Cultura oceánica: conceptos fundamentales para la comprensión del océano

18 Junio 2020

El 71% de nuestro planeta está cubierto por agua. Un solo gran océano que se conecta recorriendo todas las cuencas del mundo en un circuito que podría demorar hasta mil años en completarse.

Bernardita Skinner >
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Por Bernardita Skinner

La búsqueda de una visión consensuada sobre la alfabetización marina comenzó a tomar fuerza el año 2002 en Estados Unidos gracias a instancias impulsadas por educadores y oceanógrafos que buscaban “suscitar en la próxima generación de científicos, pescadores, granjeros, líderes empresariales y dirigentes políticos una mayor comprensión y apreciación del océano” (UNESCO, 2018). 

Luego de conferencias y trabajo de diferentes instituciones con grupos clave surgió la definición de “cultura oceánica” y más tarde sus principios y conceptos fundamentales, que hoy son aceptados universalmente y adaptados a las realidades locales.

En el caso de Chile, la educación y concientización en temas marítimos cobra especial relevancia siendo que la relación con el mar ha influenciado todo nuestro proceso de construcción y desarrollo histórico como país, social, política y culturalmente.

¡Chile, donde comienza el mar!, nos animaba a decir Benjamín Subercaseaux en Tierra de Océano. No solo una larga y estrecha franja de tierra. Chile, un país oceánico.

En ese contexto nace el concepto de Patrimonio Oceánico y una serie de acciones que se llevan a cabo hace ya varios años para dar sentido y mirar al océano desde una óptica multidimensional. 

Así también, desde 2018 está vigente la Política Oceánica Nacional, que considera en sus áreas sectoriales, desde la conservación del océano y sus recursos, hasta el desarrollo científico y la educación en torno a él. 

Pero antes de eso, ya teníamos una larga data de políticas públicas vinculadas al mar y hemos sido pioneros en derecho marítimo. El mejor ejemplo es la delimitación de las 200 millas marítimas para la ZEE en 1947, lo que fue adoptado por la mayoría de las naciones.

Visiones biocéntricas y humanísticas

En Valparaíso, el Centro Interdisciplinario de Estudios Oceánicos ha venido instalando desde 2010 la necesidad de comprender al océano desde una mirada compleja. Tema central del V Seminario de Patrimonio Oceánico Natural que se está llevando a cabo actualmente de manera online, apoyado por diversas organizaciones.

“Uno de los principios de la educación ambiental es precisamente que hay que conocer para poder conservar y muchas veces creemos conocer el océano, pero no lo comprendemos”, señaló la bióloga marina Pilar Muñoz Muga en la primera sesión del seminario online.

En la misma ocasión, la administradora turística Ana González, quien expuso después, hizo énfasis en que “en la escuela no se nos enseña mucho sobre el océano y luego en la academia le perdemos el rastro”.

Pilar Muñoz, quien es académica de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso, se refirió entonces a la cultura oceánica desde una óptica biocéntrica, “es decir, tomando en cuenta el respeto por los seres vivos que habitan el océano”.

“Se trata de entender la influencia que ejerce el océano sobre el ser humano y a su vez la influencia que el ser humano ejerce sobre el océano”, continuó la bióloga marina.

Por su parte, Ana González invitó a reflexionar sobre el concepto Maritorio desde la interacción humana y de una manera “holística”. Maritorio sería el análogo marino de territorio, englobando elementos geográficos, naturales, culturales, económicos y humanos, entre otros.

El concepto fue teorizado por primera vez en Chile en la década de los 70’ por la Escuela de Arquitectura PUCV, como una forma de definir la ocupación efectiva en el mar por parte de una comunidad.

Trabajar sobre esta idea nace según Ana González, “por la poca actualización y profundización del término, esencialmente desde la academia”. La expositora afirmó que el problema fundamental de estas clasificaciones es “cementar a la mar como un lugar netamente geográfico o con definiciones extremadamente naturalistas, lo que evidencia una despreocupación muy importante sobre las complejidades que un espacio como éste comprende para todas las formas de vida que lo habitan”.

Finalmente, ¿es Chile un país oceánico?, ¿el Gobierno ha creado una política de Estado efectiva para el desarrollo oceánico sustentable del país?, ¿Chile posee una proyección y una relación histórica de sus ciudadanos con el océano? Son las preguntas que se dejaron planteadas al cierre de la sesión semanal.

 

 

Infografía: Alejandra Espinoza

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