[OPINION] Villa Alemana y su basura

[OPINION] Villa Alemana y su basura

03 Mayo 2018

Como en gran parte del mundo subdesarrollado, en Chile se sigue manejando la basura de forma medieval: enterrándola. Con el cierre de su vertedero Villa Alemana tiene múltiples oportunidades.

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Por Diego Pérez Alfonso

A principios de abril Villa Alemana sufrió problemas en la recolección de la basura como resultado del cierre anticipado de su vertedero municipal. En el marco del compromiso adoptado con el Ministerio de Salud como medida previa a la construcción el Hospital de Marga Marga, la Municipalidad comenzó en febrero de este año el cierre gradual de su vertedero, terreno en el cual se proyecta un parque deportivo. Sin embargo, el proceso de cierre finalizó anticipadamente luego de la saturación del vertedero, comenzando así el traslado de la totalidad de la basura al relleno sanitario de Santa Teresita, en Quillota. Tal como señaló la Municipalidad, mientras los tiempos de traslado de basura desde cualquier punto de la ciudad al vertedero antes tardaban un máximo de 15 minutos, ahora esto demora más de una hora y media, a lo que se agrega el costo asociado, considerando traslados y el valor de cada tonelada depositada en Quillota.

Al momento del cierre del vertedero la municipalidad encontró problemas logísticos con su disponibilidad de camiones (ver noticia de Quinta Visión: https://youtu.be/rBUc7FPKuKY), provocando el retraso en el retiro de la basura en gran parte de la ciudad y la acumulación de desechos por varios días en diversos sectores, lo cual facilitó el aumento de micro basurales en la comuna. Con todo, la situación no alcanzó a ser calificada como emergencia sanitaria.

Las cosas se pudieron haber anticipado de mejor manera, desde la previsión que los nuevos tiempos de traslado significarían y la incertidumbre de los vecinos respecto al retiro de su basura, hasta medidas permanentes para reducir el volumen de los desechos domiciliarios. Villa Alemana ha crecido, en tamaño y capacidad municipal, lo cual plantea cada vez más desafíos y oportunidades a autoridades y vecinos.

El manejo de la basura es un buen caso de cómo la ciudad, desde su invitación a ser “Capital del Medio Ambiente”, podría llegar a ser un ejemplo sobre este tema a nivel regional. Para ello, diversas medidas pueden ser profundizadas y adoptadas. Dentro de las que se pueden profundizar está el manejo de desechos orgánicos; los planes pilotos implementados son una buena iniciativa municipal que de ser exitosa debe masificarse con el fin de reducir el tonelaje de basura enviado a Quillota y, a la vez, usar el compost que se genere para la creación y mantención de áreas verdes. También debe continuar la transformación de basurales en parques urbanos, tal como se hizo exitosamente con el nuevo Parque El Álamo.

Respecto a las medidas por adoptar, es un imperativo instruir a niños y jóvenes de la comuna sobre el manejo responsable de la basura en los planes formales de educación. La limpieza de la ciudad y el manejo de la basura son problemas que gestiona la municipalidad pero que generamos los ciudadanos, por lo que de no cambiar hábitos y costumbres las cosas seguirán igual. También es importante la ampliación del programa de separación de residuos en origen a desechos plásticos y vidrios, derivándolos a centros de reciclaje. Esto último no solo es medioambientalmente responsable, sino que podría significar un negocio rentable para la comuna, además de un polo generador de empleo. Todo ello, además, podría impulsarse en conjunto con el resto de las comunas de la provincia, incorporando estos desafíos como un eje prioritario de la “Asociatividad de Marga Marga”, innovador grupo de trabajo impulsado por los cuatro alcaldes de nuestra provincia.

Como en gran parte del mundo subdesarrollado, en Chile se sigue manejando la basura de forma medieval: enterrándola. Con el cierre de su vertedero Villa Alemana tiene múltiples oportunidades. Sin pretensión de ciudad desarrollada, pero con la ambición de una ciudad en crecimiento, se pueden impulsar iniciativas que limpien la ciudad, eduquen a niños y jóvenes sobre el manejo de la basura, impulsen el reciclaje y reduzcan la generación de desechos, para así acercarnos a la invitación a ser una ciudad amigable y respetuosa con el medio ambiente.