De octubre a octubre: Las voces del plebiscito

De octubre a octubre: Las voces del plebiscito

24 Agosto 2020

Nada, absolutamente nada, es más importante que el proceso constituyente que se inicia, y es urgente que el debate acerca de ese nuevo Chile sea protagonista de la historia en los meses que vienen.

Eduardo Muñoz >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Faltan poco más de 60 días para el plebiscito constituyente, y si bien debiera ser el gran tema de la época, la agenda pública está tardando en hacerse cargo de la importancia histórica del proceso constituyente. La explicación puede encontrarse en que Chile está en medio de un esfuerzo por contener los efectos de la pandemia que, junto al temor a los rebrotes de contagio y la crisis social, tiene las mentes en lo urgente.

Sin embargo, si esta fuera la explicación, la ciudadanía está dando señales de bastante conciencia respecto de lo trascendente de crear un nuevo pacto social democrático, distinto al que tenemos. La última CADEM incluso muestra que el porcentaje de personas que cree que el plebiscito no debe aplazarse creció al 50% y que casi el 84% de los encuestados muy probablemente votará.

Este domingo, incluso, Sebastián Piñera colocó – por primera vez – el tema del contenido constituyente como prioridad discursiva del Ejecutivo al señalar que “Gane el Apruebo o el Rechazo, Chile necesita una Constitución que nos una” y el presidenciable mejor aspectado de la derecha, Joaquín Lavín, aguantó todas las señales de su coalición – que apoya el rechazo – y decidió reiterar públicamente su apoyo al apruebo y colocar dos fichas más al señalar “La élite tiene que dejar de tener miedo a perder poder, porque ya lo perdió”, haciendo no sólo un guiño, sino una propuesta matrimonial, al sentir anti-élite que se mueve en lo profundo en inmanente de este proceso.

¿Y qué pasa por el lado de las oposiciones?... desorden y levedad.

Pareciera ser que en diversos sectores de las oposiciones hay, involuntariamente, una sensación de que lo realmente importante viene después y son las elecciones. Los sectores tradicionales vinculados a los partidos de la Nueva Mayoría ven en este proceso una oportunidad de “forzar la unidad” sea con o sin proyecto, pues el objetivo es “derrotar a la derecha”, verdadero mantra que, vaciado de contenido programático, no es más que una fantasía aritmética. Por el lado del frenteamplismo se ha hecho el esfuerzo de potenciar el comando que Chile Decida, colocando al frente de su coordinación a la excandidata presidencial Beatriz Sánchez, y por el lado de Unidad para el Cambio, se ha visto cómo el alza en el apoyo ciudadano a la candidatura presidencial del alcalde Jadue, ha hecho inevitable presidencializar el debate en su interior.

Es inevitable que, en un proceso tan complejo, y donde las fechas de votaciones populares que se inicia con el plebiscito de octubre son tan estrechas, se tiendan a entrelazar los debates electorales y plebiscitarios. Sin embargo, creo que es el momento en que los liderazgos ciudadanos y políticos deben demostrar que pueden levantar la cabeza y mirar el horizonte del nuevo Chile.

Nada, absolutamente nada, es más importante que el proceso constituyente que se inicia, y es urgente que el debate acerca de ese nuevo Chile sea protagonista de la historia en los meses que vienen. No es inocencia, siempre habrá intereses electorales, y es legítimo que así sea. Lo que ocurre es que debemos elegir colocar los debates en el orden jerárquico que conviene al país y su pueblo. Y el debate constituyente está en el tope de esa jerarquía.

Ese 85% de chilenos y chilenas que debemos votar en el plebiscito del 25 de octubre, lo hacemos en un contexto sanitario, económico y social de incertidumbre y, en muchos de los casos, de dolor, duelo y dificultades.

Es imperativo y urgente que este debate se tome la agenda, y se releve en la discusión ideas y esperanzas para dar forma al Chile que nace. Es imprescindible que pasemos del inconformismo con el neoliberalismo al debate de cómo será el Chile posneoliberal, y acordemos qué constitución es la que permitirá el funcionamiento de una democracia que sea eficaz en gobernar, garantizar derechos e igualar la cancha para todos y todas, porque seguir con la que tenemos sólo garantiza una democracia ineficaz, estancada y amañada.

Debemos mostrar que hasta del último rincón de Chile, aparecerán hombres y mujeres dispuestos a escribir el nuevo pacto, que todos los sectores propondrán a sus mejores representantes para esta verdadera “Final del Siglo”. Digo esto pues si este proceso decepciona, sólo se logrará alargar la agonía de un sistema que ya no tiene legitimidad para garantizar la paz social y el desarrollo.

Este 26 de agosto se inicia la campaña del plebiscito constitucional del 25 de octubre. Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para mostrar nuestra adhesión al proceso. Sea por redes, por whatsapp, por señales de humo, como mejor nos parezca, pero debemos entre todos y todas, colocar la constitución y su generación en el lugar que le corresponde en el presente, pues su lugar en la historia ya lo tiene, lo ganó el pueblo en octubre de 2019, sólo falta que un año después, logremos que sea un proceso exitoso, democrático y participativo y abra – por fin – las grandes alamedas por donde pase Chile… libre.