El destino de Valparaíso

El destino de Valparaíso

11 Diciembre 2013

Esa ventaja geoestratégica es el destino de Valparaíso, ese es su “tesoro escondido”, lo cual produce la renta portuaria, que el liderazgo local no logra o no quiere ver y que sus ciudadanos no comprenden ni asumen, pero que es apropiada por el Gobierno central.

Ibán de Rementería >
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Por Ibán de Rementería
Vecino de Valparaíso

El problema de Valparaíso no está solamente en que carece de un Plan Director de Gestión Patrimonial y que su Plan Regulador sea una vieja y derruida colcha de parches, el cual permite todo tipo de tropelías inmobiliarias como el mall Puerto Barón, que el PRDUV haya sido un reparto de favores, que el Gobierno Regional sea llamado “la Cueva” por los vecinos de la ciudad puerto, que la Municipalidad sea ineficiente y esté saturada de personal innecesario e incompetente, que sus gastos sean superiores a sus ingresos y que su déficit sea igual a su presupuesto, etc.  

Cierto es que su riqueza patrimonial esté siendo destruida por una industria inmobiliaria devastadora y un comercio de retail depredador de las características urbanas y arquitectónicas que le han dado el reconocimiento de sitio patrimonial de la humanidad por la UNESCO, la más alta certificación turístico patrimonial a la cual una ciudad puede aspirar, hoy en peligro de perderse por la desidia de las autoridades municipales, regionales y nacionales.

La pobreza de Valparaíso, su principal problema, es el resultado de la apropiación centralizada en el Estado y concedida a privados nacionales y extranjeros tanto de la renta como de las utilidades por la localización geoestratégica como de la operación portuaria, que absolutamente nada le dejan a la ciudad de Valparaíso y sus habitantes.  

Que Valparaíso junto con San Antonio sean de las peores ciudades del país en calidad de vida para sus habitantes es la expresión dramática de esas y otras carencias: como la falta local de liderazgos.
El principal problema de Valparaíso es que carece de destino en la conciencia y en el actuar de sus liderazgos políticos, sociales y empresariales.

Desde la conquista de América Valparaíso ha tenido por destino eminente ser el puerto pivote entre el Atlántico y el Pacífico,  aquí llegaba toda la mercancía del Pacífico para ser reembarcada al Atlántico y la de este océano para ser llevada a aquel, esa ruta era más expedita y segura que ir de Veracruz a Acapulco pasando por ciudad de México para ir Filipinas, China y la India. Los ingleses, hábiles e implacables comerciantes y marinos, instauraron el segundo canal de Panamá, al tiempo de aquel, construyendo el ferrocarril que unía Valparaíso con Buenos Aires a inicios del pasado siglo.

Nuestra ventaja comparativa geoestratégica, que produce la renta portuaria de Valparaíso, está dada porque es más corta la distancia que hay entre Buenos Aires vía ferrocarril a Valparaíso y vía marítima a los Ángeles –puerto pivote de Pacífico norte que nos articula con China, la India, Japón, Rusia y  otros -, que la distancia Buenos Aires, vía Canal de Panamá a los Ángeles; es más corto llevar carga del Puerto de Santos a Buenos Aires y vía Valparaíso  a los Ángeles, que ir de Santos vía Canal de Panamá a los Ángeles –Santos es el puerto más grande del Atlántico Sur y de todo el hemisferio sur -;  la necesidad del Brasil para salir al Pacífico es tan acuciante, que su Presidenta Dilma Russeff  ha dicho que: “el futuro de la región depende de la unión de los dos océanos”, además, ella ha visitado cuatro veces el Perú para apurar la vía terrestre bioceánica Callao – Santos, que tiene cuatro veces la distancia Buenos Aires- Valparaíso. Finalmente, es más corto ir de Buenos Aires  por Valparaíso vía canal de Panamá a Nueva York, que ir de Buenos Aires a Nueva York directo por el Atlántico.

Esa ventaja geoestratégica es el destino de Valparaíso, ese es su “tesoro escondido”, lo cual produce la renta portuaria, que el liderazgo local no logra o no quiere ver y que sus ciudadanos no comprenden ni asumen, pero que es apropiada por el Gobierno central y los concesionarios por él  favorecidos, so pretexto que aquel construyó el puerto y estos lo operan, no obstante lo que los hombres no pueden producir es esa localización geoestratégica la cual pertenece a los propietarios eminentes del territorio donde el puerto se localiza, a la ciudad y sus habitantes, como lo son los puerto de Hamburgo, Rotterdam, Nueva York y otros que a la ciudad y sus habitantes pertenecen. La asunción ciudadana del destino eminente del puerto de Valparaíso, su localización geo estratégica y la renta que produce, es el punto de partida para apropiarnos de la riqueza local y la única manera de salir de la pobreza económica, la marginalidad social y el deterioro cultural en el cual nos encontramos, por eso nuestra consigna es: el puerto para los porteños.