Luego del histórico plebiscito de octubre pasado, se inicia un proceso constituyente que convocará a chilenos y chilenas para construir democráticamente un nuevo pacto político y social, que permitirá el comienzo de una sociedad más justa, equitativa, inclusiva y por qué no, más ecológica y sustentable con el medio ambiente.

Sequías, apropiación de recursos hídricos, contaminación atmosférica, deforestación, talas de bosque nativo, “zonas de sacrificio”, energías a carbón o no sustentables, pérdida de biodiversidad y la lista sigue… son algunas de las principales amenazas que afligen a nuestro país, y que necesitan de forma inmediata una solución acorde a la gravedad y necesidad de cada una de estas.

Es evidente que en nuestro país hace falta con suma urgencia una constitución verde y normativas que puedan consagrar la protección y conservación del medio ambiente, que garanticen un desarrollo sostenible, ecológico, pero que al mismo tiempo promueva un desarrollo social y económico justificable y armonioso con la naturaleza.

Bután, un país ubicado en Asia del Sur, es al día de hoy un gran ejemplo de una constitución ecológica, en ella se señala que es un deber fundamental de todo ciudadano contribuir a la protección del medioambiente, a la conservación de la rica biodiversidad de Bután y a la prevención de todas las formas de degradación ecológica, incluida la contaminación visual, física y sonora, mediante la adopción de prácticas y políticas medioambientales amigables.

Además, el Gobierno deberá proteger, conservar y mejorar el medio ambiente prístino y proteger la biodiversidad del país; prevenir la contaminación y la degradación ecológica; garantizar el desarrollo sostenible, ecológicamente equilibrado; garantizar un medio ambiente seguro y saludable; garantizar el uso sostenible de los recursos naturales y mantener la equidad intergeneracional, y reafirmar los derechos soberanos del Estado sobre sus recursos biológicos.

Y como si fuese poco, el Gobierno deberá garantizar que, con el fin de conservar los recursos naturales del país e impedir la degradación del ecosistema, un mínimo del 70% de las tierras de Bután se conservará como cubierta forestal para siempre.

En Chile, la página www.reciclalapolitica.cl presentó un decálogo del y de la constituyente verde, que representa un conjunto de los temas mínimos a abordar de modo de contar de forma efectiva con una Constitución Ecológica para Chile.

Estos son: derecho a la justicia ambiental; principio de equidad intra e intergeneracional; derecho a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; democracia ambiental; establecer un Estado Plurinacional; luchar contra el cambio climático; una sociedad diversa e inclusiva; el deber del Estado y de todas las personas de proteger la biodiversidad; descentralización política y tributaria y finalmente derecha de acceso al agua para consumo humano y para sustentar ecosistemas.

En una crisis sanitaria, y por sobre todo ambiental, debemos tener a autoridades con altura de mira y competentes con las problemáticas ambientales de cada territorio, que sean capaces de solucionarlas sin medidas provisorias, sino que definitivas y acordes a la seriedad de cada una de estas, sin olvidar la dignidad y derechos fundamentales de cada ciudadano.

Estamos ad portas de elaborar una carta fundamental que definirá cómo queremos vivir como sociedad a futuro, por ende, debemos desde ya luchar contra la crisis medio ambiental y poner en la palestra normativas que garanticen su protección  en todos sus ámbitos, que garantice cada derecho humano de los y las chilenas, pero que también garantice un desarrollo sostenible, ecológico y justificable con la naturaleza.

Foto: Huawei / Agencia Uno