Mucho se ha hablado del Mall Plaza Barón y de la expansión portuaria. Sin embargo, hay personas que han sido completamente olvidadas por los ciudadanos porteños y por las autoridades, y ellos son los pescadores artesanales de la Caleta Sudamericana, los que por años han estado encerrados adentro del Puerto de Valparaíso sin poder vender libremente sus productos.

Esta caleta debe ser la única en nuestro país en la que hay que pasar el carnet de identidad para poder ingresar, te anotan en un cuaderno y te preguntan para qué vas para allá. Y compiten con las demás caletas en desigualdad de condiciones. Mientras las otras ganan proyectos y fondos para renovarse, ellos no tienen ni baños. "Las autoridades nos dicen que tenemos que salir de aquí para que puedan invertir en nosotros", señala Eric Parra, presidente del sindicato de la Caleta Sudamericana.

Y para ellos, el tema del Mall Plaza Barón no los afecta en lo más mínimo. Incluso su construcción podría beneficiarlos si es que se les permitiera instalarse ahí. Lo que a ellos les afecta es la licitación del espigón, la que tiene como un requerimiento de los posibles inversionistas interesados el que esta caleta debe relocalizarse. El problema es donde ubicarlos. Y esta es una situación que ellos no buscaron, sino que de pronto se vieron encerrados cuando se modernizaron los puertos el año 1998.

"Estamos peleando solos", agrega Parra.

Versión del puerto

En el seminario "Valparaíso, puerto - ciudad", el gerente general de la Empresa Portuaria de Valparaíso, Harald Jaeger, hizo mención a la Caleta Sudamericana cuando se refirío a la expansión del puerto.

Al ser consultado por El Martutino, Jaeger señaló que el plan "consiste en buscar una solución, porque es claro que para poder desarrollar en ese lugar los planteamientos que he hecho no es posible convivir con la existencia de la caleta, y ellos lo saben, y queremos conversar con ellos y generar en conjunto una propuesta de relocalización con alternativas que en este momento no puedo adelantar pero que evidentemente van a tener que considerar los intereses de los pescadores y del puerto".

¿Por qué cuesta tanto entrar a la caleta a comprar pescado?

"Me gustaría que fuera más fácil y más cómodo para ellos, pero lamentablemente debemos cumplir con exigencias de seguridad de nivel internacional que nos imponen controlar los accesos. De ese modo se genera una situación que es compleja para el puerto y para ellos. Por lo mismo, una relocalización debiera resolver este problema".

¿Cuál sería la solución para ellos? ¿Dónde se les podría relocalizar?

"Prefiero no adelantarme a las soluciones porque responden a varias consideraciones de carácter operativo. Lo que interesa es que la pesca artesanal opere bien. Las propuestas que se generen ellos las conocerán primero y no a través de la opinión pública".

Mientras tanto, ellos siguen encerrados en el Puerto de Valparaíso.