El Valparaíso que nos merecemos

El Valparaíso que nos merecemos

19 Octubre 2016

Por Jorge Sharp Fajardo, candidato alcalde por Valparaíso.

Corresponsal El... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Por Jorge Sharp Fajardo

Candidato Alcalde por Valparaíso.

Una de las grandes decisiones que están en juego con esta elección es el Valparaíso que soñamos y queremos construir. Para ello existen distintos instrumentos de planificación que permiten ordenar la casa y orientar el trabajo municipal, con el fin de que este tenga sentido y propósito. Entre estos, el Plan Regulador Comunal, instrumento que define dónde se construirá en altura, con que dimensiones, hacia dónde dirigiremos la expansión de la ciudad y además, otorga herramientas para proteger el patrimonio ambiental y cultural de nuestra ciudad.

Como lo hemos declarado, nuestra visión de Valparaíso para estos próximos años será un gobierno local Participativo, Transparente y limpio. En términos urbanos, esto apunta a construir una ciudad equitativa, que potencia su riqueza patrimonial y ambiental, incentiva la regulación en los asentamientos de origen informal, será una ciudad que disminuirá los déficits en equipamiento público y urbanizaciones pendientes y que regulará la inversión privada. Lo anterior se traduce en consolidar el Valparaíso que hoy conocemos, intentando revertir los mecanismos de exclusión social y urbana, y fomentar un crecimiento sostenible, vinculándolo con nuestras capacidades e identidad.

Para todo lo anterior, pondremos en el centro del proceso de deliberación al porteño, al ciudadano común y corriente y sus organizaciones, quienes tendrán en sus manos el poder de elegir su destino. Este proceso se iniciará durante el año 2017 y convocaremos a las y los porteños, sector por sector, para que revisemos y decidamos juntos el proyecto que recibiremos de la administración actual.

El proyecto que se traspasará es radicalmente distinto a nuestra visión de ciudad: por un lado, Jorge Castro nos invita a vivir un Valparaíso comercializado, abierto a la inversión sofocante del afuerino, desprotege a la ciudad del interés inmobiliario, afectando al anfiteatro tal y como lo conocemos. Asimismo, abre la puerta a la construcción en quedradas, amenazando a 98.000 vecinos, quienes o viven en espacios consolidados o en situación de origen informal. En la ciudad de Castro, los 1.200.000 de nuevos habitantes que vivirán en la ciudad, sepultarán el Valparaíso Histórico tal y como lo conocemos (Evaluación Ambiental Estratégica y Memoria explicativa, 2016).

En paralelo, Leopoldo Méndez nos invita a vivir una ciudad ansiosa por aprobar el plan regulador, gracias a que su principal gestor, don Daniel Sepúlveda, jefe programático, es uno de los creadores de la consultora que elaboró este proyecto. Méndez, quizás sin saberlo, tiene entre los suyos al juez y a la parte interesada, involucrándose con los mismos de siempre, los que hace 25 años, han perdido la vergüenza y se aprovechan de las oportunidades de Valparaíso.  

Aunque quieren comunicar lo contrario, la ciudad de Méndez es la misma que la ciudad de Castro: miradores sin protección, inexistencia de estrategias de gestión de riesgos de desastres en las áreas de interfaz urbano-forestal y en las zonas de intermix, extensión de Av. Alemania y el camino del Agua para la especulación inmobiliaria y la zonificación de algunas quebradas para la construcción en altura, son solo algunos de los elementos más críticos de su visión de ciudad.

En la ciudad de Méndez y de Castro, no existe la evaluación de los impactos de estos nuevos habitantes en los sistemas de transporte público, alcantarillado, luz, agua y, como sabemos, en el recolección de basura. En otras palabras, lo que existe en la ciudad de Castro y Méndez es irresponsabilidad con la gente.

En contraposición con lo anterior, estamos conectados con los principales intereses de la ciudadanía, desde el plan a cerro, que son cuidar la vida del barrio, las vistas en los miradores, además de su rechazo a la construcción en altura en quebradas. Los vecinos quieren que sean apoyados para regularizar su situación, que existan políticas de mejoramiento urbano y quieren que la inversión respete el modo de habitar nuestro territorio. Finalmente, los vecinos quieren nuevos parques y áreas verdes para la ciudad, resguardando las riquezas que aún tenemos: el parque en el barrio O'Higgins, el Parque Camino Cintura, Laguna Verde, el corredor biológico de Cabriteria y dos zonas, ubicadas al poniente del islote y la segunda el salto del agua, ambas colindantes al Tranque La Luz en Placilla-Curauma.

Nuevamente, lo reiteramos, revisaremos desde el 2017 todo el proyecto con los porteños, para que juntos construyamos, definamos y proyectemos el Valparaíso que queremos. De ser necesario, y con todos los antecedentes, realizaremos un nuevo plan regulador, fomentando la participación ciudadana amplia y vinculante desde el inicio, con el mayor profesionalismo posible y resguardo para que el clientelismo político no se apodere de los intereses de la ciudadanía. Se exigirá una declaración de patrimonio e intereses completa a todos quienes se relacionen con la preparación del Plan Regulador evitando conflictos de interés.

Somos la candidatura que da garantías para que esta importante definición esté conectada con los intereses del porteño, ya que tenemos el respaldo de la ciudad del futuro, no del pasado.

Comentarios

Imagen de Paz Undurraga Castelblanco

Con  inquietud leo este

Con  inquietud leo este articulo, sorpendida de como se desalifica y desestima un trabajo serio, que ha estado por sobre las trincheras políticas.

Siendo una ciudadana que he participado de manera activa, entre otros desafíos, en varios de los procesos de modificacion del Plan Regulador comunal (PRC) de Valparaiso desde el 2004 a la fecha (profesional ad honorem y en equipos profesionales remunerados); me parece interesante que se prometa involucramiento en el proceso de formulacion de la propuesta de modificación del Plan Regulador Comunal vigente, propuesta en desarrollo desde el 2011, en el marco de una consultoria pública contratada por el MIVU y Municipio (en la cual tambien estoy participando, como parte del equipo consultor; como especialista en patrimonio y planificación, dada mis trayectorias en la materia y en Valparaiso); sin embargo bueno seria si esta promesa se hace anunciando debate tecnico, exponiendo alcances concretos y realistas para mejorar una propuesta, ciertamente del todo perfectible.

Los detalles de lo hecho por el equipo consultor en las distintas etapas del estudio, en terminos de levantamientos de informacion y catastros, diagnosticos tecnicos y especializados, instancias de participacion ciudadana realizadas, entre otras materias; intuyo los desconocen varias personas y es normal les asalten dudas y preocupaciones. Es normal, pero creo que cuando hay desconocimiento lo mejor es ser prudente; al menos hasta lograr tener todos los antecedentes y/o  tener reuniones con los involucrados. 

Apelando a esa prudencia, es que me tomo el tiempo de transmitir, y aclarar, a quien quiera leer este comentario algunos alcances. Pretendo evitar asi la tentación de suponer, o prometer, que este intrumento (PRC), y su marco legal, entregan control y poder ciudadano absoluto para resolver todas aquellos desafios, urbanos y barriales que nos preocupan; no es asi, primero porque es uno de los instrumentos con que se cuenta para la gestion comunal y segundo porque un PRC hoy,  tiene limitaciones. Solo para citar un ejemplo, es importante se sepa que el PRC es un instrumento de menor jerarquia que el Plan Regulador Metropolitano (PREMVAL), no tiene atribuciones sobre aquellas definiciones de escala intercomunal, como lo es por ejemplo, el trazado que prolonga la Avenida Alemania, o las zonas de extension urbana ya establecidas y sobre las cuales existen normas supletorias hoy, que solo pueden ser abordadas y cambiadas si se integran al limite Urbano.

Importante tener presente tambien, que cualquier modificacion al PRC vigente tiene un proceso de formulacion y aprobacion, establecido y normado por la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), donde se definen alcances, contenidos, atribuciones, ambitos de competencia, entre otros aspectos. La OGUC asigna roles, en el proceso de aprobacion de un PRC, a los distintos actores de la comuna, estableciendo funciones a los municipios, espacios de participacion y observacion a la comunidad, espacios de deliberación al consejo municipal; como asi mismo espacios de visacion a la Seremi Minvu (esta última velara por la coherencia del instrumento con la Ley y su Ordenanza General de Urbanismo y construcciones, y con todas las interpretaciones hechas por el MINVU sobre la Materia). Imagino habrá concenso en la importancia de contar con un nuevo PRC, que ademas de garantizar el resguardo de las particularidades relavantes y valiosas de esta ciudad, sea solido y consistente, eliminando los espacios de interpretacion e incertidumbre legal que hoy se tienen. 

Imprtante tner presente que a pesar de las muchas modificaciones realizadas al PRC de la comuna, que data desde el año 1984; hoy permanecen territorios en la ciudad consolidada que estan regulados con normas establecidas hace mas de 30 años, y que permiten, por ejemplo altura libre de las edificaciones y/o transformaciones brutales al soporte geográfico, dado que tambien hay grandes sectores de la ciudad donde no se ha establecido una constructibilidad máxima. Para que mencionar aquellos sectores que no han sido revisados respecto a sus recursos urbanos, patrimoniales y ambientales. Esta situacion sigue generando desequilibrios en la ciudad, basta darse una vuelta para constatar una situación preocupante y urgente, que se debe remediar en el corto plazo.

Apelando nuevamente a la prudencia, sumandole seriedad, promover una oposición asi al proceso de revision y modificacion del PRC vigente es una irresponsabilidad, mientras algunos levantan infundadas sospechas, otros ingresan proyectos para levantar torres en sectores hoy vulnerables a un modelo de desarrollo que es contra el cual, por mas de 15 años hemos estado trabjando en cambiar (con campañas, presentaciones, estudios, acciones legales, etc); volver este proceso a fojas cero es una pesima estrategia; que junto con siguir afectando precisamente a quienes no se han visto privilegiados por las modificaciones ya hechas, deteriora nuestra ciudad irreversiblemente. 

Valparaiso merece administradores que den certeza de no caer la tentación de, para desmarcarse de la administracion actual y/o liderar un proceso de cambio, instrumentalizar o descalificar un trabajo que ha sido abordado de manera seria y profesional, basado en desafios superiores de bien comun y no en oportunismos que la ciudad no se merece.