Por: Revista Corral Victoria

Dentro de la agitada agenda que ha estado viviendo nuestro país en materia política en este último tiempo y los numerosos debates que está dejando las reformas pendientes, tuvimos algunos días de reflexión con el lamentable deceso de don Patricio Aylwin, en donde el mundo político y la sociedad en general expresó su respeto por una persona que representa el ideal de un político, que independiente de sus posturas, ideas y errores, trató a lo largo de su vida de ser consecuente con aquello.

Es así que viene a nuestra memoria numerosos personajes que han sabido servir a su país de una manera abnegada y dentro de los cuales, encontramos de manera singular, por las líneas que trazó y que hoy recogemos, a don Clotario Blest Riffo.

Es justamente el ex presidente Aylwin, con ocasión del funeral de Blest Riffo, quien señaló sobre él: "Tenía un gran aprecio y admiración por Don Clotario que fue un hombre que dio testimonio. Él vivió y sacrificó oportunidades de una vida holgada, entregado a sus ideales de profunda formación cristiana"

Aquello podría ser una buena síntesis de su vida. Más allá de las posturas ideológicas, la persona de Blest Riffo es admirable desde aquel punto de vista que se admira frente a la solidez de su coherencia.

Clotario fue nieto del médico irlandés Guillermo Blest, padre de los destacados hermanos Blest Gana de su primer matrimonio. El padre de Clotario, Ricardo Blest Ugarte, no tuvo mayor contacto con sus medios hermanos y vivió una suerte distinta a la de aquellos en cuanto que vivió junto a sus hijos en una situación económica bastante austera. Aquello fue motivo para que Clotario recibiera una beca para realizar sus estudios en el Seminario Pontificio de Santiago, puesto que también percibía un claro llamado de servicio según el cristianismo heredado de sus padres.

Aquella etapa de su vida fue fundamental, pues tuvo como profesor y mentor al sacerdote jesuita Fernando Vives Solar, de gran influencia en Alberto Hurtado también. El padre Vives generó en el joven Blest una fina sensibilidad por el ámbito social, al cual se volcó por completo a lo largo de su vida luego de discernir que no estaba llamado a la vida clerical.

No obstante, aunque no consagró su vida como sacerdote, lo hizo como cristiano en ayuda de la clase trabajadora chilena. En su juventud frecuentó a Luis Emilio Recabarren y con ello su vida gira decididamente hacia las ideas más de izquierda, teniendo fuertes altercados con la Iglesia de Santiago. Años después sería defensor de la llamada Teología Marxista de la Liberación.

Dentro de las muchas instituciones que fundó a lo largo de su vida, su ayuda en la fundación y dirección de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) es de las más destacadas. Con la CUT encabezó numerosos movimientos sociales, por lo cual le valió el estar encarcelado en más de diez oportunidades por diferentes presidentes.

Hacia sus últimos días, en la soledad y con la austeridad que siempre vivió, pidió ser acogido por la comunidad de sacerdotes franciscanos, con la que compartió sus últimos días y en la que hizo conocida su “anciana figura de larga barba blanca, mameluco azul y cordón franciscano a su cintura.”

Referencia:

http://www.cctt.cl/correo/index.php?option=com_content&view=article&id=2666:clotario-blest-y-su-concepcion-el-partido-politico&catid=16&Itemid=48

http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-572.html