El Fin del Mundo

El Fin del Mundo

25 Abril 2012

A fines del año pasado, 1000 familias se tomaron unos terrenos a la entrada de Viña del Mar; es también una manifestación de ese malestar. Se respira descontento social y no sólo se respira, hoy se deja ver claramente con pancartas, discursos y acciones.

María Paz Gálvez >
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A raíz de los fuertes y constantes movimientos telúricos de los últimos meses y especialmente del de la madrugada del lunes pasado, se siente un aire que anuncia que algo viene. Nadie sabe bien qué será pero innumerables veces la televisión y la conversación diaria nos confirma que este sentimiento es algo compartido. Algo se avecina, aunque nadie sabe muy bien cómo ni cuándo se manifestará.

Quizás tiene que ver con el 2012 y el fin del mundo. Las profecías anunciadas por los mayas parecen tener efecto en nuestra tierra tan propensa a los temblores. Por estos días, nuestros dioses predictores parecen ser Salfate y los brasileños que aseguran saber cómo anunciar con una exactitud jamás antes conocida los movimientos de la tierra.

Probablemente el ser humano jamás llegue a conocer a cabalidad el comportamiento de la naturaleza.  Pero existe algo tan importante de entender, que por la constante exposición mediática del tema de los movimientos telúricos, hoy parece haber quedado en segundo plano. Y es que no sólo las placas tectónicas convulsionan, las sociedades también se agitan y hoy ese debería ser el tema de discusión.

La primera marcha estudiantil en Valparaíso convocada para esta semana, la crisis social en Europa, las protestas en Aysén o las manifestaciones pro-tolerancia luego de la muerte de Daniel Zamudio, también forman parte de esta cadena de sucesos que buscan reivindicar derechos y poner ciertos temas en la agenda pública.

A fines del año pasado, 1000 familias se tomaron unos terrenos a la entrada de Viña del Mar; es también una manifestación de ese malestar. Se respira descontento social y no sólo se respira, hoy se deja ver claramente con pancartas, discursos y acciones.

Los campamentos, por ejemplo, son un tema de fondo no resuelto. Las tomas y sus familias, día a día exponiéndose a pésimas condiciones, siguen ahí, algunas logran irse, pero los campamentos siguen y el círculo de la pobreza perdura, a menos que hayan actores sociales públicos y privados dispuestos a generar propuestas innovadores y realmente participativas con las personas involucradas. De lo contrario, el descontento continuará.

Parece ser que el 2012 si es el fin del mundo, pero es el fin del remanso y conformismo social. Existen hoy múltiples reivindicaciones sociales, peleando constantemente su espacio en la discusión pública. Estos deben ser los temas que nos preocupen y nos quiten el sueño, porque, sin ánimos de alarmar, los temas sociales hoy no resueltos van explotar y más vale que los actores políticos estén preparados para responder a la altura de las demandas.

Comentarios

Imagen de Verónica Pincheira

En nuestra región los

En nuestra región los campamentos han estado ocultos desde siempre; ocultos geográficamente, ocultos en las estadísticas, y ocultos de la conciencia de la sociedad. La nueva toma, que agrupa a más de 1.000 familias, es la nueva bienvenida que da la Ciudad Bella a sus visitantes; el hecho que se ubicara en su principal acceso es una muestra más de que el malestar social hoy ya no se queda en conversaciones de pasillo, o en los sectores marginales de nuestras ciudades.

Hoy la gente se expresa sin miedo, exige soluciones a la autoridad, y ante la indiferencia no queda más que atacar donde más duele, en este caso a la imágen impoluta de ciudad turística que pretende tener Viña del Mar.

Es de esperar que la reacción, tanto del gobierno como de la sociedad en general, sea entender que la exclusión, la falta de oportunidades y muy especialmente la carencia habitacional en nuestro país, son realidades que ya no pueden mantenerse ocultas, sino que es hora de enfrentarlas, asumirlas y darles una solución que responda a la condición de dignidad que merecen las familias que hoy viven en condiciones tan tristes.