Guía para entender cómo funcionan las propiedades medicinales de la cannabis

24 Julio 2017

Cada día hay más evidencia científica acerca de los beneficios medicinales y/ó terapéuticos que trae el uso de cannabis para el tratamiento de diversas patologías, sin embargo para la mayoría de las personas aún hay bastantes mitos y desinformación en torno al tema.

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Por Pablo Romero, ex voluntario de Fundación Daya.

Ingeniero en biotecnología de la Universidad de Santiago de Chile y actual alumno del máster Biotecnología Molecular y Celular de Plantas del IBMCP, Valencia, España.

Las propiedades psicoactivas y medicinales de la Cannabis, llamada popularmente marihuana, eran ampliamente conocidas por civilizaciones antiguas. Luego, a comienzos del siglo XX, la planta fue declarada ilegal en la mayor parte del mundo usando como argumento sus propiedades psicoactivas, opacando por largo tiempo sus usos medicinales. En los últimos diez años varios gobiernos han permitido el consumo en distintos grados y cada vez son más los países en los que se permite su uso medicinal, sin embargo en la mayoría de ellos aún mantiene el estatus de ilegalidad y no se hace distinción entre usuarios medicinales y recreativos.

Cada día hay más evidencia científica acerca de los beneficios medicinales y/ó terapéuticos que trae el uso de cannabis para el tratamiento de diversas patologías, sin embargo para la mayoría de las personas aún hay bastantes mitos y desinformación en torno al tema.

Es por esto que decidí escribir esta Guía rápida para entender el cannabis medicinal, buscando explicar de manera sencilla y resumida cuáles son las bases de la acción del cannabis en nuestro cuerpo, en qué enfermedades puede ser utilizado y cómo se administra.

¿Qué es el ingrediente activo y por qué produce un efecto en mí?

La planta de cannabis es una planta anual, que produce una serie de moléculas con diversas propiedades. Estas moléculas se producen y acumulan en grandes cantidades en pequeñas glándulas llamadas “tricomas”, que están presentes en toda la parte aérea de la planta pero abundan en las inflorescencias, llamadas popularmente “cogollos”.

Entre los compuestos producidos destacan flavonoides, terpenos y cannabinoides (llamados fitocannabinoides, por su origen vegetal), éstos últimos pertenecen a una familia de aproximadamente 70 moléculas, donde los dos más conocidos y estudiados son el THC (tetrahidrocannabinol, que tiene efecto psicoactivo, es decir, que “vuela”) y el CBD (cannabidiol, que tiene nula o baja psicoactividad) ambos con aplicaciones medicinales, pero éste último ha despertado gran interés debido a sus bajas repercusiones en la psiquis.

Al igual que muchos vegetales, existe una amplia gama de variedades de marihuana, las cuales son similares entre sí pero con diferencias importantes en tiempo de maduración y concentración de los distintos cannabinoides, responsables de que existan variedades más eufóricas que generan risa y otras más narcóticas que dan sueño.

Ahora, el por qué generan efectos en humanos se debe a que los cannabinoides no son únicos de las plantas, es más, lo seres humanos tenemos un sistema endocannabinoide implicado en una amplia variedad de procesos fisiológicos (como la modulación de la liberación de neurotransmisores, la regulación de la percepción del dolor, de las funciones cardiovasculares, gastrointestinales y del hígado).

Este sistema está compuesto por los endocannabinoides (moléculas producidas por nuestro cuerpo, hasta el momento se conocen dos: anandamida y 2-araquinodilglicerol) y los receptores cannabinoides, que son los elementos de las células en donde se unen los cannabinoides para producir el efecto fisiológico, tal como una llave encaja en una cerradura para abrir una puerta.

Debido a la similitud molecular que tienen los endocannabinoides y los fitocannabinoides, éstos últimos pueden unirse a los receptores presentes en seres humanos, como si dos llaves diferentes (pero parecidas) abrieran la misma cerradura, y generar un efecto en nuestro cuerpo.

Hasta el momento se conocen 2 receptores: CB1, distribuido ampliamente en el cuerpo humano pero que abunda en el cerebro y algunos órganos, y CB2 asociado principalmente al sistema inmune. Hay que tener en cuenta que todos los seres humanos somos distintos y tal como existen hombres con la barba más o menos tupida, la abundancia de los receptores varía de persona a persona, lo que explica el por qué hay personas más o menos susceptibles a los efectos del cannabis. Entre las propiedades medicinales de los fitocannabinoides destacan los efectos analgésicos, anti-inflamatorio, estimulante óseo, anti-emético (evita vómitos y náuseas), anti-epiléptico, inmunosupresor y neuroprotector.

¿Qué enfermedades se pueden tratar con cannabis?

Existe una larga lista de enfermedades en las que puede ser eficaz el tratamiento con cannabis, sin embargo no todas tienen un estudio científico que respalde su efectividad.

A continuación mencionaré algunas patologías en las que existen estudios pre-clínicos (en animales ó células) y/ó clínicos (en humanos): alzheimer, asma, cáncer, diabetes, dolor, Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, Síndrome del intestino irritable, ansiedad y depresión, Trastorno de estrés post traumático, esquizofrenia, artrosis, artritis reumatoide, epilepsia, esclerosis múltiple, fibromialgia, glaucoma, hipertensión, Parkinson, VIH/SIDA, Síndrome de Tourette, Síndrome de Dravet, Síndrome de la persona rígida.

En enero de este año se publicó un informe elaborado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE.UU titulado Efectos en la Salud de la cannabis y los cannabinoides: el estado actual de las evidencias y recomendaciones para la investigación en donde se recopila y analiza la evidencia científica existente hasta el momento.

Durante mi experiencia trabajando en Fundación Daya,  organización dedicada a la investigación y promoción de tratamientos con cannabis, fui testigo de cómo el uso medicinal de esta planta puede cambiar la vida de las personas. Pude  ver pacientes con tipos de epilepsia  refractaria —llamada así porque los tratamientos convencionales no surten efecto— reducir  considerablemente las crisis de convulsiones, tanto en  número como en intensidad, incluso llegando a detener  completamente las crisis en algunos casos. Para estas  personas eln cannabis no es una opción, sino que es más  bien la única opción.

De igual manera, personas con enfermedades raras (para  las que no existen muchos tratamientos) han encontrado  en el cannabis el alivio que la medicina moderna no  pudo entregarles, ya sea por un costo extremadamente  alto ó simplemente porque no existe tratamiento, como  es el caso de pacientes con espondilitis anquilosante y  Síndrome de Satoyoshi, enfermedades sumamente  dolorosas, con pocas opciones de tratamiento.

Personas con esclerosis múltiple y otras enfermedades  neurodegenerativas se benefician de las propiedades neuroprotectoras del CBD, ralentizando el avance de la  enfermedad. El uso de cannabis mejora inmensamente   la calidad de vida de personas con Enfermedad de  Crohn, un trastorno intestinal caracterizado por  inflamación del intestino y constantes necesidad de ir al baño, pacientes que en tratamiento pasaron de ir 20 veces al baño por día a sólo seis, una cantidad que sigue siendo bastante pero que al menos permite hacer una vida más normal. Respecto al cáncer, la efectividad para aliviar dolor es incuestionable y en la mayoría de los casos logra sustituir el uso de opioides (como el tramadol y la morfina), lo que es sumamente interesante puesto ya que a diferencia de los opioides, no existe riesgo de sobredosis con cannabinoides.

Me gustaría añadir que muy rara vez una enfermedad se va a curar usando cannabis: como se habrán dado cuenta muchas de las enfermedades tratables son crónicas y no tienen cura, sino que el tratamiento tiene que ver más con el manejo de los síntomas, detener el avance de la enfermedad y la mejora del bienestar general de la persona.

¿Cómo administrar cannabis?

Cuando se escucha la frase “consumo de cannabis” lo primero que se viene a la cabeza es un pito humeante, sin embargo, al fumarla se pierden muchos cannabinoides y se inhalan muchos productos de combustión dañinos para la salud. Es por esto que el cannabis medicinal NO SE FUMA, sino que se hacen preparados que se consumen por vía oral.

Debemos tener presente que los cannabinoides son de naturaleza lipídica, es decir que se comportan como grasas y por lo tanto no se disuelven en agua sino que en solventes orgánicos (como aceite y alcohol). Además, es necesario activar los cannabinoides para que surtan efecto, ya que en la planta aparecen de forma inactiva.

El proceso de activación de los cannabinoides se conoce como descarboxilación y tiene lugar con el paso del tiempo ó con la aplicación de calor (105°C aproximadamente). Si no se activan los cannabinoides, no producen psicoactividad, lo que es ideal para usos medicinales pero sólo conozco pocos casos en que los que los cannabinoides inactivos tienen efecto terapéutico.

Dentro de las preparaciones más populares utilizadas con fines medicinales se encuentra la resina (que es un concentrado muy potente, con una apariencia similar al petróleo), los macerados en aceite de oliva o alcohol y las pomadas, éstas últimas son útiles para patologías de la piel y dolores reumáticos.

Ahora se preguntarán ¿Y “vuela”? La respuesta es sí, no obstante, durante un tratamiento con cannabis la “volada” es considerada un efecto secundario indeseado y hay maneras de disminuirlo e incluso eliminarlo.

El tratamiento se inicia siempre con dosis mínimas por las noches durante una semana, para que el cuerpo comience a activar el sistema endocannabinoide y se acostumbre a los efectos del cannabis. Luego se aumenta la dosis paulatinamente hasta alcanzar la dosis con la cual los síntomas de la enfermedad son controlados. En algunos casos esta dosis no alcanza a producir psicoactividad y en otros produce una psicoactividad leve, pero tolerable. Los preparados altos en CBD generan muy poca (ó ninguna) psicoactividad, y al usar pomadas (de uso tópico) ésta no existe.

No está demás mencionar que el tratamiento debe ser supervisado por un experto, ya que es necesario evaluar personalmente cada caso debido a que los cannabinoides nos afectan de manera distinta, dependiendo del organismo de cada cual. Por ejemplo, si hubiese un par de mellizos con la misma patología no sería raro que a uno le baste con la mitad de la dosis que usa su hermano, para controlar los mismo síntomas.

La marihuana tiene propiedades terapéuticas que son irrefutables, existe la evidencia científica y personas que ya están tratando su enfermedad con cannabis de manera efectiva, sin embargo muchos países aún hacen ojos ciegos a la información y continúan prohibiendo en vez de generar instancias para que pacientes tengan acceso seguro y profesional a la medicina cannábica.