Ahora nos toca participar: Transformando el plebiscito de octubre en la votación más participativa de Chile

Ahora nos toca participar: Transformando el plebiscito de octubre en la votación más participativa de Chile

14 Septiembre 2020

"Ahora nos toca participar" busca transformar el plebiscito de octubre en la votación más participativa de Chile. Marcela Guillibrand, Coordinadora de la Organización, comparte sus reflexiones y las implicancias del factor COVID19 en este proceso histórico.

Alejandro Comun... >
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En octubre se cumple un año desde el día en que cambió el curso reciente para la historia de Chile. El 18 de octubre miles de personas salieron a las calles para exigir demandas sociales que para muchos han sido omitidas por años. Aquel día generó como resultado un acuerdo político inédito para convocar a los chilenos a un plebiscito que permitiera zanjar si necesitamos o no una nueva constitución para nuestro país.

Lograr una participación histórica. Esa es la misión del grupo de profesionales reunidos en la organización “Ahora nos toca participar”, que promueve el derecho a votar desde una mirada diversa e inclusiva. Con un amplio despliegue territorial y espacios de formación ciudadana buscan romper la tendencia de un padrón electoral que no ha acudido masivamente a votar en los últimos años. Marcela Gullibrand, Coordinadora del Proyecto, conversa con el Martutino y analiza cómo ha transcurrido esta iniciativa y su mirada del contexto actual:

¿Qué relevancia cobra el plebiscito en este contexto del COVID19?

“Es una pregunta bien interesante, porque uno tendería a pensar que con todas las problemáticas que se han levantado desde la pandemia, ha sido complejo pensar en un tema constituyente. Hoy hay demandas tan básicas como la necesidad de comer. Sin embargo, también podemos hacer eco de las propias reflexiones de las organizaciones con las que nosotros trabajamos y con los públicos con los que nos relacionamos en la necesidad que tenemos de avanzar hacia un nuevo pacto social para abordar estas problemáticas”.

¿Cuáles son esas problemáticas que ha develado el COVID19 y que reafirman la urgencia de concretar un plebiscito constitucional?

“Partimos a mediados de marzo las cuarentenas con la idea que las personas podíamos seguir funcionando en una digitalización y hacer conversar lo doméstico con los temas laborales. Fue nuestra primera confirmación. Hay una brecha digital importante. Hay un desconocimiento en términos de alfabetización digital importante. Seguimos llegando a ciertos públicos, pero no es una constante. Además, no podemos estar ajeno a lo que la pandemia fue acentuando que ya venía mostrándose: el descontento, las desconfianzas, la frustración frente a los tratos desiguales, acceso a la salud, a la educación. El tema del desempleo y otras cosas que se han ido acrecentando”.

¿Se han puesto en el escenario que el padrón vote en un porcentaje bajo el 50%? ¿Para ustedes sigue siendo válido? ¿Hubiesen sido partidarios de un plebiscito obligatorio?

“Nuestra postura ciudadana es como aseguramos que existan estos mecanismos. Que existan estas líneas de participación. Como llegamos con esas decisiones. No tenemos postura al respecto. Son otros los factores que influyeron en esa decisión. No necesitaríamos un voto obligatorio si tuviéramos las herramientas de participación. Sin embargo, creemos que se hace obligatorio justamente porque hay ausencia de entendimiento y reflexión. También entendemos que hay una desafección, una desconfianza. Más la pandemia que ha acrecentado esa sensación de desigualdad”.

¿En que se asemeja este plebiscito al plebiscito del 88?

“Hay que entender que son momentos históricos muy distintos. Yo entiendo en lo personal la intención de algunos sectores al tratar de igualarlo, pero es un contexto diferente. Es un plebiscito que entrega ciertas características históricas como la paridad. A diferencia de ese plebiscito que fue realizado en un contexto de violencia por la violencia que el Estado estaba ejerciendo con la ciudadanía. Algunos también señalan la no legitimidad de este proceso partiendo por lo que sucedió en las calles el pasado 18 de octubre. Hay otros sectores que creen que la ciudadanía lo empujo, pero no desde la violencia, sino desde el convencimiento que algo debía cambiar”.