[OPINIÓN] Hotel Winebox: el vecino prepotente en Valparaíso que exige impunidad

[OPINIÓN] Hotel Winebox: el vecino prepotente en Valparaíso que exige impunidad

23 Marzo 2019

Un buen final sería que la propia torpeza y soberbia de los dueños del Winebox sean las que terminen por revelar el modus operandi con que las redes enquistadas al interior del Municipio han estado operando para perpetuar la impunidad inmobiliaria en Valparaíso. 

Boris Kúleba >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Este jueves 21 de marzo, el Mercurio de Valparaíso informó por segunda vez sobre el polémico hotel del vino “Winebox”, construido con containers y que alteró completamente la convivencia residencial en cerro Mariposa. La vez anterior, vaya coincidencia, fue exactamente tres años antes, el 21 de marzo del 2016, cuando los mismos vecinos protestaban en contra de la inminente construcción de esta edificación que les taparía la vista y los atormentaría durante los próximos años.

Durante la sesión del Concejo Municipal de Valparaíso del 9 de enero, se había destapado lo que era un secreto a voces entre los habitantes del sector: Winebox, que estaba solicitando una patente de alcohol, no cumplía con las normativas ni de construcción ni de convivencia, mientras que las constantes y escandalosas fiestas que desvelaban al barrio contaban con sospechosos permisos municipales que aparecían de la nada.

Dentro de la Municipalidad, como se denunció semanas antes, habrían cómplices que les tramitaban los permisos de manera ilógicamente expedita y los alertaban de las fiscalizaciones. Los vecinos, que ya llevaban tres años soportando las fiestas ruidosas hasta la madrugada y la prepotencia de sus dueños ante sus reclamos, habían reunido suficientes pruebas para demostrar que, además de las fiestas, al interior de la Municipalidad operaba una especie de red que les entregaba otros tipos de documentos para consentir la ilegalidad de su funcionamiento. En esa sesión el alcalde solicitó un informe a la Dirección de Desarrollo Comunitario para aclarar las denuncias, que complementaría el informe completo solicitado previamente a otros departamentos municipales respecto a los dudosos permisos y patentes que supuestamente se les habría otorgado.

Mientras tanto, la prepotencia y el desprecio por sus vecinos atribuidos a los dueños del hotel se verían confirmados durante la emisión del programa radial “Hasta que el Vino se acabe” del 5 de noviembre del año pasado, de Radio Viña FM, en el cual se quejan de las fiscalizaciones que realizan tanto el Municipio como Carabineros, acusando un “hostigamiento” por parte de ellos, enviados por vecinos a quienes tildan de “narcos que viven en tomas”, y asegurando que ellos llegaron a levantar un cerro pobre, sin negocios, como si fueran unas especies de colonos evangelizadores de la enología que trajeron la civilización al cerro Mariposa, pero sin ningún permiso para funcionar y además quejándose por que no se les permite actuar con alguna merecida impunidad.

Con nombres y apellidos injuriaron a funcionarios municipales y a un concejal, quienes según ellos serían malignamente manejados por los vecinos narcotraficantes. Esos vecinos son quienes viven debajo de su hotel, de sus estridentes fiestas y de la vista que les robaron. En la práctica, son sus víctimas.

Finalmente, en la última sesión del Concejo Municipal se reveló el contenido de uno de los cuatro informes solicitados, el oficio control nº 73 de la Dirección de Control, y fue contundente. Las irregularidades del hotel vienen desde sus inicios, pues el tipo de destino para la edificación que construyeron está prohibido en ese lugar por el Plan Regulador vigente. Por eso, el permiso de obra que les fue otorgado en diciembre del año 2016 era para construir una edificación residencial con destino específico de “vivienda”: 24 departamentos en cuatro pisos, autorizados por el Director de Obras, aunque se construyeron cinco pisos y funcionó como hotel desde sus inicios.

Sin embargo, y también autorizado por el Director de Obras, en enero del año 2018, cuando el hotel estaba en completo funcionamiento, realizando fiestas y produciendo vinos que comercializaban allí mismo, se modificó el proyecto de edificación apareciendo ahora como una edificación residencial con destino específico de “apart hotel”.

Extrañamente, la Recepción Definitiva de Obras, firmado nuevamente por el Director de Obras en abril del año 2018, fue por ¡un edificio de departamentos! A esas alturas, Winebox llevaba dos años funcionando como hotel y había realizado sin permiso ni autorización una impúdica ampliación de 12 metros de largo.

Lo más insólito vino después, cuando algunos de los vecinos acusados de ser “narcos que viven en una toma”, solicitaron un informe a la Dirección de Obras para despejar sus dudas respecto al funcionamiento del hotel. No sólo se incluía una ampliación inexistente en la recepción de obras, sino que además indicaba que el “hotel” (¿no eran departamentos?) contaba con patentes de alcohol. El documento era, nuevamente, firmado por el Director de Obras, y las patentes de alcohol que su firma y timbre municipal acreditaban poseer eran inexistentes. En aquella sesión, el Concejo Municipal votó indignado el rechazo a la solicitud de patente de alcohol.

Todavía quedan otros tres informes que deben darse a conocer en los próximos días, ejecutados por la Dirección de Obras Municipales, el Departamento de Inspectoría Urbana y el Departamento de Asesoría Jurídica, que contienen los resultados de la investigación de varias otras irregularidades que favorecieron la impunidad con la que Winebox ha estado actuando por casi tres años. Su contenido aún no se ha difundido, pero revelarían una red de corrupción en las que personas “con nombre y apellido”, en palabras del alcalde, habrían estado actuando y ante lo cual ya se está ejecutando un sumario.

Es de esperar que los resultados del proceso permitan a los vecinos del cerro Mariposa recuperar en parte la armonía de su vida de barrio. El problema, en sus palabras, “no es en contra del inversionista, sino que en contra de quienes no nos respetan como comunidad”. Y un buen final sería que la propia torpeza y soberbia de los dueños del Winebox sean las que terminen por revelar el modus operandi con que las redes enquistadas al interior del Municipio (con la misma firma y timbre) han estado operando, administración tras administración, para perpetuar la impunidad inmobiliaria en Valparaíso, y así erradicarlas de una vez por todas.