Dolores, telemedicina y derechos del paciente

16 Junio 2021
Para la tranquilidad del paciente, siempre debe tener en cuenta que, al igual que cualquier otro tratamiento, sus derechos y deberes aplican del mismo modo que una atención presencial (ley 20.584).
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Héctor Márquez Mayorga

Director Carrera de Kinesiología

Facultad Ciencias de la Rehabilitación

Universidad Andrés Bello 

Según datos provistos por la Organización Mundial de la Salud, un análisis reciente de los datos de la Carga Global de Enfermedad mostró que aproximadamente 1,71 mil millones de personas en el mundo padecen afecciones musculoesqueléticas (ME), siendo el dolor lumbar la causa de mayor carga asistencial, con una prevalencia de 568 millones.

Este tipo de problemas limita significativamente la movilidad, el desempeño funcional, anticipa las jubilaciones, conduce a menores niveles de bienestar como también una menor capacidad de participación en la sociedad.

Debido al aumento de la población, la mayor esperanza de vida y por ende mayor población mayor, la cantidad de personas con estos problemas se está acrecentando rápidamente. La discapacidad asociada a estas dolencias también se ha incrementado y se prevé que seguirá haciéndolo en las próximas décadas.

Las afecciones ME se caracterizan típicamente por dolor, a menudo persistente, limitaciones en la movilidad, disminución en la destreza y el nivel general de funcionamiento, lo que reduce la capacidad de las personas para trabajar.

En este contexto, el dolor lumbar es el principal contribuyente a la carga general de afecciones musculoesqueléticas, así también lo son fracturas, artrosis, dolor cervical, amputaciones, entre otras.

Si bien la prevalencia de las afecciones musculoesqueléticas aumenta con la edad, las personas más jóvenes también se ven afectadas.

Un efecto de esta pandemia es que por temor al contagio de Covid-19 muchos han dejado tratamientos médicos y postergado visitas a los especialistas. Según la OPS la teleconsulta es una herramienta esencial, ya que, frente a esta situación, los sentimientos de ansiedad e incertidumbre pueden abrumar aún más a las personas, aumentando la necesidad de consulta y por ende un mayor colapso de los sistemas de salud.

Sin una correcta planificación y medidas de mitigación, los usuarios de servicios de salud que asisten de manera presencial pueden verse innecesariamente expuestos al riesgo de contagio o colapso causado por una sobrecarga de consultas que podrían ser atendidas por profesionales de salud en ambientes virtuales. Las teleconsultas son una forma segura y efectiva de evaluar casos sospechosos, guiar el diagnóstico y el tratamiento de las personas, minimizando el riesgo de transmisión y contagio de COVID-19.

Para la tranquilidad del paciente, siempre debe tener en cuenta que, al igual que cualquier otro tratamiento, sus derechos y deberes aplican del mismo modo que una atención presencial (ley 20.584).