Europa debate creación de fondo de ayuda para los 27 Estados miembros

Europa debate creación de fondo de ayuda para los 27 Estados miembros

22 Abril 2020

Hasta ahora Italia rechaza ayuda por no ser eurobonos.

Pía Díaz >
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Por Pía Díaz, corresponsal en Madrid

¿Qué lleva a un país sumido en una grave crisis económica decir no a un préstamo millonario?

Para un chileno los problemas de los europeos en esta pandemia son como problemas de otro planeta. El gobierno italiano rechazó, el 9 de abril, unos 39 mil millones de euros porque estos no son eurobonos. Casi dos semanas después ellos no han cambiado su postura y su primer ministro, Guiseppe Conde, dijo en el Senado de que no aceptará un “compromiso diluido” europeo. “O ganamos todos o perdemos todos”, puntualizó.

Los italianos insisten que las deudas de un país deben ser distribuidas entre todos los miembros de la Unión Europea, en eurobonos. El dinero ofrecido viene del fondo de rescate europeo llamado Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

Es como si el Congreso chileno decidiera no aceptar 36.387.256.667.487,57 de pesos (es el equivalente que la UE le da a Italia sin condiciones) para ayudar a la gente tras la crisis del coronavirus, porque el decreto lo firmó Piñera.

Mañana jueves se reúnen por cuarta vez el Consejo Europeo para tratar la epidemia de la Covid-19. El encuentro busca un acuerdo sobre una inyección masiva y sin precedentes de recursos económicos contra la crisis económica. El pacto busca una ampliación histórica del presupuesto de la UE. Esto es sí los Países Bajos e Italia no obligan a nuevas negociaciones o tiran todo por la borda.

El Covid19 ha golpeado de manera diferente a los países del norte de Europa (los ricos) que a los del sur del viejo continente (los pobres). Eso no es sorprendente pues los países del sur, España, Grecia, Italia y Portugal sufrieron terriblemente con la crisis económica financiera del 2008 y debieron hacer grandes recortes que hoy se notan en los servicios de salud.

Italia y España han visto como los centros comerciales se han convertido en morgues y convoys militares llevan los muertos a los crematorios o cementerios. 

Si el dolor nos une, el dinero parece que nos separa. La crisis económica actual será mundial. El Fondo Monetario lo confirmó pero en el fondo ya lo sospechábamos. Parece obvio que la respuesta a esta crisis no puede hacerse de manera aislada. Pero lo obvio y lo sensato hoy tienen que lidiar con una política divisoria y populista. El gobierno italiano exigió eurobonos para combatir los problemas económicos para su frágil economía. La respuesta de la Unión Europea, tras semanas de debates que en algunas ocasiones duraron toda la noche, fue la entrega de 50 mil millones de euros para los países sumidos en la crisis, de los cuales 39 mil millones serían para Italia y su lucha para paliar la crisis originada por el Covid19. Es un dinero que existe y se puede dar ahora. 

Pero el primer ministro italiano rechazó la ayuda porque no son eurobonos -que implican la “mutualización” de la deuda entre todos los miembros.

Conte dijo no. ¡NO A MILES DE MILLONES DE EUROS! Porque en Italia la extrema derecha exige que existan los eurobonos y el movimiento Cinco Estrellas nació como un movimiento que rechazaba los recortes económicos impuestos por los países ricos del norte de la Unión. En su defensa hay que recordar que durante la crisis económica tras la debacle del 2008 ellos recibieron un MEDE que intervino su economía y fueron supervisados por una troika. Algo parecido a la relación de Argentina con el Fondo Monetario Internacional.

La petición italiana contó con el respaldo de España, Irlanda, Portugal, Francia, Bélgica, Grecia, Luxemburgo y Eslovenia. Pero ahora todos, excepto Italia, están de acuerdo con aceptar el MEDE y continuar con las negociaciones de los eurobonos o coronabonos. 

En contra están Alemania, Países Bajos y los países nórdicos. Y en su defensa hay que recordar que Italia es como un “agujero negro” en la economía europea, que tiene una altísima tasa de corrupción, una mafia y una gran “creatividad contable”.

La creación de los eurobonos tiene que ser aprobada por cada uno de los congresos de los países miembros, donde muchos tienen un creciente movimiento de extrema derecha anti europea, lo que augura que se tratará de negociaciones largas y sinuosas.

Entran España y Alemania

La canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente español, Pedro Sánchez, han abierto un camino que podría lograr un acuerdo definitivo. La solución sería que se aprobara el fondo de recuperación, que podría entrar en vigor a inicios del 2021. Hasta entonces los países contarían con el medio billón de euros del fondo de emergencia.

Berlín y Madrid han abierto una posibilidad descrita como, según una fuente citada por el diario español El País, “el espacio entre Merkel y Sánchez es la zona de aterrizaje del acuerdo”. Merkel ya dijo que la red de emergencia existente -basada en posibles préstamos de Bruselas y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y de avales gestionados por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) no bastan para contrarrestar las penurias que nos trae la pandemia. España, por su parte, presentó un plan para crear un fondo de 1,5 billones de euros que aspira a conciliar las posiciones de quienes exigen los eurobonos y quienes los rechazan. 

Si se logra un pacto se ampliaría el presupuesto comunitario, con un techo de gasto que podría elevarse temporalmente y pasar del al 2 por ciento del PIB europeo, es decir a casi el doble. 

El nuevo marco presupuestario plurianual (2021-2027), nuevamente según fuentes del diario El País, “podría escindirse en dos, con el techo de gasto elevado aplicándose en la primera parte del período. Ese nuevo margen permitiría crear un fondo específico contra la crisis del coronavirus”. Para llegar a un acuerdo esta ayuda no debe llegar sólo a Italia y España, sino a los 27 Estados miembros.

Francia también está haciendo de bisagra. Al igual que Madrid, París apoya firmemente la idea de un fondo de recuperación que debe estar destinado a los países más afectados, pero dice que dicho fondo debe ser temporal, focalizado y dotado de un tamaño que permita responder a la magnitud del choque sin precedentes que es esta pandemia del Coronavirus.

El primer ministro italiano parece estar dejando su postura tan rígida al decir que no vetará la activación del Mede, “porque otros países han dicho estar interesados en usarlos”. Conde dijo que podría llegar incluso a secundar la propuesta de España, de un gran fondo de hasta 1,5 billones de euros financiado con deuda perpetua, que se repartiría como transferencias y no como deuda, entre las economías más afectadas por la crisis.

Para saber cómo acaba esta negociación habrá que esperar a la reunión de mañana y ver si sale humo blanco, gris o negro.