Parque Pumpin en Valparaíso: ¿Por qué volvimos a perder?

Parque Pumpin en Valparaíso: ¿Por qué volvimos a perder?

28 Septiembre 2021
Se prefirió polarizar el discurso cuando la pelea ya no tenía sentido y ganar así la simpatía de la población, particularmente la que posee derecho a voto en el puerto.
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Marcela Espinoza Silva, Candidata a Consejera Regional, Valparaíso, Juan Fernández y Casablanca

@LuchadoraSocial

Cuando algo se construye, concurren bastantes etapas en el desarrollo del proyecto y años de por medio. Las personas se enteran cuando llegan las maquinarias y se instalan en el lugar, y recién se activan las alarmas. Esto pasa porque no existe una planificación comunal eficiente ni una regional con el nivel necesario para subsidiarla. A ellos, a las y los vecinos, se los utiliza mediáticamente en vez de explicarles las cosas en su mérito. 

Fue el año 2017 cuando el alcalde de Valparaíso dejó sin efecto el permiso que tenía la inmobiliaria del Puerto SpA para construir en el Parque Pumpin, 23 edificios. El reclamo de ilegalidad presentado por la inmobiliaria ante la Corte de Apelaciones tenía sustento, y el Municipio lo sabía, siempre lo supo. Se podría haber realizado una enmienda al plan regulador antes de otorgar el permiso, cambiar la norma para aplicarle condiciones a la edificación y evitar problemas futuros, pero se prefirió polarizar el discurso cuando la pelea ya no tenía sentido, y ganar así, la simpatía de la población particularmente de la que posee derecho a voto en el puerto.

Se hizo caso omiso a la opción de conciliar posiciones ante la Corte Suprema, no porque se estuviese pensando en las organizaciones que existen en defensa de los parques del Barrio O´Higgins, ni en las vecinas y vecinos, sino para no asumir los costos mediáticos de un acuerdo con quienes se mantiene una disputa, lejos de lo que una autoridad comunal debe hacer, así no se gobierna. 

El problema de fondo es que somos incapaces de proyectar, de imaginarnos la ciudad que queremos, de coordinar un discurso compartido con los habitantes de la región. Si vamos a reaccionar siempre proyecto inmobiliario tras proyecto, seguiremos perdiendo, porque llegamos tarde a todo. Debemos pasar de la reacción a la propuesta y ejecución normativa.

En este sentido, creo que es imperativo que el Gobierno regional se fije una meta: tener el 100% de la región cubierta por un instrumento de planificación territorial, un plan regulador intercomunal, pero de toda la región, así como ya lo tiene hace años la Región Metropolitana. El intercomunal que existe es acotado a Valparaíso, Viña del Mar, Con-Con, Quilpué, Villa Alemana y Casablanca, y no responde a las demandas actuales de la población. Los planes intercomunales, además, deben ser precisados por los planes comunales, pero entre un intercomunal laxo y un comunal deficiente, nos mantenemos en un escenario de pérdida permanente.

Además, se debe considerar que la gran demanda regional por mayor inversión e infraestructura requiere que los proyectos efectivamente estén en un plan para que puedan diseñarse y ejecutarse con prontitud. Si no van aparejadas de un instrumento de planificación que los facilite, no tendrán la capacidad de avanzar, y nuevamente seguiremos en el círculo vicioso donde las administraciones comienzan a justificarse o realizan 1/3 de lo que podrían hacer.