[OPINION] La crisis del Partido Socialista y sus cuatro tercios

[OPINION] La crisis del Partido Socialista y sus cuatro tercios

15 Julio 2019

La afirmación política más difícil de discernir en el Partido Socialista es que tanto Maya Fernández Allende como Alvaro Elizalde aseguran que no tienen diferencias ideológicas con el otro sector.

Ibán de Rementería >
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Por Ibán de Rementería

Núcleo Valparaíso Socialista Izquierda Socialista

La encrucijada en la cual está la Izquierda Socialista (IS) como tendencia de opinión se da en el contexto de la crisis del Partido Socialista (PS) de Chile, que es una expresión particularizada de la crisis de las instituciones políticas de la República incluidos sus partidos políticos, lo cual es a su vez una expresión localizada, o localista, de la crisis política mundial del capitalismo tardío, neoliberal, conocida como la crisis del centro político, lo que es una manera eufemística de referirse a la polarización política, social, cultural y sobre todo económica que ha impuesto el neoliberalismo.

Crisis política que se expresa como deseo y búsqueda desesperada por imponer el centro como modalidad de gestión y control político, no hay que olvidar que el gran aporte político del neoliberalismo es el centro político – pensado por Anthony Giddens y ejecutado por Anthony  Blair - así como su aporte social es el (auto) emprendimiento, que correctamente sus primeros estudios lo llamaron el “cuentrapropismo”, que es el desempleo encubierto. En Chile las “clases medias” son unos 6 millones de asalariados y unos dos millones de “emprendedores”.

Asimismo, lo más importante para no olvidar, el aporte económico del neoliberalismo que es la privatización de los recursos naturales, de las obras públicas y los servicios públicos, también, la privatización de la prestación de los servicios que garantizan el acceso a los derechos sociales básicos en salud, educación y previsión social, para lo cual todos tendrán derecho a endeudarse. Como decía el centenario poeta en esto “la izquierda y la derechas unidas jamás serán vencidas”, nos preciamos de la experiencia chilena de la Concertación y la Nueva Mayoría, como la experiencia política, económica, social y cultural más exitosa de estos treinta años de postmodernidad, luego de las crisis de los años 70 del siglo pasado, que puso fin a los 30 exitosos años de la post guerra, más aún, somos felicitados planetariamente, o pretendemos serlo, por eso en otras latitudes políticas y financieras.

La crisis interna del Partido Socialista tanto electoral como moral –supuesta contaminación por el narcotráfico-, donde el caciquismo y el clientelismo rapante que gobierna al PS desde hace treinta años de democracia entró en un torpe derrumbamiento del gobierno interno del mismo. Derrumbamiento político y organizativo del Partido puso de presente que este era, por una parte, un partido de militantes comprados y, por otra, una casta burocrática torpe pero bien pagada, que ni contar votos cautivos sabía – en esta elección interna se demoró cinco semanas en hacerlo, además solo fue a votar la mitad de sus militantes registrados-, lo cual llevó a atribuir esa crisis a la contaminación por el narcotráfico y, claro está, a la mala prensa que trataba de desprestigiar al partido de Salvador Allende.

Hoy en lo concreto el Partido Socialista está dividido en tres sectores: a) el “camilo allendismo” orientado por “factótum” del Partido Socialista, Camilo Escalona y la Senadora Allende, que está constituido por la maquinaria partidaria caciquista que controla el clientelismo y los recursos económicos del Partido, representado ahora por  Elizalde y Santander, secundados por Insulza, Montes, de Uresti y otros muy ligados a las estructuras de poder locales municipales, distritales de diputados y las correspondientes circunscripciones senatoriales.

Por otro lado, b) tenemos al “bacheletismo” representado por Aleui, Viera Gallo, Schilling, Andrade, Correa, etc., que está constituido por toda esa “burguesía de estado” que siempre ha ocupado los más importantes altos cargos públicos, con muy buenas derivaciones al sector privado entre gobierno y gobierno, cuyo poder clientelar reside en la colocación de militantes leales a contrata y por honorarios en la administración pública y con los recursos públicos puestos a su disposición. La tensión entre estos dos sectores entra en crisis, cuando los segundos se quedan por fuera del poder del Estado. Los hechos ciertos son que producto de dos derrotas alternadas de la centro izquierda, del último gobierno de la Concertación, donde Bachelet debe entregarle la Presidencia de la República a Piñera, máximo representante del empresariado neoliberal, para que luego ella recuperara el poder para el único Gobierno de la Nueva Mayoría, y nuevamente derrotada volviese a entregarle el Gobierno del país a Piñera, dejó a este sector bastante maltrecho. 

Finalmente, el tercer tercio es la Izquierda Socialista conformado por una amalgama de izquierdistas “puros y sinceros”, gente consecuente con el “ideario socialista” y algunos marginalizados o descolgados de los otros dos tercios. Sector que pactó con el bacheletismo liderados por Maya Fernandez Allende para enfrentar a la maquinaria del camilo allendismo. 

La última reunión del Comité Central donde fueron entronizados sus nuevos 110 miembros electos mayoritariamente -2/3 de los votos- por la lista A que encabezaban Elizalde y Santander, sin haber logrado acuerdos con la lista B, liderada por Maya Fernandez Allende –quien si bien sacó la primera mayoría individual nacional no logró un tercio de la votación general-, cuya lista tenía su poder negociador notablemente disminuido precisamente por no contar con el poder clientelar de los cargos públicos. La reelección de Elizalde y Santander sin debate político ni concesiones hace estallar la crisis del Partido Socialista  ya que, entonces, la lista B, conformada por el bacheletismo y la IS pasa constituirse en “la disidencia”, que sin abandonar el Comité Central se niega a participar en la conducción del PS.

Pero, en realidad ya somos cuatro tercios en el PS, en el largo proceso de maduración y desenlace final de la crisis, Oscar Landerretche Jr., seguido por Máximo  Pacheco y Gloria de la Fuente de la Fundación Chile 21 –de la cual Carlos Ominami es Presidente Honorario- fue instalando una tercería –que vendría a ser una cuartería- entre el camilo allendismo y el bacheletismo, así como, su propia candidatura presidencial en un intento más de reconstruir una centro izquierda, de inspiración laguista pero remozada, entre otros a esta nueva alternativa a sido invitado Fernando Atria la cara más visible de la IS. Con lo cual surge un nuevo campo temático político.

Finalmente, la afirmación política más difícil de discernir en el Partido Socialista es que tanto Maya Fernández Allende como Alvaro Elizalde aseguran que no tienen diferencias ideológicas con el otro sector.

 

Foto: Huawei / Agencia Uno