Las  marejadas que afectan desde hace algunas semanas al borde costero de Viña del Mar han causado importantes daño en el que es el corazón turístico de la ciudad. Por lo que no es de extrañar, que en cuestión de minutos las autoridades hayan reaccionado y entregado soluciones, es más, este viernes el MOP  anuncio un estudio sobre el borde costero, buscando mitigar los efectos de este fenómeno.

Lo contradictorio es que cada año, miles de familias que viven en campamentos en los cerros de la misma ciudad, deben sortear los embates de temporales que no dan tregua. Con el agua hasta las rodillas, voladuras de techo, calles convertidas en río y capeando las bajas temperaturas. Sin embargo, no hay solución. La pregunta  que surge es ¿por qué las autoridades no resuelven con la misma premura una emergencia? ¿Existen acaso ciudadanos de primera y segunda categoría?

Como TECHO-Chile entendemos que el problema de las marejadas debe resolverse, pues está causando importantes consecuencias, a lo que apelamos es al reconocimiento por parte de las autoridades de un problemática que afecta a miles de familias en todo Chile, los campamentos. Con familias que, por diversos factores, viven en una emergencia permanente y enfrentando un verdadero infierno en temporales, incendios, terremotos, entre otros.

Como sociedad no podemos continuar haciendo la vista gorda, pues se trata de una realidad de segregación que sigue reproduciendo un círculo de pobreza imposible de combatir. La vivienda es un derecho fundamental para cualquier ser humano y no puede seguir vulnerándose, puesto que se ha convertido en uno de los grandes responsables de la pobreza multidimensional que a diario enfrentan miles de chilenos y chilenas.