Hidroaysén o el catalizador del descontento generalizado

Hidroaysén o el catalizador del descontento generalizado

01 Junio 2011

Me opongo al proyecto porque con esa mera acción de decir no, me estoy oponiendo al sistema que gobierna, al del poder de unos pocos y del desamparo de otros muchos.

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Escrito por Francisca Rodríguez P.

No he marchado, es verdad. Pero quizás en el fondo quisiera hacerlo.  

Aunque yo, como creo que pasa con la mayoría de los que marchan, ni siquiera me he preocupado de usar menos o mejor la energía. Tampoco clasifico mi basura y ni siquiera uso una de las 3 bolsas ecológicas de supermercado que tengo. Pero me opongo a Hidroaysén. Me opongo al proyecto porque con esa mera acción de decir no, me estoy oponiendo al sistema que gobierna, al del poder de unos pocos y del desamparo de otros muchos. Porque Hidroaysén no es Hidroaysén, es el catalizador del descontento generalizado de una ciudadanía desilusionada. Cansada de, como dijera alguien por ahí, las Democracias de las Desigualdades. Democracias que se han instalado exitosas pero que al tiempo, desgastadas, falibles y permeables a las crisis, generan fenómenos como el de los Indignados en España, que de seguro será la chispa que encienda otros tantos movimientos sociales en Europa, como ya ocurre en Francia, Portugal y Grecia. 

Nuestra democracia es desigual. No en vano ostentamos el vergonzoso primer lugar lugar del ranking de la OCDE en desigualdad. Y la desigualdad agota, porque que mientras se habla de cifras siderales y de desarrollo macro, el ciudadano simple ve su compleja realidad diaria. Y se cansó, se cansó del Transantiago, del smog, de la delincuencia y de la violencia. Se cansó de salir de su casa a las 6 de la mañana y volver a las 10 de la noche de lunes a sábado para a fin de mes recibir 130 lucas. Se cansó de no poder mandar seguro a su hijo al colegio porque lo pueden apuñalar en la sala. Se cansó de ver que sus niños no tengan acceso a ser más de lo que ellos son por la pésima educación municipal. Y de que si logran salir airosos del colegio, no tener como pagarles la Universidad. Se cansó de ver como la pasta base les mata los sueños. Se cansó porque hasta el pan parece un lujo. Se cansó de la espera de años para que le operen una hernia. Se cansó de que las plazas y las calles estén en manos de los delincuentes y los niños encerrados bajo llave. Se cansó el mapuche de pedir que se le reconozca, se cansó el joven de que le cierren sus espacios y lo tilden de terrorista por decirse anarquista. Se cansó la clase media de ser ignorada. Se cansaron las mujeres de ser subestimadas, ahora con un postnatal que no alcanza y de tener que darle a sus hijos alimentos genéticamente modificados. Se cansó la sociedad casi completa de aceptar con la cabeza gacha lo que los grupos de poder deciden a puerta cerrada y de ver cómo sólo se queda en palabras bien intencionadas aquello que dicen estar tratando de cambiar y no cambian. 
Nos cansamos todos de ver con impotencia la realidad desigual.

Los que trabajamos con gente real y vulnerable, podemos ver qué es lo que se vive a diario lejos de las luminarias, de la prensa de farándula, de la discusión politiquera, de los mega acuerdos internacionales. Es ahí donde se encuentran las verdades a las que parecen no llegar esos millones en recursos anunciados con tanto bombo. Es ahí donde están las personas con el alma gastada de esperar. Y este cansancio es el que ha tomado forma de marcha, una gran marcha que está apenas comenzando, porque como twitteara mi amigo poeta Camilo Brodsky, los descontentos están dispuestos “a marchar hasta ser todos”.

Si incluso la Biblia lo dice: "Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás”. Es simple: todos velar por el beneficio de todos, de eso se trata la solidaridad y debiera tratarse la democracia.

Yo la verdad dudo que marche, pero desde mi tribuna continuaré trabajando para aportar a un real cambio. Por mis hijos, por los tuyos, por los de ellos. Pero lo que nosotros hagamos no exime de responsabilidad al estado, del que necesitamos que escuche y acoja a los desilusionados, que se acerque a la realidad cotidiana de su gente y que se haga realmente cargo de las problemáticas de sus hijos, de todos sus hijos

Comentarios

Imagen de mafalda

Más vale tarde que nunca,

Más vale tarde que nunca, reza el dicho popular, estoy en total de acuerdo contigo panchita, pero lamento tanto, que haya tenido que pasar 20 años para que nuestro pueblo manifieste el descontento, porque esta realidad viene arrastrandose desde los gobiernos de frei, lagos, bachellet, entonces, me alegra que se estè generando movimiento y expresando descontento frente a tanta desigualdad, pero es importante reconocer y asumir, que esto ha ocurrido siempre y durante los gobiernos de la concerta... los que marchabamos eramos locos desubicados, hoy dia todos los desempleados publicos que opinaban aquello, donde estàn.... en la calle marchando, pero por sus propios intereses , no por lo que ocurre en realidad en nuestro pais, sino, porque quedaron sin trabajo y punto.

lamentable mentalidad capitalista, que nos lleva al individualismo total.....

Imagen de Eduardo Reyes Frias

El llamado solidario debiera

El llamado solidario debiera multiplicarse en las redes sociales