Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo: La Neurodiversidad importa

02 Abril 2020

La desigualdad continúa aumentando y los grupos marginados, como las personas con autismo, "continúan enfrentando múltiples desventajas, negándoles oportunidades de vida y derechos humanos fundamentales".

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Por Gabriela Verdugo Weinberger

Hoy, 2 de abril, es el Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo. 

Y en esta ocasión, esta efeméride está puesta en un contexto internacional distinto y elocuente, ya que la conmemoración se lleva a cabo en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Sí, porque, a diez años de alcanzar la fecha límite del año 2030, Naciones Unidas decidió lanzar su programa: "Década de Acción", como una forma de asegurar el el cumplimiento efectivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Es importante recordar que esta Agenda, fue acordada y suscrita por todos los países miembros de Naciones Unidas.

Así que ha partido una cuenta regresiva, en que al Estado de Chile le quedan diez años para cumplir con todo lo que se le debe a ciudadanxs con autismo del país.

Desde la ONU señalan que lentamente se ha estado avanzando en la implementación de algunos de los ODS. Por ejemplo, la pobreza extrema y las tasas de mortalidad infantil disminuyen en todo el mundo.

Sin embargo, y como señaló recientemente el Secretario General de la ONU, António Guterres, "es bastante claro que se necesita una respuesta mucho más profunda, más rápida y más ambiciosa para desencadenar la transformación social y económica necesaria para alcanzar nuestros objetivos para 2030". 

La desigualdad continúa aumentando y los grupos marginados, como las personas con autismo, "continúan enfrentando múltiples desventajas, negándoles oportunidades de vida y derechos humanos fundamentales".

Y aquí nos detenemos. Porque António Guterres ha tocado un punto fundamental.

¿Se respetan a cabalidad los derechos humanos de personas con autismo en Chile?

La respuesta es indignante y dolorosa: No.

En el Chile del 2020, el país OCDE, no existe catastro de personas en condición de espectro del autismo, por tanto, no hay política pública en torno al tema, nada garantiza acceso a terapias, ni a una educación integral que potencie todas las habilidades. No hay criterio de certificación de competencias laborales que asegure vida productiva a través de la ley de inclusión laboral. No hay ninguna política que resuelva a lo largo de la vida de una persona con autismo sus eventuales requerimientos. En definitiva, no existe nada que asegure y potencie su participación activa y su ejercicio pleno de ciudadanía.

Vivimos en un país en que permanentemente el llamado de autoridades es al auto cuidado, la auto cuarentena, y hasta la auto evacuación cuando viene el tsunami.

Imagine eso en una persona con autismo. Que debe invertir una cantidad exponencial de energía para lograr “funcionar” de manera adecuada ante todo lo que le impone la sociedad neurotípica.

“Cómo se atreven” dijo Greta Thunberg ante Naciones Unidas en un discurso histórico. Ella anticipó el camino al precipicio por el que íbamos tozudamente. 

Porque una persona en condición de espectro del autismo fue quien vino a remecer las conciencias de millones en el planeta. Fue Greta quien puso la voz de alerta, quien nos precisó cuan absurdo y deshumanizante es todo lo que estamos viviendo. Sistemas de mercado hostiles que desprecian a las personas y al medio ambiente, y que lo depredan todo con tal de conseguir cifras azules en sus inversiones.

Y Greta tenía razón. Su mirada autista del universo fue reveladora y certera.

Quizás si nos reconociéramos como sociedad neurodiversa y nos importara la voz de personas con autismo, podríamos nutrir a nuestras sociedades con sus voces y miradas y así lograr transitar por caminos colaborativos, de empatía y respeto, que nos permitan avanzar hacia un futuro inclusivo y transformador.

Quedan diez años. Quiero pensar que en esta década lo lograremos todo y más. Que los anuncios y promesas serán cumplidas. Que la región de Valparaíso tendrá al fin un Centro Regional de Autismo (anunciado hace meses y que duerme en la burocracia del gobierno regional), que los programas de integración escolar serán eficientes en su abordaje del autismo en aula, que familias ya no deberán peregrinar buscando una escuela o colegio en que su hijx sea respetadx. 

Son muchísimos los ámbitos en que deberemos trabajar para ser una sociedad que respete cabalmente los derechos humanos de personas con autismo. Dependerá de todxs. En lo personal lo anhelo, para mis hijos con autismo y para mis hijos que empatizan con la neurodiversidad. Merecemos un mundo alimentado desde la neurodivergencia. En esa trinchera cabemos todxs. Es una batalla que vale la pena librar. Cambiaremos los paradigmas, derribaremos la exclusión y volveremos a lo importante, nos centraremos en las personas, valoraremos vivir en comunidad y cuidaremos el medio ambiente. No suena mal. En diez años más revisaremos si lo conseguimos.