrera son sin lugar a dudas los programas.

Alvaro Arriagad... >
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Álvaro Arriagada Zanetta

Escritor y activista porteño 

Coordinador de Valpo Inteligente 

@aiarriagadaz 

Comenzó la carrera por el sillón municipal en Valparaíso y en el ambiente se siente la tensión. Saludos cordiales no tan cordiales, abrazos fríos, sonrisas para la foto en redes sociales, entre otros, son la tónica que se puede ver ya todos los días.  

La carrera por quién besa y abraza a más pobladores de las tomas en los cerros ya comenzó a toda velocidad, aunque los grandes ausentes en esta carrera son sin lugar a dudas los programas.

Esto es algo que ya deberíamos estar escuchando o leyendo de los conglomerados políticos como los de la derecha y la Nueva Mayoría, donde destacan las exóticas candidaturas de Leopoldo Méndez –el conocido “DJ” del cerro Barón que partió a Suecia- y la del actual alcalde en ejercicio, altamente enjuiciado por su nefasta gestión y lejanía con la gente. Cabe destacar que este último aún espera de una resolución por el notable abandono de deberes que se tramita en el Tribunal Electoral.

Haciendo un barrido superficial y partiendo por el mismo Jorge Castro, la sola proposición de su candidatura es ofensiva para la ciudad. La gestión municipal está por el suelo, así como también la apreciación ciudadana de esta misma. En ese sentido, hemos sido testigos de cómo se cosifica a la comunidad empleándola para el acarreo, principalmente de vendedores ambulantes, para así aparentar un respaldo popular no sólo en sesiones del Concejo Municipal sino también en las manifestaciones y/o actividades comunitarias en las que participa el alcalde. Eso sí, cada vez más solo, sin grandes aliados dispuestos a dar la cara por él y con la mitad del presupuesto municipal en deudas, principalmente previsionales, como por ejemplo, el caso de los docentes de la Corporación Municipal de Valparaíso.

Ese es el escenario en que Jorge Castro pretende levantar una nueva y soberbia candidatura para su reelección, la cual refleja la tozudez de una generación que se acostumbró a estrechar manos por los pasillos, donde la relación con la comunidad se basa en el asistencialismo y clientelismo. Dentro de la Municipalidad existe un nepotismo y caos institucional donde brilla por su ausencia la planificación a largo plazo y donde la calidad laboral de los funcionarios municipales está cada vez más mermada. Este es el legado de una gestión que refleja la falta de capacidad de una derecha en crisis, con poca visión de ciudad y sin intelectuales. Una derecha definitivamente muerta y sin liderazgos.

En la Nueva Mayoría podría ser mejor. Con la fallida candidatura del concejal Marcelo Barraza (DC) - tras un berrinche que por suerte deja fuera también las malas prácticas del “pintismo” - sería el ex gobernador y también demócrata cristiano, Omar Jara, quien se perfilaría como la mejor opción para adjudicarse las primarias de la coalición, debiéndose enfrentar a Leopoldo Méndez (Independiente cupo PPD) y Roberto Aravena (PS). Bajo este eventual escenario, el problema que presenta la ex Concertación es que ninguno de sus candidatos es cercano y fiel defensor de los procesos ciudadanos.

En un análisis caso a caso, debemos señalar que Omar Jara también ha sido ampliamente cuestionado, no sólo por eludir responsabilidades políticas en su desempeño como gobernador, sino que es un dirigente político sin el tacto social de otroras próceres de su partido y cuya ausencia también ha acentuado su crisis interna. Podría ser el alcalde de transición que necesita Valparaíso, para eso precisa que la gente lo vea y lo escuche en un rol distinto al de gobernador o líder. Debiese mostrarse frente a frente, sin eufemismos.

El polémico Méndez (Independiente cupo PPD), cuyas intervenciones por la prensa no le ayudaron mucho para establecer un proyecto serio y con visión de futuro, se basó en la estética menos funcional de una ciudad que necesita soluciones de planificación y gestión. Su eventual elección podría derivar en un bochorno aún más grande que el de Castro. No obstante, redimir el camino depende de él y de qué tan serio pueda mostrarse en una ciudad donde el voto tradicional sigue siendo el más fuerte.

Roberto Aravena (PS), conocido dirigente sindical vinculado al Regional de la CUT. Hombre acostumbrado al desarrollo de políticas y acuerdos de base, pero poco conocido dentro del mundo ciudadano, con pocas posibilidades de elevarse como un candidato fuerte, a menos que su estrategia comunicacional se fortalezca y movilice a su partido que no ha levantado cabeza tras el golpe de mesa efectuado por Hernán Pinto al interior de la Nueva Mayoría en las elecciones pasadas. En el actual contexto de la Reforma Laboral, el proyecto de Aravena podría fortalecerse o perder credibilidad dependiendo del liderazgo que pueda mostrar ante la comunidad porteña.

Si el camino no cambia, todo apuntaría a que el candidato fuerte de la Nueva Mayoría sería Jara (DC), pero con el apoyo de Paula Quintana, Roberto Aravena podría dar una sorpresa.

Finalmente, están los candidatos ciudadanos o los autodenominados “indignados”, según un reportaje publicado por El Mercurio de Valparaíso. Sabido es que la empresa periodística aportó directamente a la campaña anterior de Jorge Castro, a quien esta tercera opción electoral le beneficia directamente toda vez que los votos que puedan obtener las primarias ciudadanas, restarán votos a la Nueva Mayoría. Esta tercera opción – que aún pretende demostrar una fuerza social que no posee - facilita el camino para una eventual reelección de Castro.

Hasta el momento las opciones dentro de este acuerdo electoral serían la cándida, bien intencionada y algo inocente candidatura de Daniel Morales (Ex PPD) de profesión arquitecto y miembro de dicha colegiatura en Valparaíso, quien ha dado una fuerte lucha contra el proyecto Terminal 2 del puerto (EPV-TCVAL) pero que al momento de desenvolverse en otras áreas se muestra débil, evadiendo algunos temas –ya sea porque no sabe manejarlos o por la franca inocencia de creer que todos los porteños están unidos bajo la bandera anti T2- demostrando que aun le falta transformarse en un referente político social. Es ahí donde su discurso/planificación podría fortalecerse o definitivamente perderse.

También está el abogado John Parada, quien nuevamente va a las elecciones – anteriormente lo hizo como concejal con una muy baja votación – y quien se podría levantar como el candidato más fuerte en el interior de su pacto. Sin embargo, sufre de un problema de ego: se arroga demasiado para haber demostrado tan poco en ámbitos políticos y nuevamente caemos en el ámbito del liderazgo, pues no se muestra como un gran líder y posee un temple poco convincente. En el ámbito político no posee un gran manejo y/o no ha sido bien asesorado.

Podría fortalecer su opción siendo menos farol de lancha pesquera y transformándose en el motor, pero le cuesta y se nota. Difícil es imaginarlo en el sillón municipal con esas condiciones.

Cualquiera creería o esperaría que Jorge Bustos fuese el candidato natural de este pacto, pero ha decidido jugársela al parecer por una candidatura a concejal. Este pacto “ciudadano” incluye otras fuerzas con poca relevancia en Valparaíso y que no poseen una visión local, por lo que se espera que como acuerdo electoral de ocasión aspiren tan sólo a incrementar la cantidad de votos obtenidos por el mismo Bustos en las elecciones anteriores. Los números no mienten, las posibilidades de que el llamado “Pacto La Matriz” y su invento de “primarias” lleguen a buen puerto son lejanas.

Llámenme inocente, pero creo que hasta el momento, la única forma de levantar una candidatura llamativa y ciudadana sería tratar de replicar en parte lo hecho por la actual concejala Paula Quintana en las anteriores elecciones y ese rol podría jugarlo Cecilia Gutiérrez -ex candidata a concejal, conocida por ser la dueña de los emblemáticos Bar La Playa y El Roma- quien se muestra mucho menos ingenua, provista de un ego menos asfixiante y con un temple mucho más orgánico y funcional. Le faltaría levantarse y demostrar que efectivamente el rol de las mujeres en esta ciudad puede llevarnos a cambios estructurales profundos, pues con esas características no solamente podría ser el liderazgo que falta en Valparaíso, sino también lograr importantes acuerdos políticos.

Si nada de esto no cambia, la disputa estará entre Castro y Jara. En caso que el actual alcalde baje su candidatura, las demás quedarán en el estante de las luchas románticas. Valparaíso necesitará una transición y la suma de potenciales votos de la tercera opción no les da para transformarse en una fuerza que pueda posicionar un alcalde, mucho menos para cambiar al Concejo Municipal. Ahí es donde el discurso “antiduopolio” cae en la infracción ideológica de superponerse como mesías de la ciudadanía minoritaria que los respalda, en la política del descarte: nosotros sí porque ellos no. Esa minoría hoy tiene voz, al menos según El Mercurio de Valparaíso.

La carrera por la alcaldía ya comenzó. En abril llegarán las definiciones y lamentablemente todavía no están los programas, los grandes ausentes de toda esta carrera. Sólo hemos escuchado y leído posibles ideas, balbuceos fatuos de lo que se podría aspirar. Todavía no existe un programa serio que responda el qué, cómo, cuándo y con qué recursos. Todo lo demás lamentablemente, es parte de una política antigua y anti reformista. Por ahí hubo un atisbo llamado programa precisamente de la tercera opción, pero después de cuatro años desde las últimas elecciones, que ex candidatos a concejal no hayan realizado un programa en ese tiempo es muestra de lo irresponsable que son algunas candidaturas, así como también Méndez habló de construir un aeropuerto sin saber cuánto cuesta uno ni de cómo funciona el sistema de aeronáutica en Chile.

Hoy Valparaíso necesita certidumbre respecto de los procesos que se vienen a futuro, no sólo posturas e ideas bonitas. Se requiere trabajo serio y técnico/profesional dirigido a los barrios, a la recuperación de hitos culturales importantes para la ciudad y principalmente, la transparencia y restitución de la calidad laboral de los funcionarios municipales, lo cual permitirá la dignificación de la vida de nuestros vecinos. Necesitamos liderazgos, no tantos líderes, y estos se construyen de manera amplia y con estructura social de base.

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