En un mundo tan digital como en el que vivimos, las contraseñas son la llave a tu vida personal y a mucha de tu información sensible. Impedir el acceso a tus cuentas a los ciberdelincuentes es esencial para evitar las nefastas consecuencias de prácticas como la sustracción de datos o el robo de identidad. La mala noticia es que los estafadores informáticos cuentan con métodos cada vez más modernos para descifrar contraseñas que no hayan sido puestas con la atención y el cuidado necesario. Cuanto más débil sean tus contraseñas, más posibilidades tendrá ese estafador de hacer el agosto contigo. ¡Así que, no se lo pongas fácil!

Antes de establecer una serie de pautas a tener en cuenta para entender cómo establecer contraseñas más seguras, vamos a hacer un pequeño repaso por algunos de los métodos que usan los ciberdelincuentes para tratar de adivinar tus claves y acceder a tus cuentas. El uso de algoritmos y programas automáticos está a la orden del día entre estos criminales digitales. Uno de los métodos de descifrado es el hackeo basado en diccionario, que usa este tipo de softwares para imitar patrones comunes y adivinar contraseñas sencillas de recordar establecidas por los usuarios, como demuestra un reciente estudio de ExpressVPN, estas contraseñas son menos variadas de lo que pensamos. Las redes sociales también juegan un papel importante a la hora de exponerte, ya que cuentan con mucha información sobre ti y tus intereses, y si algunas de tus contraseñas están relacionadas con la información contenida en tus perfiles, el camino para el hacker será muy llano. También están los conocidos como “ataques con fuerza bruta”, que suelen ser efectivos en casos de contraseñas cortas y que utilizan otro tipo de sistemas automatizados que sacan todas las combinaciones posibles de caracteres hasta dar con la contraseña buscada. La suplantación de identidad a través de la cual un hacker se hace pasar por otra persona para solicitarte algún tipo de datos sensibles (como contraseñas a tus cuentas), es otra forma común de acceder a este tipo de información. En este caso suele hacerse a través de mensajes de texto o de whatsapp, a través de redes sociales, a través de email, o incluso a través de llamadas. En el ámbito empresarial, la filtración de datos es otra de las vías de acceso de los hackers a información delicada como contraseñas.

Llegados a este punto, conviene hacer un pequeño repaso a modo de recordatorio sobre las pautas básicas para establecer una contraseña segura. Lo primero que deberás tener en cuenta es su longitud. Las contraseñas en torno a los 10-12 caracteres empiezan a ser razonablemente seguras, pero cuanto más largas, mejor. Por supuesto, deben ser difíciles de adivinar, esto es, no deben ser obvias ni predecibles (ni por sencillas, ni por muy vinculadas a fechas, nombres o intereses relacionados contigo). Sin embargo, deberá ser posible recordarlas, porque de lo contrario, o bien no podrás acceder a tus cuentas, o bien tendrás que forrar tu escritorio de post-its con contraseñas, y cualquiera con ojos indiscretos que se acerque a tu mesa tendrá en bandeja el acceso directo a tus perfiles. En este sentido, el uso de reglas mnemotécnicas puede ser muy útil para recordar contraseñas complicadas. Por último, tenemos que intentar engañar a esos nuevos softwares que están apareciendo para adivinar contraseñas. En este sentido, reglas básicas como evitar sustitutos obvios de caracteres (ej. “0” por “o”), utilizar tipos de caracteres variados (letras, números, símbolos), o utilizar combinaciones de palabras poco comunes pueden ayudarnos a engañar a estos sistemas de descifrado automático.

¡Así que ya sabes, a darle al coco para establecer una contraseña larga, creativa y que puedas recordar! Esa es la mejor receta para mantener tus actividades en línea a salvo.

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