Escoba “nueva” está obligada a barrer bien

Escoba “nueva” está obligada a barrer bien

20 Marzo 2014

Pareciera que la estrategia de dilatar el envió de la ley corta para el pago de la media hora a los trabajadores en subsidio de las cuatro trasnacionales que operan los puertos de Chile, tiene que ver con alinear a moros y cristianos tras un solo rumbo.

Jorge Bustos >
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Por Jorge Bustos, Congemar

Que el saliente ex Presidente Piñera es propagadísticamente útil, es algo que hoy vemos repetido tanto como el discurso de derecha que culpaba de todo al “gobierno anterior”. De hecho resulta que hoy es él también el responsable del incumplimiento del Estado con los portuarios. Y lo es, pero si hablamos en serio, no es sólo él, pues cuando de estrategias de clase se trata, los portuarios ya aprendimos que al frente tenemos a los defensores de un estrato social repartido en diferentes partidos y a muchos disfrazados de patrones.

Las noticias de las concubinas del poder, como las de las redes, se han propuesto iniciar el apaleo del inculto ex mandatario. De hecho, dirigentes y ministros acusaron a Sebastián de ser mentiroso, y siendo eso una verdad antigua, nos encontramos con el ocultamiento de la verdad como debe ser: completa, porque no existen las verdades a medias. Por eso, es nuestro deber recordar que el acuerdo adoptado el fin de semana pasado, fue ofrecido a la NM por algunos dirigentes portuarios al inicio de la paralización anterior, pero ellos lo rechazaron porque Hacienda ya tenía reparos, como los que públicamente expresó su nuevo regente durante la semana pasada.

Así las cosas, pareciera que la estrategia de dilatar hasta fin de marzo el envió de la ley corta para el pago de la media hora a los trabajadores en subsidio de las cuatro trasnacionales que operan los puertos de Chile, tiene que ver con alinear a moros y cristianos tras un solo rumbo, pues guste o no, los portuarios han aprendido y demostrado ser estratégicos en la matriz económica de nuestra patria.

Bueno será  recordar a los jóvenes ministros que mientras ellos tomaban palco y preparaban sus currículos, los empresarios del rubro, pequeños y grandes, reclamaban la urgencia de tener normas claras y permanentes (leyes) para que no sigan ocurriendo estos paros, que a decir del ministro de Hacienda saliente no solo afectaron el Imacec de enero, sino que también el crecimiento del país. Porque el reclamo por media hora de colación era, en su percepción, una especie de egoísmo de los trabajadores. ¡¡¡Vaya distorsión del espíritu humano!!!

Ese es el escenario y los reincorporados asesores de los ministerios de Transporte y Trabajo deberán entender y proponer a las autoridades recién instaladas que deben demostrar que son diferentes y atender que, en el fondo, el problema se desarrolla porque nuestro país no tiene un plan de desarrollo estratégico de la industria portuaria y carece de una Ley General de Puertos; por lo tanto, la industria del comercio internacional, en general, y la industria portuaria, en particular, carecen de los elementos jurídicos para la solución de los conflictos. Por lo mismo, la ley corta que pretenden proponer al legislativo es solo un parche a los graves problemas que tenemos de gestión.

Si uno mira los ministerios existentes y su importancia en la economía notará de inmediato la falta del ministerio del mar, ya que por aquello que algunos llaman la puerta al Pacífico se mueve, anualmente, más del 85% del PIB de Chile. Esto lo hemos planteado hace más de seis años a diversas autoridades y parlamentarios, sin tener respuestas satisfactorias. Llegó el tiempo de abordar seriamente este asunto, dado que después de dos paros nacionales deben existir las voluntades para iniciar el proceso de cambio en las formas de relación capital trabajo, que se han expresado en los últimos conflictos.

Resulta una estupidez no entender que las formas de producción han sido modificadas por la irrupción de la tecnología, que el perfil de los trabajadores ya no es el mismo de 1981, que la ley de modernización portuaria (19.542) no da respuesta  a los nuevos desafíos y ha sido sobrepasada por la concentración monopólica de la industria y que la estructura de control del Estado sobre esta industria está obsoleta y sobrepasada.

En mi opinión, acá no existe una explicación simplista, no se trata de calificar de mentiroso al de turno, acá lo que ocurrió, simplemente, fue que se manifestó la incapacidad de gobernantes que estaban convencidos que el mercado se regula solo. Es de esperar, por el bien de Chile, que los que hoy reaparece asuman que deben gobernar por el bien de las verdaderas mayorías y no de su imaginario, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver y así mantener favores a los patrones de siempre.