[OPINION] El modelo económico está matando a Valparaíso y a sus trabajadores

Por Movimiento Valparaíso Ciudadano

Miramos nuestra ciudad y miramos nuestras vidas, y casi toda nuestra energía y actividad ronda en torno al dinero y en el cómo conseguirlo. Los Trabajadores Portuarios que levantan demandas, que no sólo son de ellos, sino de toda la comunidad de trabajadores de Valparaíso; Exigen trabajos dignos, seguros y pagados a la altura de su responsabilidad con la ciudad y con sus familias; Exigen contratos que los dignifiquen en sus puestos de trabajos, que le den perspectivas y no sólo una eventual labor y un eventual salario.

Ellos y nosotros estamos diciendo: ¡BASTA, NO QUEREMOS SUS MIGAJAS, QUEREMOS DERECHOS¡. Y los que miramos y solidarizamos, los que miramos y sufrimos como ciudadanos de calle, sabemos que es de toda justicia que la dignidad la reclamemos con voz fuerte y clara. Más, también queremos que nuestra ciudad no sea despedazada y que el accionar en nombre del orden no devenga en represión, en violencia, en excesos que vulneran nuestros derechos humanos y que el principio básico de exigencia de total de derechos, no seamos capaces de defenderlo.

Gran dilema, más aún cuando valoramos que esta es una ciudad ya deprimida por la falta de oportunidades y el desarrollo de buenos proyectos para ella y su Puerto. Una ciudad patrimonial plena de riqueza cultural y humana.

¿Qué hacemos? ¿Qué podemos hacer?

Muchos preocupados por la navidad y el fin de año, por ende, preocupados por el turismo , los fuegos artificiales y situaciones que, si la pensamos bien, son suntuarias frente al conflicto profundo que viven y sufren las trabajadoras y trabajadores portuarios y los habitantes y ciudadanos de Valparaíso.

Como Movimiento Valparaíso Ciudadano (MVC) luego de una Asamblea para conversar sobre este conflicto, concluimos —como la gran mayoría— que este es un problema estructural, tan profundo, tan hondo como la imposición de un modelo económico que enajena, intoxica y empobrece nuestras vidas. Un modelo impuesto durante la Dictadura Militar, como la Constitución, las Leyes laborales y en un gran etcétera, hecho a imagen y semejanza de una Derecha que ruega y defiende un modelo de acumulación de capital, para que unos pocos acrecienten sus fortunas. Así proliferaron los que consciente o inconscientemente vieron una manera de quedarse con parte de la torta que permite el modelito y surgen los intermediarios, como los contratistas que venden la fuerza de trabajo de terceros a un precio y luego se quedan con la ganancia mayor.

Dicho esto, es fácil entender, que lo que hoy grita con rabia y fuerza, más allá, de que negocien y superen el conflicto, seguirá siendo un tremendo tema no superado, si no ponemos atención a las transformaciones reales, profundas y concretas que necesita nuestro país, y también nuestra ciudad: Nueva Ley de Puertos.

Que las empresas que usufructúan de nuestras costas y de nuestro Puerto Tributen en la ciudad. Puerto integral que haga converger los intereses de todos los actores relevantes que hacen vida y riqueza en la ciudad. Nueva Constitución para nuestro país. Decisión, voluntad política, liderazgo y generosidad para entender el conflicto y empujar las transformaciones que necesitamos para exigir nuestros Derechos Sociales, pero también nuestro Derecho a la Ciudad Puerto. 

Este país que será siempre largo, pero ojalá no siga siendo estrecho. Que las Pascuas sean nacimiento de una nueva conciencia. Que los deseos lleguen a buen puerto. Que la humanidad pueda hacer Que el año nuevo no nazca tan viejo Que volvamos a ser y creer Que Valparaíso esté a la altura de su gente y de su horizonte.