Con más de un siglo de vida fallece Antonio Parra, hijo ilustre de Valparaíso

26 Enero 2021

Vecino de los cerros Alegre y Concepción, era conocido por sus historias sobre Valparaíso y la amabilidad con que compartía con porteños y turistas

Hernán Castro >
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A Antonio Parra lo conocí en el Café Entre Cerros de Valparaíso. Ya lo ubicaba de vista, pues era un personaje conocido del sector. Era una persona muy amable y no era raro que se acercara hasta uno para conversar.

Así me sucedió mientras esperaba mi almuerzo en Café Entre Cerros. En eso se asomó hasta la ventana del local y se quedó con rostro contemplativo observando la ciudad. No pude evitar hacerle una fotografía, entonces le pedí su número de celular para enviársela y así comenzó nuestra amistad.

Cada cierto tiempo, Antonio me escribía preguntando por mi salud o simplemente para saber cómo estaba. En mayo del 2020 mi situación no era la mejor. Ya instalada la pandemia del Covid19 en Chile mi emprendimiento digital se había venido al piso y estaba en todo el proceso de reinvención.

Fue en ese contexto que se me ocurrió pedirle a Antonio que me contara la historia de su vida y así, por varios días, fui recibiendo mensajes de audio. De esas primeras conversaciones surgió un artículo que publiqué en Apuntes y Viajes. Cuando le envié el enlace ya no obtuve respuesta. Algunas semanas después me enteré por Instagram que había dejado este mundo.

De esas conversaciones transcribí la historia de su llegada al mundo, cargada de un tono fresco y con sentido del humor. Creo que es una bella manera de cerrar el ciclo de su partida.

La llegada al mundo de Antonio Parra

“¿Usted necesita de que nací? Porque puedo contarle una historia amena, entretenida, alegre. O puedo contarle una historia dramática, como lo es de todo ser que llega a este mundo.”

“En primer lugar yo nací… es decir, mis padres pololearon, se enamoraron y me encargaron a mí… Jejejej… ¡Así de sencillo! Esto fue por allá por el año 20 más o menos, o antes, ya que nací el 20. Mi padre pertenecía al regimiento Maipo y mi madre vivía en Gran Bretaña. Ahí se conocieron y me cuentan ellos que iban a pololear a la Plaza Waddington, frente al Teatro Iris. De ahí vino el amor, que fue muy intenso, según lo cuenta mi madre, porque ella tenía que ir a cada momento a comprar carbón (en esa época no había gas) para calentar la casa y aprovechaba de ver a mi papá. Entonces pasaba comprando carbón no más… Jajaja. Esta historia es divertida. Pololearon, se conocieron y quedaron todos negros por el carbón… Jajajaja.

“Del resultado de esas cosas, nací yo en la maternidad del Hospital Deformes, junto a la Iglesia de los 12 Apóstoles. Mire el nombrecito que tenía, ¿Se dá cuenta? En esa época se llamaba hospital San Agustín. Casi todo tenía nombre de santos. Ahí nací yo. Cuenta mi mamá que yo era muy bonito. Y como yo era muy bonito, me querían mucho todas las mamás que habían ahí y como mi madre no tenía leche, ellas me amamantaban”. 

“Así parte la historia mía. Nací el 12 de octubre, el día de la raza, que en esa época se celebraba con disfraces y comparsas… Era la fiesta de la primavera que le llamaban. Cuando se descubrió América, yo llegué a este mundo a descubrirlo y a poner mi nota acá. Yo tengo 100 años y un poquito más, porque me inscribieron después, cuando ya tenía 2 o 3 años. Según cuenta mi madre.”

“Según cuenta mi madre cuando ella tenía 16 años también hubo una pandemia, se llamó la peste viruela. Ella contaba que vestía a los muertos y nunca le pasó nada. En su ignorancia no sabía lo que era una pandemia.”

Una gran pérdida para Valparaíso

Apenas se supo la triste noticia, en las redes sociales comenzaron a circular mensajes y fotografías de Antonio. El fotógrafo Sebastián Runner lo despidió escribiendo que nos dejaba un “Patrimonio vivo de Valparaíso y guardián de tantos relatos, esos que ningún libro de historia nos contará”. Isaac Reyna escribió que “nos ha dejado Antonio Parra Labarca, hijo ilustre de Valparaíso y un gran narrador de historias. En su vida fue bombero, locutor, guía turístico, trabajó en la Aduana y también fue profesor. Los que tuvimos la suerte de conocerlo, lo extrañaremos mucho.”

Y así es. Con él se fue parte de la historia viva de un Valparaíso que insiste en desaparecer delante de nuestros ojos. Te extrañaremos Antonio, gracias por tantas historias y amabilidad.