Paula Gutiérrez Huenchuleo es abogada y académica de la Universidad de Valparaíso. Llegó desde la población La Bandera hasta la ciudad puerto hace ocho años atrás con el objetivo de ser la primera profesional de su familia y lo logró. Sus primeros meses en la ciudad los vivió en Playa Ancha, hasta que encontró un departamento en la Población Márquez, donde vive actualmente.

Alegre, activa y apasionada por la educación cívica, Paula se desplaza a pie por la ciudad, circula en trolebús, toma micros y compra en los almacenes del barrio y el mercado Puerto. Suele ir a paso rápido y decidido, pero si te cruzas con ella bajará la velocidad, esbozará una gran sonrisa y se detendrá a saludar. Así es ella. 

Con esa misma determinación, decidió aceptar la invitación que le hicieron en el Partido Socialista para que fuera como candidata a la Constituyente por el Distrito 7. De un día para otro, su departamente de Población Márquez se transformó en el centro de operaciones de su campaña. Quizá el menos contento fue Antu, su arriesgado gato de pelo castaño que suele hacer equilibrio por la ventana del departamento, juega bajo la bandera mapuche que hay en el living y corre hasta la pieza cada vez que llega alguna visita para coordinar acciones de campaña. 

Desde su departamento, Paula ha salido a recorrer los cerros de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, El Tabo, San Antonio y Casablanca, entre localidades del Distrito 7; en semanas marcadas por el incremento de la pandemia a nivel nacional, el retroceso a fase uno de Valparaíso y la incertidumbre sobre la fecha de las elecciones.

Valparaíso en los últimos años: de dulce y agraz 

¿Cómo has visto la evolución de Valparaíso en los últimos años?

“Creo que tiene de dulce y agraz. Por una parte, la pandemia y el estallido social hicieron que nos volviéramos a reconocer con los vecinos y las vecinas. Ahí recuperamos un trabajo de comunidad que habíamos perdido y que es positivo. Pero por otra parte hay un deterioro en el Plan de la ciudad, el que tiene que ver con la falta de decisión del gobierno regional y la descoordinación entre organismos estatales para una serie de materias.  Esto me complica en realidad, ya que me metí al mundo de la política para ayudar a ser parte de la solución y no del problema. Creo que los puntos políticos deberían ser espacios de coordinación y no donde busquen pegarle al otro. Y claro, eso es de agraz, sobre todo en esta comuna donde se intensifica más.”

De Población Márquez a la Constituyente

¿Cómo surge la idea de postular a la Constituyente?

“Antes del estallido social hacía clases de educación cívica, tanto dentro como fuera de mi trabajo, ya que es algo que me gusta. El estallido social marca un hito para mí, ya que tuve que ponerme al 100% en el tema de la defensa de los derechos humanos y salir más a la luz pública. Luego se abrió el proceso constituyente, con todas las críticas que uno pueda hacerle, es un momento único y claramente quería participar en él y manifesté que estaba disponible para ser candidata. En diciembre me dijeron que esto podría ir en serio y finalmente me lo confirmaron el 11 de enero. Así nació la candidatura.”

Tres pilares para una nueva constitución

¿Cuáles son las propuestas que te gustaría ver plasmadas en una nueva Constitución? 

“Somos un país súper diverso y ahí existen desafíos que no hay que soslayar. Una de las primeras tareas que hay que abordar es algo en lo que a las mujeres nos habían hecho a un lado y tiene que ver con el poder. A mí me gusta hablar sobre la redistribución del poder porque tiene que ver con que el poder está concentrado y centralizado a nivel nacional y regional; hay comunidades que están alejadas y exigen que se les escuche de manera más seguida. La distribución del poder es entregar el poder a quienes les afectan las decisiones, con todo lo que ello implica.”

“El otro pilar tiene que ver con el Estado Plurinacional. Yo tengo uno de mis apellidos mapuche y ahí tengo un desafío social e individual, ya que el Estado no ha sido capaz de reconocer la riqueza cultural y la forma de organización de los pueblos originarios.”

“El tercer pilar tiene que ver con los derechos sociales: El Estado debe garantizar una serie de derechos relacionados con la dignidad humana. Me refiero a salud, educación, pensiones, vivienda, que son cosas que nos afectan en lo cotidiano. Y dentro de esto yo me centraría en dos aspectos: El medio ambiente, estableciendo una relación distinta con los ecosistemas, y  la perspectiva de género, incorporando la paridad en una serie de órganos colegiados donde la visión de las mujeres no ha estado plasmada.” 

De regreso a Valparaíso

¿De qué forma estos cambios se traducirán en la vida cotidiana de las personas que habitan una ciudad como Valparaíso?

“Cuando hablamos de redistribución del poder no se trata sólo de preguntarle a las personas qué es lo que opinan, sino de hacerlas participar en la elaboración de esos proyectos. Eso, por ejemplo, no ocurrió en el Muelle Barón, donde le preguntaron a la gente cuando el proyecto ya estaba armado. Eso no debe pasar. Uno necesita inmiscuirse. Y ahí nosotros como profesionales tenemos que entender que nuestros oficios deben contribuir a la sociedad. Parte del ejercicio es hacer que las consultas sean vinculantes. Necesitamos revitalizar una serie de organizaciones que hoy existen, pero no se pronuncian frente a estas cosas. Lo mismo con los gobiernos locales, que son dirigidos sólo por una persona.”

¿De qué forma una nueva carta magna puede incidir en el desarrollo del emprendimiento en Chile?

“Yo creo en un Estado más fuerte que se haga responsable de los espacios que habitamos, de los negocios que existen y de los espacios que deben cuidarse. Me llama la atención que el estado no trabaje más con el comercio local. La idea de una nueva constitución tiene que ver con dejar de invisibilizarnos mutuamente, aprender a convivir en nuestra diversidad y esto ha sido muy complejo con esta constitución. Tiene que ver con volver a reconocernos.”