Quilpué es una ciudad que se está quedando atrás. Se está quedando atrás, porque ha crecido de una manera más rápida a la capacidad de reacción de las autoridades, anticipándose al crecimiento de la comuna y proyectándola con una visión a futuro de la ciudad que queremos. Esto conlleva la  necesidad de contar con una misión con objetivos que se deben ir cumpliendo en el corto, mediano y largo plazo.

En 20 años nuestra comuna ha tenido solo dos alcaldes, por un lado una alcaldesa que estuvo ocho años y el actual que lleva 12 años. Lo triste es que para los próximos cuatro años ambos sectores políticos quieren volver a candidatearlos, por lo que no hay muestras de renovación en la política de nuestra comuna.

No podemos pedirles a las mismas autoridades que sean capaces de administrar una comuna con una visión a futuro, porque ya no lo hicieron. Nos acostumbraron a ejecutar proyectos dentro de sus cuatro años de gestión o como vemos en estos días, proyectos enfocados en la reelección. En mi tesis de título, luego de una investigación, se concluyó que Quilpué no cuenta con una gestión de calidad en su administración ni en sus procesos. Ejemplo de esto es que no está dentro de las comunas reconocidas por Chile-Calidad y la SUBDERE en la incorporación de esta materia.

Hoy en día no es casualidad que hay un descontento político a nivel nacional que también se repite en nuestra comuna. Las personas están cansadas de ver año tras año los mismos nombres de siempre como actores en la política. Es por esto que se requiere la incorporación de nuevas figuras, personas que vengan con nuevas formas de hacer política, con nuevas energías y que sean capaces de hacer una política distinta: una más inclusiva, más participativa y con mayor capacidad de diálogo.

Cuando hablamos de “Quilpué puede más”, es nuestro plan de acción, nuestra misión. Es cómo queremos la ciudad en diez años. Un Quilpué que sea capaz de solucionar su congestión vehicular, que respete la calidad de vida que las personas aprecian como patrimonio intangible. En donde los niños tengan espacio para recrearse, donde los adultos mayores puedan participar de las actividades que la comuna ofrezca, donde las personas que quieran hacer deporte no deban recurrir a otras ciudades. Una comuna que sea pionera en el tratamiento de la basura, consultando y respetando a sus habitantes, que no caiga en las formas tradicionales de recolección y que sea capaz de fomentar planes piloto.

La responsabilidad de proyectar nuestra comuna a futuro, recae en las autoridades que tengan estas ideologías en su ADN político. Hoy necesitamos autoridades menos políticas y más capacitadas en términos de gestión. Sobre todo en términos de gestión de calidad, que va principalmente enfocada a un uso eficiente y eficaz de los recursos.

Para los jóvenes y para las personas que creemos en la política, estamos dispuestos a enfrentarnos a las críticas y a demostrar a la gente que se puede hacer una política distinta. Nos apena que pese a todas las críticas contra los políticos y partidos de siempre, estos sigan apoyando a la misma vieja escuela que no apuesta por impulsar nuevos liderazgos. Creemos que es el momento de renovar la política, sobre todo cuando hay jóvenes dispuestos participar en ella.