Por Natacha Valenzuela

A días de iniciarse el evento cultural más importante de nuestro país, es importante que la autoridad corrija una lamentable omisión. 

Hoy pretendía escribir sobre la oferta de actividades accesibles para personas sordas o ciegas en el Día del Patrimonio, que como muchos deben saber, este año será virtual. Lamentablemente, esto no fue posible.   

La idea surgió ayer, cuando me enteré de que mi cuento “Lucila y las palabras, la vida de Gabriela Mistral” (desarrollado en formato de videolibro en Lengua de Señas Chilena) formará parte de la oferta, lo que, obviamente, me puso muy feliz. 

Al acceder a la página www.diadelpatrimonio.cl, me encontré con más de mil actividades, entre talleres, conferencias, lanzamientos, conversatorios, a las que toda la comunidad con Internet puede acceder, sin importar dónde se realice. Maravilloso. 

Pero el problema es que, al parecer, ninguna es accesible, y si existe alguna, que estoy cierta que la hay (me niego a creer que a nadie se le ocurrió este factor), no está clasificada como tal en la página, por lo que quienes busquen deberán hacerlo una por una hasta encontrar algo que considere audiodescripción, Lengua de Señas Chilena o subtítulos descriptivos.  

En Chile hay más de 850.000 personas con deficiencia visual, de ellas, aproximadamente, 80.000 son ciegas; asimismo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Discapacidad 2015, el número de personas con discapacidad auditiva en nuestro país es de 383.002, de las cuales 248.949 son casos severos. Y todas ellas tienen derecho consumir cultura. 

Se trata de una lamentable omisión. Por eso llamo al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a subsanar esto. Aún queda tiempo, aún se puede hacer un barrido por las actividades accesibles y agregar una nueva clasificación al buscador. Será un tremendo paso y las personas ciegas o sordas lo agradecerán. Y yo, feliz, reescribo este artículo con toda la oferta que hay.