¿Por qué se necesitan ciclovías?

¿Por qué se necesitan ciclovías?

02 Septiembre 2020

Sin duda falta mucho en Villa Alemana para llegar a esos niveles, pero, aunque Roma no se construyó en un día, un día se tuvo que poner la primera piedra. Esa es nuestra misión. Ese es nuestro desafío. Ese es nuestro compromiso.

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Por Marcelo Góngora Carvajal

Licenciado en historia

Hace unos días, de manera informal, consultaba a mis amistades de una red social, si les parecía necesario que la comuna en que vivimos, Villa Alemana, contara con una ciclovía. Nueve de cada 10 se manifestaban a favor de la idea y es que, disponer de una ruta especialmente destinada para los amantes de las bicicletas, es de extraordinaria necesidad, más aun considerando que la comuna no cuenta con ningún espacio destinado a este medio de transporte, así es, ¡Villa Alemana no tiene ciclovías!

Es inquietante, pues esta es una de las ciudades más grandes de la región, que además con poca justicia se ha denominado la Ciudad del Medio Ambiente. El ciclismo es hoy por hoy una de las más atractivas y necesarias alternativas de transporte, que trae aparejados muchos beneficios que suelen ser un tanto desconocidos o poco relevados. En primer término, no tiene edad. Exacto, esta actividad puede ser practicada por el más amplio rango de edad, desde niños hasta adultos mayores. Recordemos, pues, que cuando somos niños, nuestra expectativa de regalo navideño, siempre fue, es y será, una bicicleta, que se traduce en las mejores experiencias y recuerdos, además, es un gran ejercicio para el desarrollo motriz, el equilibrio, la coordinación y el desarrollo sicológico. La infancia es la época en que se desarrolla este hábito y se despierta el amor por recorrer las calles sobre dos ruedas.

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Por otro lado, andar en bicicleta es un ejercicio muy recomendado para quienes ya superan los 40 años, pues provoca mejoras en el sistema circulatorio, no provoca lesiones en las rodillas, mejora la condición física y aumenta la sensación de bienestar. Estudios señalan que quien practica ciclismo entre los 40 y 60 años, tiene menor propensión a enfermedades cardiovasculares e inclusive, reduce la posibilidad de aparición de tumores. En todos los casos, el ciclismo fortalece el sistema muscular, mejora la circulación sanguínea, produce sensación de tener más energía, mejora el sistema inmunitario, evita enfermedades, reduce el estrés y, en general, quienes practican ciclismo, se tienden a sentir más felices. Otro aspecto del ciclismo dice relación con el impacto en las ciudades y el medio ambiente. Innegablemente un de los más importantes es que no genera contaminación. Y no sólo la polución, sino también la contaminación acústica (los motores provocan cerca del 80% de los ruidos en las ciudades).

La bicicleta es un medio de transporte barato, pues cuesta mucho menos que un auto y no requiere estar preocupados por el tambaleante precio de los combustibles fósiles, pues la fuente de energía somos nosotros mismos. Los accidentes en bicicletas son notoriamente menores a los de vehículos motorizados, por lo que es mucho más seguro: hay 2 accidentes de bicicletas por cada 100 de vehículos, siendo los accidentes de automóviles la principal causa de muerte entre personas de 15 a 29 años según la OMS. El ciclismo provoca menos estrés a las ciudades, una bicicleta ocupa el 20% de espacio que un vehículo.

Todas las razones anteriores demuestran que este deporte debe crecer cada vez más.  La práctica del ciclismo exige entonces, que las ciudades se adapten a ella, generando políticas que fomenten su uso, que se practique en las más óptimas condiciones de seguridad, generar vías con una adecuada interconexión de ellas para permitir que tengan una amplia cobertura en la comuna, apoyar con una adecuada reglamentación sobre el uso de la bicicleta a través de ordenanzas municipales u otros instrumentos de planificación. Es fundamental contar también con educación vial, tanto a peatones, ciclistas y automovilistas, para fomentar la sana convivencia entre ellos.

La construcción de nuevos condominios debe considerar la creación de espacios para la práctica del ciclismo, los que deben ser de fácil integración con los circuitos comunales destinados a este medio de transporte y, por supuesto, entender que, en estos tiempos modernos, una ciudad no puede crecer inorgánicamente, ni puede aspirar a considerarse moderna o desarrollada si no establece una política comunal con decidido énfasis en la habilitación de infraestructura vial que potencie el ciclismo. En 2019 se estableció un ranking con las 5 ciudades del mundo más amigables con el ciclismo, éstas son: Copenhage, en Dinamarca; Ámsterdam y Utrecht en los Países Bajos; Amberes, en Bélgica y Estrasburgo, en Francia.

Sin duda falta mucho en Villa Alemana para llegar a esos niveles, pero, aunque Roma no se construyó en un día, un día se tuvo que poner la primera piedra. Esa es nuestra misión. Ese es nuestro desafío. Ese es nuestro compromiso.

Foto: Huawei / Agencia Uno